3 de agosto de 2015

Jerarcas sindicales a perpetuidad, Editorial de La Nación.

Comentarios. El diario La Nación del 01 de agosto Editorializó un tema archiconocido y sufrido por los trabajadores. LOS DIRIGENTES AFERRADOS AL SILLON.

Alguien puede decir ¿que tiene que ver con nosotros los marinos mercantes?

La realidad es que si hipotéticamente gana la Lista Verde en Maquinistas Navales, tendrán 20 años de permanencia en el Centro.

Ganaron prometiendo reformar el Estatuto y en la Asamblea correspondiente, todos los integrantes de la Comisión Directiva votaron en contra de su propia propuesta.

¿Sería porque la misma tenia la clausula de la no reelección perpetua?

Pero además la continuidad se les facilita con un proceso electoral larguísimo.

Dura un mínimo de 7 meses contando el periodo de armado de lista que requiere de unos 100 socios que significan casi un 10% del padrón. Y la votación dura 2 meses y medio cuando los periodos de embarque están en un promedio de 30 días por 30 días de franco excepto en algunos pesqueros.

Por eso, en realidad el problema se parece a que fue primero "el huevo o la gallina". Entonces  el candidato se escuda en el Estatuto.

Podría decir más, pero mejor lean el Editorial de La Nación, así tenemos otra opinión.


Eduardo Canon



_____________________

La tan mentada democratización sindical propuesta en 1983 quedó en el olvido y los precandidatos presidenciales ni mencionan el tema.

Si hay un sector de la vida nacional en el cual la perpetuación en el poder ofende al sentido común es el sindical. La hegemonía personal es un fenómeno de numerosas entidades gremiales, cuyos secretarios generales han estado atornillados a sus cargos a lo largo de más de dos décadas.

Hay casos emblemáticos, como el de la Federación de Obreros y Empleados de Correos y Telecomunicaciones (Foecyt), donde el dirigente Ramón Baldassini supera todos los récords entre los sindicalistas vivos: con 85 años de edad, lleva 52 al frente del gremio y dentro de un año podría igualar al ya fallecido Enrique Venturini, que condujo durante 53 años el sindicato de los electricistas navales.

Un caso escandaloso es el de Enrique Omar Suárez, apodado "el caballo", quien maneja el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) desde 1992. Acusado de bloquear puertos y de extorsionar a empresas navieras, la Cámara Federal confirmó recientemente su procesamiento, al tiempo que sus bienes han sido embargados por 5 millones de pesos, pese a lo cual buscará su séptimo mandato consecutivo en elecciones que, llamativamente, buscó adelantar para evitar que una condena judicial lo prive de buscar su reelección.

El afán por aferrarse al poder ha sido cuestionado por los opositores internos a Suárez, quienes critican su deliberado desconocimiento del propio estatuto del SOMU, que establece suspensiones para los dirigentes procesados o condenados judicialmente, aunque el jefe sindical se escuda en una chicana: afirma que el estatuto precisa que la suspensión sólo tendría lugar cuando el afiliado al gremio se encuentre procesado "por la comisión de un delito en perjuicio de una asociación sindical de trabajadores". La explicación de Suárez a LA NACION no tuvo desperdicios: "No estoy procesado por joder a un sindicato. Estoy procesado por joder a una empresa y parar barcos". A confesión de parte, relevo de pruebas.

La presidenta Cristina Kirchner calificó a Suárez tres años atrás como uno de sus sindicalistas "favoritos". Toda una definición sobre su concepción del rol que debe tener un gremialista y de su admiración por quienes pueden perpetuarse en un cargo.

Los ejemplos de jefes sindicales a perpetuidad son muchos más: Luis Barrionuevo conduce el gremio gastronómico desde hace 36 años; Omar Viviani está al frente del gremio de los taxistas desde hace 32, al igual que Amadeo Genta en la entidad que agrupa a los empleados municipales; también Carlos West Ocampo (Sanidad) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) están al frente de sus gremios desde hace más de 30 años; Armando Cavalieri lleva 29 en la secretaría general de la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (Faecys); Hugo Moyano llegó a la conducción del gremio camionero hace 28 años, en tanto que Andrés Rodríguez gobierna la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) desde hace un cuarto de siglo.

Más allá de la falta de renovación de las energías morales, tan necesaria en cualquier institución, una crítica que se hace a las reelecciones indefinidas guarda relación con las normas estatutarias de no pocas entidades sindicales, que generan barreras infranqueables para las minorías y para la libre participación en elecciones.

Lamentablemente, la tan mentada democratización sindical, de la que tanto se habló cuando se produjo la recuperación de la democracia en 1983, quedó en el olvido. Los precandidatos presidenciales no han dicho una palabra sobre esta cuestión, con la excepción de Sergio Massa, quien tiempo atrás insinuó una propuesta para terminar con las reelecciones indefinidas en el sindicalismo, aunque no volvió a hablar del tema.

Entretanto, muchos jerarcas sindicales siguen atornillados a sus sillones, imbuidos de una vocación mesiánica y de una vergonzosa borrachera de poder, que apunta a evitar rendir cuentas y aferrarse a sus privilegios.

01.08.2015

ENLACES RELACIONADOS:


1 comentario:

  1. Se están olvidando del Centro de Capitanes y Oficialesde ultramar, cuyo presidente está aferrado a su silla, ya ni recuerdo cuantos años, pero sí, que antes del "Caballo Suarez".

    ResponderEliminar