24 de agosto de 2013

POESIA. Hugo Foguet y el Negro Jack.

Comentarios: De Hugo Foguet subí varias notas al blog. Además de admirar su literatura tuve la suerte de conocerlo navegando un largo año a lejano oriente. En esos largos viajes quedaba tiempo para la lectura detenida y en el caso de el en la escritura exquisita. En tantos puertos de Japón, quizás alguna vez se cruzó con la estela de Yukio Mishima o Yasunari Kawabata, así es más fácil entender una parte de su obra poética.


Del Negro Jack mucho no puedo aportar porque no tuve la suerte de navegar con él. Quizás estos retratos del Mozo de oro y Réquiem para un contramaestre parezcan una extravagancia, pero seguro que esa impresión solo es para quienes no compartieron con los navegantes de dos décadas atrás. En esa fauna que a veces terminábamos siendo la tripulación, solo podría tener alguna objetividad el observador externo si hubiera podido mirarnos como en una pantalla de Gran Hermano. En algunas ocasiones ninguno desentonábamos. Los otros poemas de su libro “El mar no tiene la culpa” también son ásperos y con la belleza posible.
 

Respecto del libro “El mar no tiene la culpa” dejo aqui el Enlace:
 

                               EL MAR NO TIENE LA CULPA

 
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Hugo Foguet.
Nevando en Nikko.
1636-1976

Este Hamlet japonés de apariencia de schollar
es Yukio Mishima
y la calavera
que sostienen las descarnadas manos de samurai
derrotado por la Historia
es la cabeza del primer Tokugawa en cuya tumba del Toshogu
la nieve cae desde los últimos días de diciembre.
Vanamente el poeta ha interrogado el ciego espejo
que la apretada espesura de la muerte
simula en las órbitas vacías.
Tokugawa Ieyasu ha sonreído.
Del espíritu osado que los hombres
sembraron en la cuesta de los cedros
nada queda.
Sekigahara y el campo
de lentos caballos agonizantes
es una rosa de papel
un biombo ilustrado de mi castillo de Sumpu.
Soy este loto y esta cigüeña
el gong de los templos en la tarde
las nubes que disfrazan los montes
la nieve que pesa sobre mis huesos.

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Jack el Negro.
El Mozo de Oro.
Escapado del museo del horror
Camina hipnótico por los pasillos
Cojeando con la pierna izquierda
Es mozo de oficiales
Pero podría ser ayudante del doctor Muerte,
El alcohol hizo estragos en su cucusa
Una memoria inestable
Repite cosas
Se pierde
Una noche pasado de copas
Me enseño unas fotos de su hija
Que estaba bárbara
¿Quién se comerá ese conejo? Pensé.
Se jugó mucha plata en los caballos,
Tuvo 3 mujeres
Dio 2 vueltas al mundo
Colecciona videos porno
Mirada de loco
Fuma sin parar
Me dijo: “navegar es olvidar
Y yo me olvido de todo”
Lo cargaban demasiado,
Castigando su taquilla
Ya no le importaba nada
Solo reírse y festejar
Ni el dinero cuidaba
Escaparle al trabajo
Era su habilidad natural,
Hicimos buenas migas
Nos juntábamos por estribor
Donde hay una mesa y sillas
Y nos tomábamos unos tragos
Hablábamos de la vida, de viajes,
De sueños, casinos y lo extraño del destino
Después se retiro
Estaba en edad
Hace años que no sé nada de él,
Me gustaría volver a encontrarlo
Sé que él no me recordaría.

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Réquiem para un contramaestre.
¿Cuántas arrugas más
Hubiese tenido su cara?
¿Qué más profundo serían sus ojos?
Vida de mar que se lleva vida
Su último viaje,
42 años de navegación
Perdió un dedo con un cabo,
Nadie caminaba tan bien la cubierta
Divertido
Trabajador
Compañero
La jubilación ahí
Lamiéndole la espalda
Con su lengua vieja,
A veces pensaba
Dulce ingrata
Puta barata
La navegación,
Siempre se sentaba por estribor
A ver el paisaje millonario
Le gustaba el ron, las mujeres, el calafateo
Y jugar al tute cabrero,
Cambio su familia
Por días de puertos
El amor, por soledad y aventura
La nave viaja hacia su lugar preferido
La Habana Cuba
 A 2 días de llegar
Salió a sentarse a la banda de siempre,
El espléndido paisaje le encanto
De golpe algo le llamo la atención
Vio pasar un águila gigante color rojo
Se dijo no puede ser
Y no vio más
Lo encontraron sentado, muerto,
Su cara estaba feliz
Se fue observando
Lo que tanto
Siguió, amo, deseo
Y ahora él era
Infinito.


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