Comentario. Capítulo 13. B/M CORDOBA en el conflicto Malvinas,
del libro de Jorge Muñoz “Misión cumplida”.
Cuando
el 25 de junio de 1982 el Comandante Naval de Transporte Marítimo, Capitán de
Navío Emilio J. Osses envió una nota oficial al Presidente de la Empresa Líneas
Marítimas Argentinas, en reconocimiento por el desempeño que les cupo a los
Capitanes Mercantes de la Empresa , durante el conflicto bélico con Gran
Bretaña en la conducción de sus unidades en el mar; no hizo distingos de
situaciones y con espíritu magnánimo expresó en sentidas palabras su
pensamiento al respecto: “Dicho desempeño, que me enorgullezco una
vez más en resaltar, no hago más que ratificar el acendrado patriotismo,
sentido del deber y orgullo profesional que caracteriza a nuestros hombres de
la Marina Mercante ”.
Dicha admiración correspondía tanto para aquellos marinos mercantes que habían
tenido que pasar por las más duras contingencias del conflicto como para
quienes aún estando dispuestos a cumplir las misiones que le ordenaran,
no llegaron a recibir la orden de cruzar al archipiélago o internarse en las
conflictivas aguas de la Zona de Exclusión Total. Dentro de esta condición se
encontraban los transportes logísticos de ELMA y también de Transportes
Navales, quienes generalmente cumplieron su tránsito desde puertos de nuestro
litoral fluvial hasta puertos patagónicos.
Entre otros, este fue el caso del carguero de ELMA Lago Traful,
cuya trayectoria merece destacarse no solo por la voluntad y disposición de sus
tripulantes sino también por la responsabilidad en cumplir siempre más allá del
deber con la misión que se le impuso.
El barco mercante Lago Traful para el tiempo de iniciado el
conflicto se encontraba amarrado e inactivo en forma definitiva en el Puerto de
Santa Fe. Y para ponerlo en funcionamiento, fueron necesarios cuarenta y dos
los hombres de la Empresa que con carácter voluntario ya se habían ofrecido
para cumplir con el servicio de colaborar con nuestras Fuerzas Armadas
empeñadas en la defensa de nuestro territorio.
Mientras se citaba a los tripulantes para su traslado a Santa Fe, donde debían
iniciar los primeros trabajos de reactivación a bordo del Lago Traful,
quién sería su capitán, D. Esteban Segura, junto con el Jefe de Radio Miguel
Zárate y la Primer Oficial de Radio Stella Carrión, fueron convocados a la sede
del Comando de la Armada para ser instruidos en el uso de claves, su
decodificación; el manejo de los elementos de comunicación para tiempo de
guerra, como así también recomendaciones para que pudieran sortear de la mejor
manera las distintas situaciones a las que pudieran quedar sometidos.
El 6 de mayo todos los tripulantes se encontraban en Santa Fe donde comenzó el
arrancho general con aplicación a comprobar el funcionamiento de todas las
maquinarias. Para ello se sometió a pruebas al motor principal, bombas en
general, máquina del timón, generadores, guinches de carga, equipo frigorífico,
cabrestantes, maniobra de carga, radio, caldera, cocina, sanidad y demás
equipos auxiliares. Esta demás decir que parte de estos elementos se
encontraban en precarias condiciones de uso y tuvieron que ser rehabilitados
gracias al esfuerzo y la pericia de todos los componentes. Pese a ello y como
más adelante se verá las reparaciones no alcanzaron a dejar todo en optimas
condiciones, pero el entusiasmo general logró que el barco se pusiera en pocos
días a son de mar.
Al día siguiente comenzó la carga consistente en vehículos pertenecientes a una
Brigada del Ejército Argentino que tenía acantonamiento en las provincias de
Formosa, Chaco y Corrientes. En total fueron algo más de 200 vehículos de
diverso tipo, cargados como es norma del Ejército, con toda su carga operativa,
es decir con combustible, municiones, raciones, equipos de comunicaciones, etc.
Junto a este material también embarcó el personal militar encargados de su
mantenimiento: dos oficiales y siete suboficiales.
Al Santa Fe también llegó material y equipos necesarios para la activación del
barco. Entre ellos, aunque mal estibado pues se encontraba en un contenedor
refrigerado, arribó un equipo de radio para captar ondas de radioaficionado. El
Jefe de Radio, Zárate, y su segundo, la Oficial Carrión , pese a la
contrariedad se dispusieron a poner en funcionamiento el aparato de especiales
características y mediante el buen uso de un secador de pelo que facilitó
Carrión consiguieron salvar el trasmisor de perjudicial humedad.
Finalizadas las operaciones de carga, sin ningún tipo de demora ni daños para
el material embarcado, el Lago Traful zarpó el día 11 de mayo a las
08,30 hs, con destino a Punta Quilla en la Provincia de Santa Cruz. La travesía
se cumplió de acuerdo a las instrucciones recibidas: no utilización de quipos
electrónicos (radio, radar, sonda, etc.,) y navegando de noche solo con las
luces reglamentarias.
Durante las primeras 72 horas de navegación se produjeron diversas averías que
gracias a la pericia de los mecánicos pudieron ser solucionadas. A las 12,30
del día de la zarpada se produjo una avería en la culata de un cilindro de
motor principal. Fondeados frente a la Planta Cargill los técnicos procedieron
a su reparación hasta que pudieron reanudar la marcha cuando eran las 21.00
horas. En la noche del día siguiente debieron parar máquinas, gareteando, por
baja rotación debido a pérdidas en tubería de fuel-oil. Luego de dos horas se
reparó la avería y pudieron reiniciar la navegación. Un día después, en horas
de la tarde, cuando ya habían dejado a tras el Faro de Punta Mogotes y se
dirigían a Punta Delgada, en la Península de Valdéz, navegando a una distancia
de entre 80 a 95 millas náuticas de la costa se paró el motor principal por
pérdidas de vapor. Una vez reparado el daño cuando era la hora 18.00
continuaron la derrota.
Todo el trayecto bordeando la Provincia de Chubut se realizó a distancias
máximas de la costa que oscilaron entre 35- 50 millas náuticas. Es decir mucho
más allá de las 12 millas de todo el litoral marítimo argentino que los
británicos habían puesto como límite para sus acciones de guerra a partir del
día 7 de mayo. La advertencia era clara, todo avión o barco, militar o no que
se encontrara mas allá de las 12 millas de la costa sería atacado, pero también
la navegación imponía un margen de seguridad y no podían acercarse tanto a la
costa por los peligrosos escarceos que ésta presentaba.
El día 14 se cruzaron, de vuelta encontrada, con el buque Lago
Argentino, también de ELMA que realizando una idéntica misión que el Lago
Traful había transportado pertrechos del Ejército desde el puerto de
Santa Fe a Puerto Quilla y ahora retornaba en lastre al puerto de embarque para
realizar su segundo viaje.
Dos días más tarde el Lago Traful atracó en Punta Quilla. Cuyo
capitán de puerto era el Capitán de Fragata (IM) Pasos. Luego de ser autorizada
su entrada por Prefectura Naval, se hizo presente en representación del
Ejército Argentino el Mayor Pelliza quién como receptor de la carga
transportada presenció las operaciones de descarga que se cumplieron los días
17, 18 y 19 en forma satisfactoria.
Teniendo en cuenta que en el puerto de Punta Quilla no se contaba con mucha
mano de obra especializada, el personal militar tuvo que oficiar de estibador y
en su apoyo surgió la espontánea colaboración del personal de todas las
secciones de abordo. Además de brindarles comida a los hombres de armas, los
tripulantes mercantes se dispusieron para trabajar como guincheros, efectuar
maniobras con amantillos y ostas, armar y desarmar plumas reales con el fin de
activar todos los servicios de forma que no hubiera demora en las operaciones.
Finalizada la descarga el capitán Segura recibió la orden de la Armada y de la
Gerencia de Operaciones de ELMA de proseguir la navegación a Puerto Deseado
para reemplazar al buque Córdoba. Dando cumplimiento a la orden
zarparon de Punta Quilla el 19 de mayo a las 17.00 horas y arribaron el día siguiente
a Puerto Deseado.
El día 24 de mayo, embarcó el Capitán de Corbeta Correa Llanos, quién se
presentó en el comedor de oficiales acompañado por el Capitán de Puerto,
Capitán de corbeta Carlos Olveira. En dicho salón fueron convocados los tripulantes
del Lago Traful ante quienes el Capitán Correa Llanos expresó
su complacencia por el conocimiento que tenía del alto espíritu que dicho
personal había demostrado, dadas las circunstancias que se vivía en el orden
nacional.
Dos días más tarde Correa Llanos realizó acompañado del Capitán Segura, una
recorrida por el buque. En esa oportunidad el jefe naval expresó que en caso de
recibir órdenes de dirigirse a las Islas Malvinas, él realizaría el viaje junto
a sus tripulantes. En este recorrido se le mostró a Correa Llanos, entre otros
detalles a tener en cuenta, la existencia de dos cajonadas de cemento sobre
grandes tuberías de refrigeración de agua al motor principal, que en caso de
fuerte oleaje y fuertes vibraciones las cajonadas correrían el peligro de
romperse con el consiguiente contratiempo para la navegación.
Siempre en espera de órdenes para ir a Malvinas donde transportarían casi con
certeza, combustible de aviación en tambores, municiones, armamento, raciones y
otras cargas, los tripulantes del Lago Traful no permanecieron
quietos ni ajenos al clima bélico. Habiendo atracado su costado varios
pesqueros que luego zarpaban hacia el teatro de operaciones fue habitual que
éstos solicitaran algún tipo de ayuda. Tal fue el caso del María Alejandra,
a cuyo capitán Luis Alberto Quagliarella, además de proveérsele de diversos
elementos del buque, se le prestó asistencia técnica para solucionarle
problemas en máquinas, radio y equipos de cubierta.
De igual manera los responsables de las comunicaciones del Lago Traful se
dedicaron a aprovechar la pausa de espera para tratar de lograr con sus medios
radiales alguna comunicación enemiga. Para ello usaron el receptor de banda
corrida digital con honda marítima que fueron modulando hasta conseguir
localizar algunas comunicaciones militares británicas. Esta novedad, Zárate se
la comunicó al Capitán Segura y con su anuencia se la hizo saber al jefe de
radio del Buque de Desembarco ARA San Antonio que estaba
amarrado cerca del Lago Traful. El oficial naval una vez que
comprobó que la captación de honda era real e interesaba al desarrollo de la
inteligencia que se hacía de las comunicaciones inglesas, le asignó a Zarate un
segmento de frecuencia para que hiciera escucha y le informara de los
resultados. Zarate siempre secundado por la eficaz oficial Carrión se mantuvo día
y noche en escucha logrando reconocer y grabar las frecuencias con mensajes del
enemigo que luego pasaba al San Antonio. No conforme con esta
escucha Zarate decidió ampliar el segmento de frecuencia asignado y su
corazonada tuvo éxito. Los resultados positivos de escucha sobre controladores
aéreos y controladores de tiro de militares británicos fueron, a dichos
de los oficiales de la Armada encargados de descifrarlos, de gran valor
para la inteligencia militar que informaba a las defensas argentinas.
El 11 de junio, día en que se determinó el Alto el Fuego en Malvinas, el Lago
Traful recibió la orden de zarpar y dirigirse al puerto de Buenos
Aires donde arribó cuatro días después. Durante los días siguientes recibieron
instrucciones de preparar las bodegas para transportar desde Puerto Argentino
al continente a personal militar argentino. Esto no llegó a concretarse ya que
dicho personal regresó mayoritariamente en buques británicos.
Soy hija de un tripulante del barco Lago Traful.Mi padre fue primer contramaestre y viajo en el año 1961 para traer el buque a Bs As.Si hay gente que pueda mandarme mas informacion o fotos de la tripulacion estaria agradecida.
ResponderEliminarMi papa Jorge Godoy fue jefe de maquinas en las decadas 70/80
EliminarMuy buen informe aunque debo hacer una aclaración, el día que se decretó el alto el fuego en Malvinas fue el 14 de junio y no el 11, como dice al final.
ResponderEliminarMuchas gracias por este informe, toda la tripulación colaboró mas allá de sus funciones con voluntad y esmero; pero sobre todo, con gran patriotismo. Atte. Stella Maris Carrión, primer oficial de radiocomunicaciones, del B/M "Lago Traful".
ResponderEliminarEstimada Stella Maris, me interesa sobremanera comunicarme con usted y conocer su experiencia de 1ra mano. Le agradecería especialmente que me indique algun medio de contactarla.Le dejo mi mail: miriam.simcovich@gmail.com. Gracias!!
EliminarHola buen día,yo soy nieto del marinero Justo Noé Gonzálezdel buque traful,si alguien tiene info por favor seria tan amable de mandarme,desde ya muchas gracias,maurogvaldez@hotmail.com
ResponderEliminarMi padre, Mario Cortés, fue el 1er comisario del Lago Traful durante el conflicto de Malvinas.
ResponderEliminarBuenas tardes! Soy Jose Pedro Lopez en el tiempo de Malvinas fui tripulante del buque Lago Traful como aprendí marinero actualmente estoy viviendo en Tucuman mi pregunta es si alguien me puede informar si su tripulación fue considerada veteranos de Malvinas
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