30 de agosto de 2014

La Misión del Marino en Buenos Aires

Marinos e inmigrantes dentro de un palacete”, diario La Nación del 23.01.2009.

Comentario. A fines de la década de los 70 y comienzos de los 80, varias promociones de cadetes convivimos en esa casa, que pomposamente lo califica de palacete el artículo del diario. También en aquella época había otra Misión casi exclusivamente para marinos ingleses, denominado “Flying Angel”, pero fue demolido e institucionalmente se unificaron.

También fue nuestro primer contacto con marinos extranjeros, ocasionales o que se hospedaban unos días en espera de trabajo. Incluso convivimos con exiliados políticos y en mi caso mantuve amistad con el cura ingles de Las Malvinas. En síntesis éramos un conglomerado nada homogéneo.

Posteriormente y ya navegando, muchos tuvimos la posibilidad de conocer otras Misiones en diferentes puertos del mundo, alguno de los cuales siguen funcionando.

Seguramente más de un tendrá sus recuerdos, tanto de su paso por el de Buenos Aires, como el de otros puertos/países.

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Hoy refugio de un solo hombre de mar y sede del Cemla, es un lugar curioso
Por Fernando Castro Nevares  | LA NACION


Un palacete de estilo Tudor en San Telmo llama la atención de los que pasan por allí, en Independencia 20. Se llama Misión del Marino o casa Stella Maris.



La construcción de la casa fue iniciativa de un grupo de la colectividad británica para atender las necesidades de los marinos de todo el mundo que llegaban al puerto de Buenos Aires.

Las obras se iniciaron en 1897, en coincidencia con el 60º aniversario o jubileo de diamante del reinado de Victoria.

El hogar fue bautizado como Victoria Sailor´s Home e inaugurado por el presidente Julio A. Roca en 1902. La casa, que ofrecía hospedaje y entretenimiento a los marinos que llegaban a Buenos Aires, pronto se convirtió en un importante centro de reunión de los hombres de mar y recibió la visita, en 1925, del presidente Marcelo T. de Alvear y del entonces príncipe de Gales, de visita en la Argentina.

Pero ya lejos de los tiempos en los que el lugar estaba lleno de hombres de todas las nacionalidades, hoy vive allí un marino español retirado. Sin embargo, se puede entrar sin ser marinero, porque funciona el Centro de Estudios Migratorios Latinoamericanos (Cemla), el lugar indicado para conseguir documentación sobre los antepasados que llegaron en barco, tan requerida en tiempos donde la doble nacionalidad está en boga.

Todo está en manos de la orden de los padres scalabrinianos, dedicados a las migraciones y con presencia en más de 20 países con orfanatos, escuelas y hogares para recién llegados.

De los años 80, cuando se hacían fiestas en el pub del subsuelo y los marineros jugaban al billar, los dardos, el ping-pong, el ajedrez, las damas, o simplemente conversaban alrededor de una mesa, se conserva la mesa de pool, y desde hace menos tiempo, también un metegol y un televisor. Hace tres años, esto era sólo para dos marineros, uno trabajaba en el Casino Puerto Madero. Y hoy hay solamente un marino que vive en la casa. Se dice que está contento. Puede elegir entre seis habitaciones, con cuatro camas cada una. La casa Stella Maris cuenta, además, con una biblioteca, un salón para reuniones y una capilla donde periódicamente se celebra misa.


La Misión del Marino vivió su época de apogeo hasta los años 80, época que coincidió con el ocaso como puerto de Puerto Madero. Toda la actividad de ultramar se fue concentrando en Puerto Nuevo, detrás de la zona de Retiro.


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