Comentarios: De Hugo Foguet subí varias notas al blog. Además de admirar su
literatura tuve la suerte de conocerlo navegando un largo año a lejano oriente.
En esos largos viajes quedaba tiempo para la lectura detenida y en el caso de
el en la escritura exquisita. En tantos puertos de Japón, quizás alguna vez se cruzó
con la estela de Yukio Mishima o Yasunari Kawabata, así es más fácil entender una parte de su
obra poética.
Del Negro Jack mucho no puedo aportar porque no tuve la suerte de
navegar con él. Quizás estos retratos del Mozo
de oro y Réquiem para un
contramaestre parezcan una extravagancia, pero seguro que esa impresión solo
es para quienes no compartieron con los navegantes de dos décadas atrás. En esa
fauna que a veces terminábamos siendo la tripulación, solo podría tener alguna
objetividad el observador externo si hubiera podido mirarnos como en una
pantalla de Gran Hermano. En algunas ocasiones ninguno desentonábamos. Los
otros poemas de su libro “El mar no
tiene la culpa” también son ásperos y con la belleza posible.
Respecto del libro “El mar no tiene la culpa” dejo aqui el Enlace:
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Hugo Foguet.
Nevando en Nikko.
1636-1976
Este Hamlet japonés
de apariencia de schollar
es Yukio Mishima
y la calavera
que sostienen las
descarnadas manos de samurai
derrotado por la
Historia
es la cabeza del
primer Tokugawa en cuya tumba del Toshogu
la nieve cae desde
los últimos días de diciembre.
Vanamente el poeta ha
interrogado el ciego espejo
que la apretada
espesura de la muerte
simula en las órbitas
vacías.
Tokugawa Ieyasu ha
sonreído.
Del espíritu osado
que los hombres
sembraron en la
cuesta de los cedros
nada queda.
Sekigahara y el campo
de lentos caballos
agonizantes
es una rosa de papel
un biombo ilustrado
de mi castillo de Sumpu.
Soy este loto y esta
cigüeña
el gong de los
templos en la tarde
las nubes que
disfrazan los montes
la nieve que pesa
sobre mis huesos.
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Jack el Negro.
El Mozo de Oro.
Escapado del museo
del horror
Camina hipnótico por
los pasillos
Cojeando con la
pierna izquierda
Es mozo de oficiales
Pero podría ser
ayudante del doctor Muerte,
El alcohol hizo
estragos en su cucusa
Una memoria inestable
Repite cosas
Se pierde
Una noche pasado de
copas
Me enseño unas fotos
de su hija
Que estaba bárbara
¿Quién se comerá ese
conejo? Pensé.
Se jugó mucha plata
en los caballos,
Tuvo 3 mujeres
Dio 2 vueltas al
mundo
Colecciona videos
porno
Mirada de loco
Fuma sin parar
Me dijo: “navegar es olvidar
Y yo me olvido de
todo”
Lo cargaban
demasiado,
Castigando su
taquilla
Ya no le importaba
nada
Solo reírse y
festejar
Ni el dinero cuidaba
Escaparle al trabajo
Era su habilidad
natural,
Hicimos buenas migas
Nos juntábamos por
estribor
Donde hay una mesa y
sillas
Y nos tomábamos unos
tragos
Hablábamos de la
vida, de viajes,
De sueños, casinos y
lo extraño del destino
Después se retiro
Estaba en edad
Hace años que no sé
nada de él,
Me gustaría volver a
encontrarlo
Sé que él no me
recordaría.
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Réquiem para un contramaestre.
¿Cuántas arrugas más
Hubiese tenido su
cara?
¿Qué más profundo
serían sus ojos?
Vida de mar que se
lleva vida
Su último viaje,
42 años de navegación
Perdió un dedo con un
cabo,
Nadie caminaba tan
bien la cubierta
Divertido
Trabajador
Compañero
La jubilación ahí
Lamiéndole la espalda
Con su lengua vieja,
A veces pensaba
Dulce ingrata
Puta barata
La navegación,
Siempre se sentaba
por estribor
A ver el paisaje
millonario
Le gustaba el ron,
las mujeres, el calafateo
Y jugar al tute
cabrero,
Cambio su familia
Por días de puertos
El amor, por soledad
y aventura
La nave viaja hacia
su lugar preferido
La Habana Cuba
A 2 días de llegar
Salió a sentarse a la
banda de siempre,
El espléndido paisaje
le encanto
De golpe algo le
llamo la atención
Vio pasar un águila
gigante color rojo
Se dijo no puede ser
Y no vio más
Lo encontraron
sentado, muerto,
Su cara estaba feliz
Se fue observando
Lo que tanto
Siguió, amo, deseo
Y ahora él era
Infinito.
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