Comentario. Capítulo 12 del Buque CÓRDOBA en el
conflicto por Malvinas, del libro de Jorge Muñoz “Misión cumplida”.
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Pese al
empeño y voluntad manifiesta de sus tripulantes, la motonave Córdoba de
la Empresa Líneas Marítimas Argentinas, ELMA, cargada con elementos logísticos
y pertrechos de guerra destinados a Malvinas durante el conflicto, no
logró llegar a destino.
Una serie de circunstancias, mezcla de errores, tensiones, contraórdenes y un
desafortunado atraque en Puerto Deseado, motivaron que, pese a haberse
dispuesto, en reiteradas oportunidades, que su derrota fuera las islas Malvinas,
tal decisión nunca llegó a concretarse
integralmente.
El Córdoba, al igual que muchos otros barcos argentinos
que debieron desplazarse por las aguas del Atlántico Sur, adyacentes a la zona
patagónica, en razón de la imposibilidad de navegar pegados a la costa donde
debían sortear peligrosas salientes y restingas, obligadamente tuvo que salir
mar adentro y dejar atrás, largamente, las 12 millas de nuestro margen
litoral, donde supuestamente hubiera encontrado algo de protección contra las
acechanzas del enemigo, especialmente la amenaza submarina.. Para comprender
mejor esta situación es necesario tener en cuenta que en los primeros días de
mayo de 1982, Gran Bretaña había endurecido su posición contra la Argentina
extendiendo la zona de guerra para llevarla a 12 millas de nuestra costa
atlántica. En esa oportunidad, Londres, advirtió a la Junta Militar que
cualquier navío o avión que se encontrara más allá de ese límite, sería
considerado hostil y consiguientemente correría el albur de ser atacado.
De hecho, los ataques por parte de las fuerzas británicas a dos naves
argentinas los días 2 y 3 de mayo, el Crucero ARA Gral. Belgrano y
el Aviso ARA Alférez Sobral,- el primero navegando fuera de la Zona
de Exclusión Marítima (ZEM) dictada unilateralmente por los británicos y el
segundo en misión de salvamento, dentro de la ZEM, confirmaron que las
amenazas no eran en vano y que todo aquello que se moviera o flotara en las
cercanías de nuestro litoral marítimo, correría grave riesgo. Esa estrecha
franja de 22 kilómetros desde nuestras costas se transformó en una virtual
línea de bloqueo que tuvo que ser superada con coraje y pericia por todos
aquellos marinos que tuvieron que desplazarse para el cumplimiento de sus
misiones. Pero más allá de las causas que pudieron haber impedido la
llegada del Córdoba a Malvinas, cabe mencionar que sus
consecuencias se hicieron notar y pese a que parte de la carga fue envía por
modo aéreo a las islas, no sería aventurado conjeturar que la integralidad de
los elementos bélicos que portaba, sí bien, por si solos, no podrían haber
llegado a cambiar el curso de la batalla, al menos, pudieron haber contribuido
a sostener con mayor solidez el desesperado esfuerzo de nuestras tropas por
contener el avance enemigo
La motonave ELMA “Córdoba” estuvo afectada a la línea Norte de Europa y
Reino Unido. El viaje anterior al comienzo de la guerra, había efectuado un
viaje “relámpago” a Europa tocando los puertos de Le Havre, Liverpool, Birken
Head y al retornar tocando Bilbao, cargaron bombas con destino a Buenos Aires,
donde arribaron el 20 de marzo.
En el puerto porteño se descargaron las bombas y se comenzó a cargar para el
próximo viaje que también sería hacia Mar del Norte, específicamente Hamburgo
donde debían llevar 1.500 toneladas de aceite vegetal, pero como tenían que ir
a completar carga a Puerto Madryn, le incorporaron en bodega 2.500 toneladas de
caño sin costura para Punta Arenas.
El Córdoba zarpó del Puerto de Buenos Aires con destino
al puerto de Mar del Plata, al mando del Capitán de Ultramar, Armando Luis Di
Fiore, el día 8 de abril con 40 tripulantes y 12 pasajeros militares, entre
ellos el Teniente Fernando Molinari.
Llevaba además en sus bodegas materiales y armamentos para la Fuerza Aérea y
Ejército: 231 planchas de aluminio para completar una pista de aterrizaje;
camiones aguateros; combustible para aviones; gasoil; minas; municiones;
vehículos blindados; cañones y muchos contenedores con raciones “A” y
“B”. Su primera escala prevista, se concretó al día siguiente en el
Puerto de Mar del Plata donde arribaron con un práctico a bordo para evitar el
uso de la radio. En el muelle de la Base de Submarinos embarcaron material de
artillería antiaérea proveniente de la guarnición local, el Grupo de Artillería
601 de Ejército: cañones, radares, un equipo electrógeno y un sistema
disparador de misiles Roland, con su correspondiente carga. Acompañando este
material se embarcaron algunos efectivos de Ejercito, como así también lo
hicieron un oficial de la Base de Submarinos y un suboficial de comunicaciones
de la Armada, aunque estos con distinta misión. De acuerdo a órdenes recibidas
en la sede de la Armada el viaje debía efectuarse con total silencio de radio.
Luego de una cierta demora, al decidirse la remoción de cinco
contenedores perteneciente a la Armada para poder ingresar las piezas de
artillería de Ejército, el Comando Naval del Puerto ordenó la zarpada del
barco, cosa que ocurrió en la madrugada del día 11.
El carguero navegó con destino a Puerto Rivero (Puerto Argentino) aunque, según
el libro de Rol, quedó asentado hacia Puerto Deseado. Ello tiene una
explicación. A las 4 de la tarde el Jefe de Radio Rodolfo F. Tahoces escuchó
por la radio que en una comunicación del buque Cincel, que
volvía de Malvinas con destino a Buenos Aires, desde la Radio de ELMA (Boca
Radio/LSA) le pedían que tratara de comunicarse, ya sea por la frecuencia
internacional de socorro, en VHF o por el canal 16, con el Córdoba para
que éste se comunicara urgentemente con la radio de la Armada, LOL. Informado
el capitán Di Fiore de dichos llamados ordenó romper el silencio de radio y se
estableció contacto con la radio de la Armada, la cual contestó con un mensaje
cifrado. Al descifrar el radiomensaje mediante una tabla criptográfica de ELMA
se supo que el mismo decía: “TOMAR DESEADO STOP ESPERAR INSTRUCCIONES STOP”.
Como Para ese momento ya habían pasado por la línea de Deseado tuvieron que
volver hacia el norte Al arribar ese día a la hora 17,30 es cuando se produce
el primer accidente que impide una pronta reanudación de la navegación,
demorando considerablemente un nuevo intento de salida. Efectivamente, de
acuerdo al sumario administrativo instruido por la Subprefectura de Puerto
Deseado, se estableció que el buque Córdoba, en circunstancias
que maniobraba para atracar, embistió el muelle fiscal produciéndole algunos
daños. A raíz de la colisión, la nave sufrió un rumbo de 2mts. en el bulbo de
proa que le impidió, momentáneamente, una normal navegación.
De las constancias reunidas se arribó a la conclusión que:”la embestida del
buque “Córdoba” al muelle de Puerto Deseado, se debió a un error de maniobra
motivado por las circunstancias de gran tensión en que se efectuaba el amarre,
debido a las características especiales de la carga transportada y la celeridad
que se le imprimía a la ejecución de la misma”. Posteriormente, con
fecha 24 de agosto de ese mismo año, el Prefecto Nacional Naval,
Contralmirante, Salvio Olegario Menéndez, dispuso sobreseer en las actuaciones
al Capitán Di Fiore, de conformidad con las causales señaladas.
A partir del establecimiento del bloqueo británico, las autoridades militares
reconsideraron la situación y decidieron suspender momentáneamente el cruce de
los barcos mercantes al archipiélago. Ello involucró al Córdoba el
que luego de dos días de controvertidas órdenes, durante los cuales se trataba
de fijar prioridades y se analizaba la posibilidad del traslado de su carga crítica
por medios aéreos, se decidió descargar todo el material bélico y el buque fue
derivado a fondear en la entrada del puerto de Deseado.
El día 17, media hora antes de la medianoche, el mercante que había permanecido
por dos días fondeado en la rada volvió a atracar en el muelle de Deseado a las
23,30, donde por orden del Comité Militar debía completar los niveles de
abastecimiento antes del día 25, es decir debía volver a cargarse el Córdoba con
los mismos materiales desembarcados. La fecha de zarpada se fijó para el día 24
a las 08.00 pero fue modificada para el 25 a las 12.00 y luego para el 26 a las
03.00. Finalmente el día 26 a las 21,30 se anuló la zarpada y se ordenó
descargar-de material militar- el Córdoba, maniobra que finalizó
dos días después. De allí se fijaron prioridades para el traslado de parte de
la carga por modo aire a Malvinas. Tres días después el barco zarpó y aunque el
libro de rol no marcaba su destino, se dirigió, sin pasajeros, a Punta Arenas,
en la República de Chile, donde arribó el día 1 de mayo y procedió a la
descarga las 2500 toneladas de caños de acero, que se hallaban estibadas en sus
bodegas.
Cumplida la descarga el Córdoba partió el día 6 de mayo, a la
hora 16:00, del puerto chileno con destino a Deseado, donde llegó el día 9 a la
hora 15:45.
Al día siguiente, y con objeto de relevar al capitán Di Fiore, a quién se lo da
como desembarcado ese día, embarcó el Capitán de Ultramar, Jorge Horacio
Malvich, quién tenía 24 años de servicio en la empresa ELMA y llevaba 10 como
Capitán.
Pese a que los movimientos que se detallan a continuación no están consignados
en el libro de Rol de Navegación, según el capitán Malvich, cinco días
después de haber tomado el mando, con carga de material bélico y 12 pasajeros,
el Córdoba zarpó con destino a Malvinas. Antes de partir el
mencionado capitán dice haber recibido de parte de las autoridades Navales un
sobre cerrado con rótulo de secreto, destinado a ser entregado al capitán del
pesquero, María Alejandra, con el cual supuestamente debería tener
un encuentro en un punto prefijado cercano a las islas.
Cuando, según ese relato, el barco habría cumplido una apreciable cantidad de
millas en su derrota, Malvich, manifiestó haber recibido órdenes por radio para
que regresara a Puerto Deseado. Una vez allí, se habría dispuesto la
desafección definitiva del Córdoba para toda otra operación
auxiliar, procediéndose a la descarga de todo el material bélico embarcado.
Según la constancia oficial el buque partió de Puerto Deseado el día 20 de mayo
a la hora 09,15 rumbos a Buenos Aires para continuar con sus tareas habituales.
Excusas! El Buque Córdoba terminó su derrotero en Puerto Deseado porque el Capitán se negó SISTEMÁTICAMENTE a ir a Malvinas por el bloqueo impuesto por los británicos, por lo que decidió "chocar" el buque contra el muelle y lo averió, no pudiendo navegar.
ResponderEliminarTuvimos que ir a Puerto Deseado a descargar nuestro material (del GADA 601), y trasladarlos por tierra para luego llevarlos a Malvinas por Hércules.-
Hoy, todos sus tripulantes son Veteranos de Guerra sin haber escuchado un cohete y, además, TODOS tiene Síndrome Postraumático de Guerra.-
Memoria señores...MEMORIA.-
Soy el Sargento 1ro (R) VGM Mario Giurca
Buenas tardes. Con todo respeto, pregunto... ¿Existe posibilidad de acceder a la lista del personal militar que fue parte de la tripulación del "Córdoba" durante la gesta de Malvinas? Desde ya, muchísimas gracias... VIVA LA PATRIA!!!
ResponderEliminarHola Dr Dario DI FLORIO, pido disculpas por demorar en responder y es porque solo cada tanto veo los comentarios. Lamentablemente no dispongo ese listado.
ResponderEliminarSaludos