10 de septiembre de 2013

Renovación sindical por defunción de los Secretarios?

En el día de la fecha y con 81 años fecha falleció el Secretario General de Luz y Fuerza Oscar Lescano. Fue el reemplazo de Oscar Smith, dirigente secuestrado y desaparecido en 1977. Fueron 28 años al frente de su gremio.

Juan Carlos Pucci, falleció a los 60 años en julio de este año. Estuvo al frente del Centro de Patrones y Oficiales Fluviales de Pesca y de Cabotaje Marítimo desde 1994. Fueron 19 años de Secretario General.

Luís Enrique Venturini. Falleció a los 85 años el 20.11.2011. Desempeñaba el cargo de Secretario General del Sindicato General de Electricistas y Electronicistas Navales desde el 02 de agosto de 1959. Fueron 52 años al frente de su gremio.

Después de esta recordación con respeto, seguramente se los analizara políticamente dado que el paso de ellos por los gremios ha dejado huella seguramente.


Una de esas facetas y de la que me ocupare, es que se observa que la democracia sindical va tomando otras formas, la renovación es por fallecimiento, aunque no este escrito en ningún Estatuto sindical. Muy triste es escuchar hablar de democracia sindical, pienso que se debería buscar una palabra más acorde. Por supuesto que esto de querer perpetuarse en el poder no escapa a los políticos en general, donde lo tornan como una profesión, son como los “elegidos o los iluminados”, pero de volver al llano no se los escucha. La única excepción fue Luís Zamora, que después de pasar varias veces por el Congreso, renuncio a su jubilación y durante un tiempo fue vendedor de libros hasta recuperar sus clientes como abogado. Pero como dice el refrán, una golondrina no hace el verano.

Volviendo a los dirigentes sindicales, el comentario no empieza ni termina en los Secretarios Generales, porque por un lado esa persona seguramente antes ocupo un lugar importante en el organigrama de su gremio, y por otra parte están los que llegan al gremio ocupando un lugar y se quedan ahí toda la vida. Y nosotros conocemos en cada sector a más de uno en esa situación.

De esta forma termina generándose toda una escuela de dirigentes, allí lo primero que se aprende es como  transformarse en imprescindible, “a como sea”.

Todos estos comentarios no implican renegar de la vital importancia de la vida sindical, ni de plantear el divisionismo sindical, pero hay situaciones que serian tragicómicas si no fuese por las consecuencias que deberán soportar los trabajadores.

En mi opinión, la clave esta en los Estatutos: cuando no hay interés en modificarlos, donde los mandatos no tienen limites (*); que no son transparentes; que quien gana se queda con todo llegando ellos mismo a autocontrolarse a través de Comisiones Revisoras de Cuentas de la misma lista,  y si modifican el Estatuto es para que las normas compliquen la existencia de la oposición; así se acalla el pensamiento distinto, así impera el pensamiento único y la perpetuidad.

Para redondear lo anterior, las posibilidades de cambio están dadas en la efectiva participación de los afiliados y que en  algún lugar hayan jóvenes dispuestos a trabajar para ser ellos los artífices de los cambios. Sinceramente creo que son los únicos que pueden modificar este viejo pensamiento de “permanecer”, desde ya deberán modificar el Estatuto antes que también le tomen el gusto a estar a sotavento de un escritorio y regresar a casa todos los días a las 1700 hs. 

(*) Lula, el ex Presidente de Brasil afortunadamente pensaba distinto. Cuando fue Secretario General de la CUT (la CGT brasileña), modifico el Estatuto y puso un límite de dos mandatos.
  
Eduardo Canon

09.09.2013.-


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