En el día de la
fecha y con 81 años fecha falleció el Secretario General de Luz y Fuerza Oscar Lescano. Fue el reemplazo de Oscar Smith, dirigente secuestrado y
desaparecido en 1977. Fueron 28 años al frente de su gremio.
Juan Carlos Pucci, falleció a los 60
años en julio de este año. Estuvo al frente del Centro de Patrones y Oficiales
Fluviales de Pesca y de Cabotaje Marítimo desde 1994. Fueron 19 años de Secretario General.
Luís Enrique Venturini. Falleció a los
85 años el 20.11.2011. Desempeñaba el cargo de Secretario General del Sindicato
General de Electricistas y Electronicistas Navales desde el 02 de agosto de
1959. Fueron 52 años al frente de su
gremio.
Después de esta recordación con respeto, seguramente se los analizara políticamente dado que el paso de ellos por los gremios ha dejado huella seguramente.
Una de esas
facetas y de la que me ocupare, es que se observa que la democracia sindical va tomando otras formas, la renovación es
por fallecimiento, aunque no este escrito en ningún Estatuto sindical. Muy
triste es escuchar hablar de democracia sindical, pienso que se debería buscar una
palabra más acorde. Por supuesto que esto de querer perpetuarse en el poder no
escapa a los políticos en general, donde lo tornan como una profesión, son como
los “elegidos o los iluminados”, pero de volver al llano no se los escucha. La única
excepción fue Luís Zamora, que después de pasar varias veces por el Congreso,
renuncio a su jubilación y durante un tiempo fue vendedor de libros hasta
recuperar sus clientes como abogado. Pero como dice el refrán, una golondrina
no hace el verano.
Volviendo a los
dirigentes sindicales, el comentario no empieza ni termina en los Secretarios
Generales, porque por un lado esa persona seguramente antes ocupo un lugar
importante en el organigrama de su gremio, y por otra parte están los que
llegan al gremio ocupando un lugar y se quedan ahí toda la vida. Y nosotros
conocemos en cada sector a más de uno en esa situación.
De esta forma termina
generándose toda una escuela de dirigentes, allí lo primero que se aprende es
como transformarse en imprescindible, “a
como sea”.
Todos estos
comentarios no implican renegar de la vital importancia de la vida sindical, ni
de plantear el divisionismo sindical, pero hay situaciones que serian tragicómicas
si no fuese por las consecuencias que deberán soportar los trabajadores.
En mi opinión,
la clave esta en los Estatutos: cuando no hay interés en modificarlos, donde
los mandatos no tienen limites (*); que no son transparentes; que quien gana se
queda con todo llegando ellos mismo a autocontrolarse a través de Comisiones
Revisoras de Cuentas de la misma lista,
y si modifican el Estatuto es para que las normas compliquen la
existencia de la oposición; así se acalla el pensamiento distinto, así impera
el pensamiento único y la perpetuidad.
Para redondear
lo anterior, las posibilidades de cambio están dadas en la efectiva
participación de los afiliados y que en algún
lugar hayan jóvenes dispuestos a trabajar para ser ellos los artífices de los
cambios. Sinceramente creo que son los únicos que pueden modificar este viejo
pensamiento de “permanecer”, desde ya deberán modificar el Estatuto antes que también le tomen el gusto a estar a sotavento de un escritorio y
regresar a casa todos los días a las 1700 hs.
(*) Lula, el ex
Presidente de Brasil afortunadamente pensaba distinto. Cuando fue Secretario
General de la CUT
(la CGT
brasileña), modifico el Estatuto y puso un límite de dos mandatos.
Eduardo Canon
09.09.2013.-
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