23 de enero de 2014

Guerra Malvina. Servicio Prácticos

Jorge Muñoz

       El historial de los prácticos en el Río de la Plata, registra un hito fundamental. Al recibirse, a partir del 1 de junio de 1806, las primeras versiones acerca de la presencia de naves enemigas en aguas bajo jurisdicción de nuestro Virreinato, el Gobernador de Montevideo y Comandante de marina del Río de la Plata , brigadier  Pascual Ruiz Huidobro, a fin de confirmar la noticia y comenzar los preparativos para poner en pie de guerra las embarcaciones a su mando, envió al Práctico Mayor del Río de la Plata , D. José de la Peña , quién con su falucho Nuestra Señora del Carmen efectuó una audaz incursión penetrando en la ensenada de Barragán, donde reconoció, a tres naves inglesas quienes al verlo pretendieron capturarlo y a las cuales hábilmente eludió, para ir a llevar la valiosa información al gobernador.



       Ruiz Huidobro no podía haber elegido más excelente hombre de mar, pues el español José de la Peña y Zurueta, llegado a estas playas en 1777, en calidad de piloto, alférez de la Real Armada Española, con la expedición del Primer Virrey D. Pedro de Cevallos, había participado de la fundación de las poblaciones patagónicas de Deseado, San Julián, exploró la boca del Río Santa Cruz y tenía efectuados numerosos viajes a Malvinas. Ese reconocido lobo de mar, precursor de Piedra Buena y uno de los más grandes marinos de nuestra época colonial, pasó a partir de 1804, a prestar servicios en calidad de Práctico Mayor del Río de la Plata.

       Consumada la primera invasión inglesa los mandos navales hispanos encargaron a De la Peña una misión muy especial que éste supo cumplir a la perfección. La misma consistió en canjear a marinos ingleses capturados, por prisioneros españoles. Este trámite que debió realizar en Buenos Aires llevaba encubierta la misión de obtener la mayor información que pudiera acerca del estado de esa Capital y sus habitantes, precisando cual era en realidad el potencial de las fuerzas enemigas y donde se encontraban establecidas. De la Peña arribó a Buenos Aires bajo bandera de parlamento y pudo comprobar, además del sentir del pueblo por liberarse del invasor, cual era la verdadera dimensión de la fuerza británica. Con estas y otras informaciones el valeroso práctico regresó a Colonia, donde se centralizaban los preparativos de la reconquista, dando cuenta que había desempeñado con éxito su delicada misión. De la Peña, en esa oportunidad se había ingeniado también para llevar ocultas cincuenta cartas de vecinos de buenos Aires para sus familiares en Montevideo, convirtiéndose en ocasional estafeta de tiempos de guerra.

       Finalmente cuando el 3 de agosto el Ejército de la Reconquista al mando de Santiago de Liniers embarcó en Colonia a bordo de ocho transportes, fue De la Peña quién piloteando la expedición en medio de una fuerte sudestada y la asechanza de las naves inglesas, logró, mediante su profesionalismo, hacer llegar la flota al día siguiente, al Río de Las Conchas (hoy Tigre), donde fondearon para hacer desembarcar las tropas.

       Posteriormente De la Peña , en base a su considerable experiencia y muchos años de servicio en el Plata redactó instrucciones para la navegación y los accesos a los puerto de Ensenada, Barragán y Buenos Aires, incluyendo datos sobre señales, profundidades, clase de fondos, vientos, corrientes, etc., referencias estas que facilitaros, para ese tiempo, enormemente al tarea de patrones y capitanes.

       Está de más decir, aún para quienes son legos en materia de navegación y menos todavía para los profesionales de la navegación, la importancia que representa el empleo del servicio de practicaje para el mejor desempeño de las naves en su desplazamiento por nuestras aguas adyacentes y su correcto arribo y egreso de los puertos. Pese a la existencia de cartas actualizadas, canales perfectamente delimitados y el auxilio de la tecnología (radio, radar, etc.) siempre será necesario contar con la ayuda de los pilotos prácticos, verdaderos “baquianos” que sabrán llevar sin dudas a cualquier nave a buen puerto.

        Fue quizá por todo ello y un profundo sentimiento de amor por las causas nacionales que los prácticos argentinos no quisieron estar ausentes cuando la Nación requirió de sus mejores hombres.

       Cabe mencionar que el ofrecimiento por parte de los Prácticos y su convocatoria por parte de la Armada además de la consabida idoneidad profesional estaba sustentada por una larga y exitosa trayectoria de los mismos no solo en aguas del Atlántico Sur sino también en Malvinas. Efectivamente a raíz del acuerdo firmado en 1970 entre nuestro país y Gran Bretaña, cuatro Prácticos argentinos (Graciano Etcheverrigaray, Jorge Dubrowsky, Eloy González y Ricardo Grubisch) fueron habilitados por el Gobierno inglés para actuar como tales en aguas del archipiélago malvinense. En virtud de ello estos hombres cumplieron durante diez años un servicio permanente de viajes a Malvinas a través de los cuales tuvieron un perfecto conocimiento de esa intrincada geografía costera. Debe considerarse que el empleo coordinado de este servicio de practicaje en esta circunstancia tan especial del conflicto de Malvinas fue una medida mas que acertada de nuestros Mandos Navales.

       De tal manera a poco de producirse la recuperación de las Islas Malvinas el Comando en Jefe de la Armada (CEJA) sostuvo una serie de reuniones con los Prácticos Asesores, a fin de darles a conocer la necesidad de su colaboración y para asegurar la fluida operación de barcos en Malvinas; en los demás puertos del Sur Argentino y también en el Río de la Plata.
    
       Una vez manifestada la voluntad de una amplia cooperación por parte de la asociación de Prácticos, el CEJA estableció una serie de disposiciones que podrían sintetizarse así:

1.      Convocar a los Prácticos a su movilización militar a órdenes del C.E.J.A.
2.      Reforzar el número de Prácticos en todos los puertos del litoral Sur Atlántico estableciendo en los mismos un servicio de guardia permanente.
3.      Facilitar Prácticos desde Buenos Aires y otros puertos a los  buques que transportando material estratégico o bélico y despachados a Malvinas u otros puertos del Sur Atlántico no contaran con lanchas para su embarco y/o desembarco.
4.      Facilitar Prácticos a los buques de la marina de Guerra que efectúan el control en la desembocadura del Río de la Plata.
5.      Facilitar Práctico en Pontón Recalada a los buques argentinos que lo solicitaran, sin haberlo anticipado.      

       A los efectos del cumplimiento del punto (1) la convocatoria por parte de la Armada que informada a los Prácticos en tiempo y forma y fue cumplida efectivamente.

       Entre otras sugerencias los Prácticos hicieron notar la inconveniencia que resultaba de no figurar en la lista de pasajeros ni en los roles de las tripulaciones, ya que cuando estaban embarcados solo se anotaba su servicio en el diario de navegación y en caso de siniestros navales no aparecía el nombre del Practico que se hallaba a bordo en listas de pasajeros o tripulantes.

       Para cumplir el punto número dos se envió desde Buenos Aires a distintos puertos del Sur Atlántico, por buque y por avión, a los siguientes Prácticos:
       12/4 Don Julio Giri a Punta Quilla
       14/4 Don Norberto Couto a San Sebastián
       19/4 Don P. Ricardo Grubisich a Deseado
       1/5 Don Sergio Poodts a San Sebastián
       14/5 Don Graciano Etcheverrigaray a Ushuaia
       29/5 Don Alberto Baudino a Río Grande
       31/5 Don Eduardo Kerschen a Ushuaia
       11/6 Don Alberto Luchter a Deseado
       11/6 Don Luis H. Mascias a Río Gallegos
       12/6 Don Graciano Etcheverrigaray a Madryn
       23/6 Don Alberto Teran a Río Gallegos

       De acuerdo con lo acordado en el punto (3) los Prácticos fueron despachados para pilotear, hacia Puerto Argentino y puertos alternativos del Atlántico Sur, haciéndolo a bordo de naves mercantes que componían un tren logístico de operaciones en combate de acuerdo al siguiente cronograma:

       13/4 B/M Formosa. Practico D. Eloy González Arruabarrena. El barco fue blanco de         
           bombas aéreas en viaje de regreso de Malvinas.      
       7/4 B/M Córdoba. Practico D. J-J- Nogueira. En viaje del Río de la Plata con destino a      Malvinas no arribó a las islas pues fue derivado a Deseado.
       7/4 B/T Florentino Ameghino. Practico Don Eugenio Spinelli, en viaje a Ushuaia,
           Puerto Parry y San Sebastián.
       7/4 B/T Ingeniero Krause. Practico D. Héctor De Biase, en viaje de Comodoro
           Rivadavia a Río Gallegos y vuelta a C. Rivadavia.
       12/4 B/T La Plata. Practico D. Graciano Etcheverrigaray en viaje del Río de la Plata a
           Malvinas no arribó a las islas pues fue derivado a P. Deseado.
       7/5 B/M Lago Argentino. Practico D. Eugenio Spinelli, en viaje del Río de la Plata a
           Malvinas no arribó a las islas pues fue derivado a Punta Quilla.
       11/5 B/M Lago Traful. Práctico D. J. J. Nogueira en viaje del Río de la Plata a
           Malvinas no arribó a las islas pues fue derivado a Punta Quilla.
       22/5 B/M Lago Argentino. Práctico D. Jorge Dubrosky en viaje del Río de la Plata a  
           Malvinas no llegó a las islas pues fue derivado a Punta Quilla.
       14/6 HMS Camberra. Práctico D. Graciano Etcheverrigaray. Pilotaje de entrada y
           salida a Puerto Madryn. Dicho barco hospital inglés transportó al continente
           personal militar argentino herido en combate.
       14/6 B/M Northland. Práctico D. Graciano Etcheverrigaray pilotaje de entrada y salida
           a Puerto Madryn.

       Respecto al punto (4) del acuerdo, prestaron servicio embarcados en unidades de la Armada que cumplían el operativo “León I” para vigilancia y control de la desembocadura del Río de la Plata , los siguientes Prácticos:

       En ARA Puerto Deseado:
       D. A. Legarreta                 D. J Dubrosky
       D. O. Tello                        D. A. Fragnul       
       D. C. Bach

        En  ARA Fragata Libertad
       D. Juan Dubrowsky       D. L. H. Mascias     D. L. M. Scasso
       D. O. T. Randucci          E. Kerschen            D. C. Terreni
       D. A. Monsalve              D. O. Lioni             D. L. Autore
       D. E. Fernández Lobbe  D. C. Angelinetti    D. C. Bach
       D. C. Cárdenas               D. H. Tagliaferri



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