24 de febrero de 2014

Cap 2 Evolución histórica de nuestra Marina Mercante. De la Colonia a 1940 Pág. 25-84




Las Leyes de Indias contenían muchas disposiciones referentes a la navegación española en las Américas. Señalaban una característica fundamental: el monopolio de la navegación estaba reservado a los españoles. La tripulación de los navíos destinados a las Indias debía estar integrada por marineros naturales, de los reinos de España, con excepciones rigurosas. Por lo tanto la navegación de los ríos argentinos fue realizada por primera vez por españoles, en embarcaciones construidas, en astilleros españoles o americanos. Los extranjeros solían navegar en las colonias españolas, sólo con licencias especiales.




En 1794, Manuel Belgrano, es designado como Secretario Perpetuo del Real Consulado de Industria y Comercio del Virreinato del Río de la Plata, quien entre muchas creaciones de importancia, crea las Escuelas de Dibujo y de Náutica, el 25 de noviembre de 1799. Siendo sus primeras autoridades, como Director, el ingeniero Pedro A. Cerviño y como subdirector, el piloto mercante Juan Alsina. La Escuela funcionó durante un corto tiempo, porque la armada española, consideró que la atribución que se tomó el Consulado, excedía sus limites y se cerro. No era buena política formar personal de la colonia, para desempeñar esas funciones.



El 26 de mayo de 1810[1], el presidente de la Junta, designada el día anterior, Cornelio Saavedra convoca a los cuatro  comandantes, de  buques británicos fondeados en la Rada, y les comunicó lo siguiente;

“… que es intención y deseo de esta Junta continuar la mas firme alianza con el Rey de Gran Bretaña...!

El Dr. Manuel Belgrano[2], comprendiendo la importancia del comercio exterior, la conveniencia de contar con una marina mercante, astilleros, personal idóneo (tripulantes) y los beneficios económicos y ventajas políticas escribió;

“El provecho de la navegación es, pues, tan claro como el de la agricultura y de las manufacturas. Por consiguiente, la navegación acrecienta las fuerzas reales y relativas de un cuerpo político.
Toda nación que deja hacer por otras una navegación que podría hacer ella misma, disminuye sus fuerzas reales y relativas en favor de sus rivales.”

“Sí una nación navega por otra, o hace el monopolio de sus mercaderías, que viene a ser lo mismo, la agricultura y las manufacturas de éstos serán restringidas o aniquiladas, según el interés que encontrara en ello la primera; es decir, que el trabajo del pueblo y desde luego la población, los recursos del Estado vendedor, estarán en manos del Estado navegante.”


[3]“… El provecho del pueblo navegante será todo el exceso del precio de la venta sobre el de la compra, y este provecho será la pérdida del pueblo dependiente.
En esta posición, la mas honrosa que se puede imaginar, los intereses políticos del pueblo dependiente estarán subordinados por la necesidad a los intereses del pueblo navegante.

Como es un principio de comercio practico, que el mas rico en capitales tiene mas facilidades para comerciar y para obtener la preferencia, es evidente que cuando mas tiempo haya un estado un pueblo en la dependencia de otro para la exportación de su superfluo, mas difícil le será sacudir el yugo, que se ha impuesto, a menos que el pueblo navegante no cometa faltas que le priven de su ventaja…”.

“…De donde se pude concluir que la salud y la conservación de un Estado exigen que no se dejen jamás entrar a los extranjeros en  concurrencia con sus navegadores en la exportación de sus producciones, ni en la importación de las mercaderías de que no hay necesidad.
Tal es el objeto del famoso acto de navegación de los ingleses, al cual deben la extensión de su comercio, y de su marina…”

Es indiscutible que Manuel Belgrano, es uno  de nuestros máximos Padres de la Patria, los pensamientos volcados, demuestran claramente la visión, de que el país debía contar con una marina mercante al servicio de su comercio interior y exterior, además de ocuparse de otros temas fundamentales, como la educación, destacaba la necesidad de educación de las mujeres, de la cual se veían privadas, por los prejuicios de la época, la industrialización, la construcción de puertos seguros, la defensa del cabotaje nacional reservado a buques nacionales, referente a la agricultura, también le dedicó numerosos informes, recomendando que la tierra sea cultivada todo el año y la rotación de los cultivos, para evitar el agotamiento de la calidad de la tierra de utilizarse, el monocultivo. Incluso especifica la forma de dividir los campos y que se debería sembrar en ellos.

También dedicó muchos trabajos, sobre el comercio, tanto interno como externo.  
El reglamento de Belgrano para las escuelas:
AMAR A LA PATRIA ES QUERER A SU GENTE
El propio Manuel Belgrano redactó el Reglamento para las escuelas que fundó. Algunos puntos de ese Reglamento son:
·    La educación tiene que basarse en el amor a la Patria, es decir, a su gente, sin discriminación.
·    Las escuelas deben tener fondos suficientes para garantizar libros y útiles a todos los alumnos.
·    Los maestros deben tener buena remuneración, por la importancia de su tarea. Además, el maestro es un padre de la patria y debe ser tratado como tal en las celebraciones.
·         No debe haber diferencias entre alumnos. Se les prohíbe ir a la escuela vestidos con lujo.
Sobre la creación de la Escuela Nacional de Náutica, recomiendo la lectura del trabajo, realizado por el señor,  Pablo Rodríguez Leirado, “Lecciones de 200 Años”. Sobre la Escuela Nacional de Náutica “Manuel Belgrano”[4].

La Asamblea General Constituyente, por decreto del 23 de marzo de 1813 dispuso, que las tripulaciones de embarcaciones dedicadas a las operaciones de las playas, debieran ser integradas por naturales del país. Este es el primer antecedente patrio, de la legislación nacional sobre cabotaje.

Nuestro Director Supremo, Carlos María de Alvear (1789-1852), sólo quince días después de asumir, Alvear había enviado a Río de Janeiro, al secretario de la Asamblea, Manuel García, quien era  portados de 2 cartas del Director Supremo, dirigidos , una para el embajador británico en Río de Janeiro, Lord Strangford, y otra para el ministro de  Relaciones Exteriores Castlereagh

Manuel García se reunió en secreto, con Strangford a principios de 1815; no le entregó ninguna de estas dos cartas, pero le permitió leerlas.

Este acto poco conocido, de las intenciones del Director Supremo C. M. de Alvear, volverían a repetirse un siglo después durante la denominada I Década Infame, en los pliegos  que enviaba el Director Supremo al Rey del Reino Unido, expresaba;

“…Este país no esta en edad ni en estado de gobernarse por si mismo… en estas circunstancias solamente la Nación Británica puede poner un remedio eficaz a tantos males, acogiendo en sus brazos a estas Provincias que obedecerán a su Gobierno y recibirán sus leyes…”
y continua;
“…No puede abandonar a los habitantes del Río de la Plata en el acto mismo en que se arrojan a sus brazos generosos…”, “… Estas Provincias desean pertenecer a la Gran Bretaña, recibir sus leyes, obedecer a su Gobierno y vivir bajo su influjo poderoso. Ellas se abandonan sin exigencia alguna a la generosidad y buena fe del pueblo ingles…”, “… que vengan tropas que impongan a los genios díscolos…”

"Yo deseo que V.E. se digne escuchar mi enviado, Dn. Manuel García, acordar con él lo que V.E. juzgue conducente y manifestarme sus sentimientos, en la inteligencia que estoy dispuesto á dar todas las pruebas de sinceridad de esta comunicación, y tomar de consuno las medidas que sean necesarias para realizar el proyecto, si en el concepto de V.E., puede encontrar acogida feliz en el ánimo del Rey y la Nación. Dios Guíe á V.E. Ms As. Bs. Ays. E° 25 de 1815. Carlos de Alvear. "

Strangford le aconsejó cambiar el texto de las cartas por otro más acorde con la nueva situación de alianza de Inglaterra con Fernando VII. El monarca español que habia retomado el trono de España, luego del triunfo sobre los invasores franceses, esta  nueva carta, escrita por Manuel García, fue enviada a Londres, por medio de Bernardino Rivadavia, pero nunca fue entregada.

En general, excepto los admiradores de Alvear, se lo considera un gesto de traición a la patria, si a ella se la entiende, como una nación independiente de toda dominación extranjera y no solamente de la corona española, error que se consagrara, en el Acta de la Independencia el 9 de julio de 1816 y corregida rápidamente el 19 de julio.

Producida la Independencia, el 9 de julio de 1816, el diputado  Pedro Medrano[5], (1769-1840) solicita al resto de los congresales una reunión secreta, que se lleva acabo el 19 de julio, donde se modifica  el Acta, firmada el día 9, agregándose al texto original, que decía “… de los Reyes de España y su metrópoli…”, se le agrega, “Y de toda otra dominación extranjera…”.

El 23 de noviembre de 1816, se promulga el decreto del Director de las Provincias Unidas, General Pueyrredón. En dicho decreto se distingue entre cabotaje mayor y menor.
Subsistiendo el sistema de la reserva del cabotaje, para los nacionales.

El primero correspondía a la navegación desde los cabos de Santa María y San Antonio al interior del Río de la Plata en todos sus canales, riachos, ensenadas y puertos de Norte y Sur,  banda oriental y occidental hasta los confines de la provincia del Paraguay.

El cabotaje mayor podía ser efectuado por americanos, extranjeros con carta de ciudadanía, conforme a la ley y españoles domiciliados en el país, por más de 10 años con familia. En cuanto al cabotaje menor comprendía  la carga y descarga de los buques de ultramar que arribaran al puerto de Buenos Aires o al de la ensenada de Barragán (hoy puerto La Plata).

El cabotaje menor debía ejecutarse exclusivamente, por los hijos del país con domicilio o sin él y determinaba que “… de ningún modo por europeos ni por españoles extranjeros, en clase de patrones ni en buques de la propiedad de algunos de éstos, debiendo en todo caso, unos y otros, matricularse conforme a ordenanza…”.

En 1820 se estableció que los propietarios de buques de cabotaje debían prestar fianza por mil pesos, prohibiéndoles, cambiar de rumbo y tocar puertos enemigos.

El 23 de junio de 1821, se firma la Convención de Pilar, por los gobernadores de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos, que en su artículo 4° determinaba que en los ríos Paraná y Uruguay navegarían únicamente los buques de las provincias amigas cuyas costas fueran bañadas por dichos ríos.

El 25 de enero de 1822, se firma el “Tratado del Cuadrilátero” en el cual se proclamó, lo siguiente;

“…el comercio marítimo en todas sus direcciones y destinos en buques nacionales, sin poder ser obligados a mudarlos, abonar derechos, descargar para vender sus mercaderías o frutos por pretexto alguno, por los gobiernos de las cuatro provincias, cuyos puertos subsisten habilitados en los mismos términos, sólo si para obviar el perjudicial abuso del contrabando, podrán ser reconocidos por los guardacostas respectivos, como sus licencias, guías y demás documentos con que deban navegar, siendo decomiso lo que venga fuera de ello…”.

Ese mismo año se exonera del pago de derechos de puerto, incluso patentes, a los buques nacionales que naveguen en las costas patagónicas.

El 2 de febrero de 1825 se firma un tratado de Amistad, Comercio y Navegación con Gran Bretaña, en su artículo 7º disponía, que serían considerados, buques de las Provincias Unidas todos aquellos construidos en territorios de las mismas, debidamente matriculados y de propiedad de sus ciudadanos, y cuyo capitán y tres cuartas partes de la tripulación fueran ciudadanos de las Provincias Unidas, iguales condiciones exigía, para el reconocimiento, de un buque británico. Ambos Estados se daban mutuamente la condición “nación mas favorecida”. Es fácil notar que la Argentina, careciendo de una marina mercante de ultramar, el dominio de nuestro comercio exterior quedaba en manos de las flotas extranjeras, fundamentalmente, la británica. Recién en 1941 con la creación de la Flota Mercante del Estado y la nacionalización, de la ex Cia. Mianovich, luego Empresa Dodero, el país comenzó a tener una participación de su comercio exterior.                   

El 4 de enero de 1831, los gobernadores de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos firman un acuerdo que aseguraba entre los habitantes de las provincias signatarias, el goce recíproco de las franquicias y seguridad de entrar y transitar con sus buques y cargas en todos los puertos, ríos y territorios de cada una de dichas provincias. Los frutos y efectos de cualquier especie que se importaran o exportaran del territorio o puertos de una provincia a otra, por agua o por tierra, no debían pagar más derechos que si fueran importados por los naturales de la provincia en que residieran, bien fuera permanente o accidentalmente.

En 1843, causaba seria preocupación en los EEUU, la discriminación que sufría respecto a las tarifas, que la Confederación Argentina, aplicaba a los buques mercantes de su bandera, por lo que este reclamaba, la reforma de los derechos de tonelaje, decretada por el gobierno de Buenos Aires, que dejaba a la marina mercante norteamericana en condiciones desventajosas, respecto de la británica.

Por esta reforma, los barcos extranjeros debían pagar $ 4 por tonelada contra $ 3,0 que pagaban los barcos de la Confederación Argentina, a los cuales estaban asimilados, los británicos. en virtud de las disposiciones estipuladas por el tratado de 1825.

El 31 de mayo de 1852, ya vencido Rosas, se firma el Acuerdo de San Nicolás, en cuyo artículo 2º declaraba:

“…que en atención al estado de plena libertad en que se hallaban las provincias, había llegado el momento de arreglar, por medio de un congreso federativo, la navegación y el comercio interior y exterior del país”.

Por su parte el artículo 3º establecía, que los artículos de producción o fabricación nacional o extranjera, así como los ganados de toda especie que pasaran por todo el territorio de una provincia a otra, serían libres de los derechos llamados de tránsito, como así también los carruajes, buques o bestias en que fueran transportadas.

Además, ningún otro derecho podría imponérseles en adelante, cualquiera fuera su denominación, por el hecho de transitar el territorio.
Finalmente, el artículo 16º, atribuía al Poder Ejecutivo la facultad de reglamentar la navegación de los ríos interiores de la república.

Hasta la sanción de la Constitución Nacional (1853), los diferentes gobiernos que siguieron a la colonia, trataron de mantener el principio de que el cabotaje, fuera reservado para los buques y ciudadanos argentinos.

Muchas fueron las circunstancias adversas, que conspiraran contra la aplicación efectiva de esta política.

Los continuos bloqueos, las necesidades económicas internas, la lucha fratricida por conseguir la unidad nacional, eran asuntos de mayor envergadura que relegaban a un segundo plano, el problema de la defensa del cabotaje.

De la sintética reseña efectuada, hasta aquí, se  puede afirmar, que el cabotaje era tenido en cuenta dentro de los asuntos que interesaban al desarrollo económico y político del país. Por otra parte todo este tiempo de guerras e inestabilidades políticas, conspiraban contra el establecimiento de un comercio sólido y estable.

El 8 de octubre de 1852, Urquiza firma un decreto, que es el iniciador de una posición diametralmente opuesta, en lo que se refiere al cabotaje, con referencia a la política aplicada, desde  la Colonia, que era la reserva del cabotaje, al pabellón nacional, por ese decreto se declara la libre navegación de los ríos Paraná y Uruguay a favor de todas las banderas.

El 1 de mayo de 1853, es sancionada la Constitución Nacional, que actualmente nos rige, con las reformas de las Convenciones de 1860, 1866, 1898, 1957 y 1994. Que en su artículo 26˚ dice;

“…La navegación de los ríos interiores de la Nación es libre para todas las banderas, con sujeción únicamente a los reglamentos que dicte la autoridad nacional”, este artículo consagra el principio de la libertad de navegación, de nuestros ríos interiores, para los buques de cualquier país. Cuando el texto se refiere a la “navegación”, se entiende, que se trata de la navegación comercial, es decir cargar, transportar y descargar mercaderías entre los puertos interiores del país.

Varios legisladores, entre ellos Ferré, Zuviría, Mármol y otros se opusieron a la política de libre navegación, tal como surge del Artículo 26º.

No obstante, la Ley de Cabotaje, establece que tanto la navegación comercial fluvial, como el cabotaje marítimo, entre los puertos nacionales (Ej. Transporte de mercaderías y/o pasajeros entre Buenos Aires y Madryn o entre Mar del Plata y Ushuaia, etc.,)  sólo pueden ser realizados por buques de bandera argentina o reconocidos como buques argentinos, es decir inscriptos en nuestro país.
Otros artículos referidos al cabotaje, en la Constitución de 1853, eran; 

Artículo 14º, todos los habitantes de la Nación gozan del derecho de navegar y comerciar;

Artículo 12º, los buques destinados de una provincia a otra no están obligados a entrar, anclar, pagar derechos por causa de tránsito;

Artículo 11º, los artículos de producción o fabricación nacional o extranjera, así como los ganados de toda especie, que pasan por el territorio de una provincia a otra son libres de los derechos llamados de tránsito, siéndolo también los carruajes, buques o bestias en que se transporten;

Artículo 75º, incisos 10, 13 y 18 corresponden al Congreso, reglamentar la libre navegación de los ríos interiores, reglar el comercio marítimo y terrestre con las naciones extranjeras y de las provincias entre sí, y promover la construcción de canales navegables y

Artículo 99º, inciso 11,  es atribución del Poder Ejecutivo concluir y firmar tratados de comercio y de navegación.

El 10 de julio de 1853, se firman tratados de libre navegación de los ríos Paraná y Uruguay con Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos de Norte América.

Este convenio, se lo ha considerado una “imprudencia”, recibiendo muchas críticas, estos tratados permanecen en vigencia. Otros países, Brasil por ejemplo, han otorgado la libre navegación de sus ríos por un acto interno, y por lo tanto, eminentemente revocable, tal como lo había hecho Urquiza en 1852 (8/10/1852).

En virtud de la inserción de la cláusula de nación más favorecida, en el tratado de julio 1853, las marinas mercantes de los países signatarios, Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña, vinieron a gozar de iguales beneficios o sea los beneficios otorgados al cabotaje nacional.

El 7 de marzo de 1856, se firma con Brasil un tratado de paz, amistad, comercio y navegación; donde se acuerda la libre navegación de los ríos Paraná, Uruguay y Paraguay sobre la base de la reciprocidad.

El 20 de noviembre de 1857, se firma con Brasil la llamada, “Convención Fluvial”, ratificada por la Ley 172, del 18 de julio de 1858 y que entrara en vigencia, el 20 de julio de 1858.

En esta Convención se estableció en su artículo 1º, “…que la navegación de los ríos Paraná,  Uruguay y Paraguay era libre para el comercio de todas las naciones desde el Río de la Plata hasta los puertos habilitados  o que se habilitaren  en cada uno de dichos ríos, conforme a las concesiones ya hechas por los países firmantes, en sus decretos, leyes y tratados”.

En su artículo 2°,  determina que la “… libertad de navegación concedida a todas las banderas  no se extendía a los afluentes, ni de la que se hiciera de puerto a puerto de la misma Nación. Esta Convención prevé la posibilidad de hacer del cabotaje un monopolio nacional reservado a las embarcaciones y tripulaciones nativas”.







Valores de exportaciones argentinas[6]. En $

Items
1868
1869
Lana y pieles de oveja
 12.500.000
 11.500.000
Sebo
4.500.000
6.500.000
Cueros
6.000.000
7.500.000
Tasajo
2.000.000
2.000.000

Exportaciones (En tons.)

Exportaciones
1872
1873
1874
Cueros salados de vacunos
16.878
26.265
242.046
Cueros secos de vacunos
110.411
181.946
138.507
cueros salados de equinos
2.493
7.513
2.656
Cueros secos de equinos
3.915
10.868
3.925
Cajas de sebo
1.735
2.740
4.662
fardos de lana
18.250
27.719
34.461
Fardos de piel de oveja
5.872
6.857
5.903
Quintales de tasajo
20.500
-------
35.095


Comercio Internacional Argentino[7]
(en miles de pesos oro)

Año
Export.
Import.
Balanza comercial
1870
23
28,2
-5,2
1875
52,3
58,3
-5,7
1880
58,7
45,9
12,8
1885
83,9
92,2
-8,343
1890
100,8
142
-41

La economía experimentó, en buena parte de los años transcurridos entre 1870 y 1890, fuertes desequilibrios comerciales. Desde la década de 1870 la balanza de pagos argentina era equilibrada con crecientes importaciones de capital británico y con la política gubernamental de colocar empréstitos en el exterior que provocaron un gran endeudamiento.

En 1916, se publican escritos póstumos, del Dr. Juan Bautista Alberdi[8], que dicen;

"Antes de 1825, la causa americana estaba representada por el principio de su independencia territorial. Conquistado este hecho, hoy se representa por los intereses de su comercio y su prosperidad material, de civilización y provisión de  rutas, de su marina, de su industria y de su comercio

Ya la Europa no piensa conquistar nuestro territorio y lo que quieren arrebatarnos es el comercio, la industria, para plantar en vez de ello su comercio, su industria. Sus armas ya no son los cañones, son sus fábricas y su marina”.

“… la America del Sur, emancipada de España, vive bajo el yugo de su deuda publica. San Martín y Bolívar le dieron su independencia, los imitadores modernos de esos modelos la han puesto bajo el yugo de Londres…”

Sociedad Rural
En 1866 se creó la Sociedad Rural Argentina. Menos de un centenar de integrantes, eligieron a su primer presidente, José Martínez de Hoz. Desde sus albores, la entidad funcionó como "la voz del campo", aunque en verdad, jamás representó los intereses de los pequeños y medianos productores, y mucho menos de los miles de arrendatarios, que pusieron en producción los campos, de la que una elite, se apropió de manera irregular durante la lucha contra el indio, campaña del desierto al mando de Julio A. Roca, quien produjo una gran matanza, de los habitantes originarios y muchos sobrevivientes, fueron llevados a Buenos Aires y distribuidos de la siguiente manera, entre las familias mas importantes, a las cuales le entregaban un hombre para los trabajos en el campo, una mujer para los servicios de la casa y un niño para que sirviera como mandadero de la familia, restituyendo la esclavitud que fuera anulada en 1813.[9]

En 1866 se comienza la construcción del puerto de Buenos Aires, inaugurándose la Dársena Sud en 1889.

El Estado, ante la falta de entusiasmo de la acción privada, establece los primeros servicios, con la lejana Costa Sud, donde van surgiendo ciudades-puertos como, Bahía Blanca, Carmen de Patagones, etc.

El 5 de octubre de 1876 son sancionadas las Ordenanzas de Aduana, por Ley 810. El artículo 441, disponía que el comercio de cabotaje pudiera realizarse por toda clase de buques mercantes, cualquiera fuera su tonelaje y bandera, esta política de libertad a todas las banderas continuaría hasta la sanción de la Ley 7049 en 1910.

Hasta  1875, la Argentina debía importar, gran parte del trigo y la harina para su consumo. La acción del tráfico fluvial y en un grado más relevante, el desarrollo del sistema ferroviario, volcaron con el tiempo la situación. La Argentina se convierte en pocos años en un gran país cerealista, exportador y abastecedor del mercado interno.

 En 1876, el Poder Ejecutivo de la Provincia, manifestó en nota del 13 de agosto de 1876, que "Habiendo llegado la oportunidad de aprobar los planos para las obras de canalización del Riachuelo… por su parte cree preferible entre todos los planes que se han presentado, el del señor ingeniero Luis A. Huergo, y el Poder Ejecutivo Nacional, por resolución del 18 del mismo se adhiere a la opinión manifestada por el de la Provincia y aprueba los planos de Huergo." Las bases fueron aprobadas definitivamente por ley del 12 de octubre de 1876.

Como consecuencia de su proyecto y obra, el ingeniero Huergo consiguió un calado de más de 20 pies constantes, por tal motivo pudo entrar, el 25 de enero de 1883, el vapor transatlántico “L'Italia” de la sociedad R. Piaggio, pudo fondear en el Puerto del Riachuelo, en la actual Avenida Pedro de Mendoza y Lamadrid.

El Puerto del Riachuelo,  fue uno de los más cómodos y seguros, en su época, no solo para los buques de cabotaje, sino también para los de ultramar.

En el mes de julio se tomaron nota del movimiento de barcos, para una comparación:
Año
Buques
Toneladas
1882
3.396
73.161
1883
3.395
79.830
1884
4.719
157.770

También ese año se llevó adelante, un estudio estadístico del movimiento portuario, en los  primeros siete meses de los mismos años, que arrojó los siguientes resultados;

Año
Buques
Toneladas
1882
23.551
543.823
1883
25.886
643.602
1884
32.629
964.215

Fueron muchas las mejoras introducidas, por el ingeniero Huergo, en los puntos de embarco, como ser los almacenes fiscales, la construcción de muelle en una extensión 3.435 metros lineales, el adoquinado de la ribera en otra extensión de 10.504 metros cuadrados, la colocación de doce pescantes hidráulicos, uno para diez toneladas y siete móviles de dos y media toneladas.

En la Vuelta de Rocha, fueron colocados dos pescantes a vapor, con un radio de 21 pies (6,40 metros) y con una capacidad de izado de dos y media toneladas de peso, cada uno.

La canalización del Riachuelo realizada bajo la dirección, del ingeniero Luis Huergo, que en 1876, dio un nuevo impulso a la zona, al permitir la entrada de mayores buques, tanto en su eslora como en su calado.

Antes del fin de siglo todavía se concretarían nuevos emprendimientos navales: Astilleros Badaracco, que ya contaba con un emprendimiento en el curso del Riachuelo, solicita y es autorizado en 1882, a montar otro astillero en la ribera sur de la zona, siendo esta la razón para que la segunda curva entrando, se la comenzara a llamar hasta el presente, como la “vuelta de Badaracco”, astillero donde se botó en 1885, el vapor “Primer Argentino” de 1.000 toneladas, el mayor construido hasta entonces; por sendos decretos del presidente Roca, de 1884 y se autorizó a Fader y Peña a construir en sus terrenos un dique hidráulico de carena; en 1885 se habilitaron los primeros guinches a vapor en los muelles del Riachuelo y se autorizó al Ferrocarril del Sur a construir 500 metros de muelles en su ribera sur; en 1894 se aprobó la propuesta de Nicolás Badaracco de construir un varadero en su astillero de la ribera sur.

En 1888, había en la Boca astilleros que empleaban más de 300 obreros navales, y construían embarcaciones de hasta 400 toneladas.

El Riachuelo fue reduciendo su actividad, con la construcción de puerto Madero y posteriormente Puerto Nuevo, por muchos años fue utilizado por remolcadores y pequeñas embarcaciones fluviales hasta que en la década de 1960, finalmente, por decisión de la Prefectura Naval Argentina, fue desactivado como puerto auxiliar.
1876.
El 1er cargamento de carne refrigerada.
Buque “Frigorifique”,

El primer envío de carne refrigerada mundial se hizo cuando el buque “Northam” zarpó de Australia al Reino Unido, en 1876, sin embargo, la maquinaria de refrigeración se averió en el camino y el cargamento se perdió.

El 28 de Diciembre de 1876, amarra el buque “Frigorifique”, proveniente del puerto de Marsella (Francia), a fin de experimentar, el sistema de refrigeración (carga enfriada), inventado, por el ingeniero francés Charles Tellier[10], y embarcar al mismo tiempo las famosas carnes argentinas con destino a Europa. En el puerto de Campana, se realizó el primer embarque, comenzando la faena de los animales, en proximidades de dicho puerto. A medida que se producía la faena, se iban cargando, en las bodegas del buque.

Ello sucede siete años antes de levantarse el primer frigorífico, en América meridional, el que se construiría también, próximo a Campana.

Finalizada la operación, el buque “Frigorifique”, levó anclas el 18 de Mayo de 1877 rumbo a Francia con 22 toneladas de carne vacuna, concretando así la primera exportación de carnes enfriadas realizadas, en el país, auspiciada por la Sociedad Rural
Menos de un año más tarde, “Le Paraguay”, equipado con un sistema de refrigeración mejorado, de congelamiento a -30o C (Carga congelada), descargó en Buenos Aires. A diferencia del primer experimento, la carne llegó a Buenos Aires en buenas condiciones.
LAMPORT & HOLT LINE
En 1884 se formó la Cia Argentine Steam Lighter Co., basada en Buenos Aires, que se encargaba de una flota de buques feeder en el Río de la Plata.

La firma Argentine Steam Lighter Co. (fundada en 1884) fue vendida a Alberto Dodero de Buenos Aires.

El proyecto aprobado finalmente, por Ley 1.257, de los tres proyectos, que se habían presentado, fue el de Eduardo Madero.

En marzo de 1887 comenzó la construcción de Puerto Madero, finalizando la obra en marzo de 1897, a un costo de 35.000 pesos oro. Incluyó 4 diques y 2 dársenas Los diques I, II, III, IV y las Dársenas Norte y Sur. En 1905 se completó con Dock Sur y el Riachuelo.

Proyectos para la construcción
del puerto de Buenos Aires


El 24 de junio de 1897 se inauguró el que sería conocido como el “Puerto Madero”, en honor a su diseñador y constructor, una de cuyas entradas era la Dársena Norte construida, como casi todo el puerto sobre el antiguo fondeadero de “Balizas Interiores”. La Dársena Norte poseía dos diques de carena. El primer buque que ingresa para sus reparaciones, es el “Regina Margherita”. Previamente se había efectuado una prueba, con un buque de la Armada Nacional.

En 1898, por Ley 3727, se introduce una modificación en los ministerios del Poder Ejecutivo Nacional, entre ellos figuraba el de  “Agricultura, Industrias y Comercio”, entre las funciones que le  asignaban, estaba la de supervisar la actividad naviera argentina.

La Argentina importaba todo tipo de bienes manufacturados. Vestidos de algodón, productos de ferretería, maquinarias y materiales de ferrocarril, eran algunas, de las principales importaciones provenientes de Gran Bretaña.

En el caso de Francia, se dio un incremento en la importación de vino proveniente de aquel país.
La sal era importada de Cádiz, el carbón de Cardiff, los ítems lujosos tales como la cristalería y la porcelana provenían de Alemania, así como cerveza, gin, tabaco y otras mercaderías.



Comercio Anglo-argentino e Inversiones

(en miles de libras esterlinas)


         (1)
          (2)
Año
Export.
Import.
Export.
Import.
1870
6.093
9.904
2.346
1.486
1871
5.449
9.199
2.464
1.989
1872
9.530
12.416
3.911
1.903
1873
9.556
14.805
3.729
2.604
1874
8.980
11.685
3.128
1.271
1875
10.486
11.628
2.386
1.360
1876
9.695
7.273
1.544
1.664
1877
9.026
8.154
2.092
1.699
1878
7.565
8.822
2.318
1.100
1879
9.951
9.347
2.063
828
1880
11.770
9.181
2.451
887
1881
11.588
11.141
3.341
585


(1) Comercio argentino.

(2) Comercio del R. Unido con la Argentina

Con la creciente prosperidad económica argentina, crecieron las importaciones de estos ítems provenientes más del continente europeo que de Gran Bretaña. No obstante esta tendencia, la importación de productos británicos siguió siendo importante, en el cuadro siguiente, se detallan, los principales países extranjeros, en años indicados;

Reber[11] afirma, “…que entre 1875 y 1880, el Reino Unido aportó entre el 24,9% y el 27,8% del total de las importaciones argentinas mientras adquirió sólo entre el 15,1 y el 7,4% del total de exportaciones argentinas.

Justamente, la raíz del déficit de balanza de pagos de la Argentina residió en las características del intercambio comercial argentino-británico…”






Distribución de las importaciones argentinas[12].
Por país de origen. En porcentaje
(1875-1880)


Año
Bélgica
Brasil
Francia
Alemania
Italia
España
R. Unido
Uruguay
EEUU
Otros
1875
3,3
5,4
22,1
3,9
5
5,8
17,8
5,7
5,6
15,4
1876
4
6
23,2
5
6,6
6
24,9
5
5,4
13,9
1877
4,5
6
20,5
5
5
6,4
24,6
7,7
5,8
14,5
1878
6,4
5
20,9
5
6,1
6
27,7
4,8
6,6
11,5
1879
6,9
5
20,4
4,9
6
4,9
27
4,8
8,5
11,6
1880
5,5
5,4
18,4
5,2
5,8
5,5
27,8
7,2
7,2
12

Como puede observarse, en cuanto a la procedencia de las importaciones argentinas, el Reino Unido superó a las importaciones francesas

La lista de destinatarios de las exportaciones señala en cambio en primer término a  Bélgica y Francia, principales compradores de lana. El Reino Unido fue disminuyendo notoriamente sus compras a la Argentina. En el año 1880 la actividad comercial era de saldo fuertemente positivo con Francia y Bélgica y por el contrario acentuadamente negativo el comercio con Gran Bretaña. Los excedentes del comercio  con, Francia y Bélgica, contribuían a pagar los saldos negativos que ocasionaba el comercio con Gran Bretaña.

Distribución % de las exportaciones argentinas[13]
País de destino
(1875-1880)

Año
Bélgica
Brasil
Francia
Alemania
Italia
Chile
R. Unido
Uruguay
EEUU
Otros
1875
30,7
1,5
18,6
2,4
3,4
7,0
15,1
2,0
6,0
13,3
1876
30,3
2,6
18,6
3,0
3,9
6,4
15,5
2,9
5,1
11,7
1877
29,1
4,2
20,4
2,7
3,0
7,4
12,3
3,1
5,5
12,3
1878
25,5
4,8
25,8
2,7
2,2
5,7
9,6
2,6
7,0
14,1
1879
28,9
6,9
24,3
3,2
3,3
2,4
7,4
3,0
7,9
12,7
1880
24,7
3,4
27,7
4,4
3,5
2,2
9,2
3,1
8,8
13
                                                               
En 1892, el ingeniero Rudolf Diesel[14], crea, el motor de combustión interna, en el que la combustión se realiza a presión constante y el encendido es por la elevación de la temperatura, originada por la compresión del aire en el cilindro, al convertirse, el calor desarrollado en trabajo mecánico, por el movimiento del pistón.

El primer buque, con motor diesel, se puede considerar, al buque tanque “Vandal”, construido en San Petesburgo en 1904 y el primer buque con motor diesel destinado a la navegación marítima, fue el petrolero holandés “Vulcanus”,con un motor Werkspoor, de 6 cilindros, simple efecto, 4 tiempos y 450 CV (443 HP) o (331,2 Kw.). Las potencias de buques de pasajeros, el “Orange”, en 1938 alcanzaban los 37.635 CV y el caso del italiano de 1927, los 28.000 CV. En 2006 el portacontenedores “Emma Maerks” de 13.500 Teus de capacidad, tiene, un motor de  14 cilindros con una potencia de 109.000 HP/80.000 Kw.

En 1895, el tráfico de Europa a la Costa Este de America del Sur, era cubierto por 16 compañías navieras, de estas 6 eran de origen británico, 3 francesas, 3 italianas, 3 alemanas y 1 española.

Las dos compañías navieras, subvencionadas, eran la “The Royal Mail Steam Packet Company” y la “The Pacific Steam Navigation Company, ambas dominaban el mercado, según el segundo volumen de la navegación de pasajeros (y carga) de Kludas[15].

Desde 1899 la Royal Mail Lines, puso en servicio, seis unidades del Tipo “Danube” de 6.000 TRB, velocidad 15 nudos, equipados, para 215 pasajeros en 1ª  Clase, 36 en la 2ª Clase y en 3ª Clase 350 en cubierta. Las compañías alemanas no podían competir, con los buques británicos, en velocidad y comodidades de los pasajeros, teniendo en cuenta que la Hamburg Sűd, solo disponía de buques de 3.800 TRB y velocidades de 10/11 nudos y confort de menos calidad, para pasajeros.

Los grandes buques de pasajeros y carga de las compañías de la competencia, estaban subsidiadas por los Estados, por lo que sus órdenes de construcción, no estaban sujetos a un margen económico y financiado por si mismo, a diferencia de la Hamburg Sűd.

En 1894, la agencia Marítima Antonio Delfino, se constituyó en el agente general de la Hamburg Süd, en Buenos Aires y mantendrían una fuerte relación comercial.


Ley de conversión

En el año 1899, la llamada “Ley de conversión”, fijó en 2,27 la paridad del peso papel, respecto al peso oro, relación que rigió sin interrupción hasta la crisis de 1930[16]

El  Presidente Roca, en su mensaje al Congreso de la Nación en 1902, menciona, el establecimiento de este nuevo servicio a la Patagonia, no podemos dejar de considerar la situación de conflicto con Chile, por los límites en el sur y la necesidad de ocupar, ese enorme territorio nacional, olvidado, del poder central de Buenos Aires, por años.

Habían resultado infructuosos los intentos, de fomentar una marina mercante de ultramar nacional, mediante la Ley 4.819 de octubre de 1905, que proponía un subsidio para aquellos armadores que se comprometieran, con algunos requisitos, entre otros, realizar tráficos regulares hacia diversos puertos europeos con buques de bandera argentina.   

Línea Nacional del Sud

El 15 de octubre de 1901, se inauguró un nuevo servicio, que atendía el puerto de Buenos Aires y los puertos Patagónicos, a cargo de la  denominada, “Línea Nacional del Sud”. La propietaria de los buques era  la empresa alemana, Hamburg Süd, asociada a su agente marítimo, en Buenos Aires, Antonio Delfino. En ese tiempo no existía, Ley de Cabotaje, casi todo el comercio de la zona era atendido por buques extranjeros. 

El primer viaje lo realizó el buque “Comodoro Rivadavia” (ex Paraguassu). La empresa alemana colocaba sus barcos con bandera argentina y con la misma facilidad, los retornaba a la bandera alemana, de acuerdo a sus necesidades[17].

No podemos dejar de destacar la actuación que le cupo al señor Antonio M. Delfino, en la implementación del servicio, en ese momento, su firma representaba, al 40 % del tonelaje de empresas navieras extranjeras, que llegaban a puertos nacionales.

Durante los primeros años, de la implementación, tuvo pérdidas, tal como se estimaba, debido se navegaría, aun territorio hostil y sin ninguna infraestructura portuaria ni vial. Pero a partir de 1907 los resultados comenzaron a ser positivos, fundamentalmente por la lana de esta zona y también por el mayor movimiento de pasajeros

La Hamburgo Süd, a instancia de su Agente General Antonio Delfino de formar una empresa asociados, que denominarían, “La Porteña”, de remolque y lanchas, cual le garantizaría la atención de sus buques y a su vez prestar servicios a otras compañías, lo cual le brindó buenos negocios y mejoró en general el despacho, de todos los buques que utilizaban el puerto de Buenos Aires


Buques puerto Río Gallegos
Carga fardos de lana

Otra sugerencia de Antonio Delfino, a la empresa alemana, fue la de explotar el servicio de cargas y pasajeros entre Buenos aires y Montevideo. Tráfico cubierto, hasta ese momento, solamente, por la Cia. Mianovich.

Este servicio se lanzó a fines de 1913, Colocando en este tráfico, a 2 vapores de 2.600 TRB cada uno y una velocidad de 15 nudos, con un viaje diario, desde cada terminal.

En estas circunstancias, se dió un choque de 2 grandes,  Antonio Delfino-Hamburg Sűd y por el otro lado Nicolás Mianovich-Alberto Dodero, en una línea sólo atendida hasta esta aparición, por Alberto Dodero, desde sus inicios, con la Mianovich, la contienda fue dura y llegaron a un acuerdo, creando un “pool”, un puntos mas del 55% para Alberto Dodero y el 45%, para Antonio Delfino y los alemanes y ahi termino la competencia.

Ley de Residencia
Ley 4144, llamada Ley de Residencia o Ley Cané, sancionada el 23 de Noviembre de 1902,  bajo la presidencia de Julio A. Roca, por el Congreso de la Nación. Habilitaba al gobierno a expulsar a inmigrantes sin juicio previo. Sucesivos gobiernos argentinos la utilizaron para contener y reprimir la organización sindical y política de los trabajadores, expulsando principalmente anarquistas y socialistas.

La iniciativa llevada al Congreso, por el diputado Miguel Cané (escritor, entre otras obras de “Juvenilia”) había surgido de un pedido formulado por la Unión Industrial, en 1899. Hasta su derogación en 1958, fue la herramienta legal que permitía, al Estado, disponer de un poder discrecional para la expulsión de extranjeros. Los destinatarios de su utilización fueron variando según la época.

En principio, perjudicó a extranjeros radicalizados y organizadores obreros, siendo así otro, eslabón represivo en la aguda confrontación de clases que se emparentada con la actitud política de gobernantes de otros países del mundo, donde se desarrollaban las luchas por los derechos de los trabajadores, expulsando principalmente anarquistas y socialistas.

Durante sus 56 años de vigencia se utilizaron diversos "criterios de expulsión", pero fundamentalmente dirigidos contra los movimientos de resistencia obrera, sobre todo en sus primeros tiempos de aplicación.

Su efecto recayó también en la deportación de tratantes de blancas u otros delincuentes. Si bien el Artículo 1º, condicionaba la deportación a la situación legal previa del inculpado, el Artículo 2º, evidenciaba la posibilidad de su aplicación discrecional.

Patagonia.
Transporte en carreta, tiradas por mulas
camino al puerto.


1905. Inauguración de la primera etapa del Dock Sud.

En 1906, British & Continental Line, establece una línea regular de carga desde Hamburgo y Amberes a Malvinas, Bs. As., Rosario y B. Blanca con salidas cada 15 días. La navegación, fué uno de los factores que dieron a Gran Bretaña, una posición dominante en el comercio exterior argentino y la posesión de los ferrocarriles, lo cual le daba una influencia decisiva y dominante, en toda nuestra economía.

En 1907, el Poder Ejecutivo, envía un proyecto de ley que fué sancionado, aunque jamás cumplido, en lo que respecta al cabotaje, esta ley contemplaba el estudio, construcción y explotación de obras de riego, navegación, regularización, limpieza y dragado de los ríos Pilcomayo, Bermejo, Colorado, Negro y Santa Cruz; puertos sobre el Atlántico y primas a empresas particulares que sirvieran los puertos del Sur. No resultó suficiente en cuanto a la protección del cabotaje nacional.

En 1908, la Houston Lines, establece un tráfico regular, quincenal, haciendo las siguientes escala Buenos Aires, Malvinas, New York, Boston.

El 10 de junio de 1907, el diputado Adolfo Saldías, presenta un proyecto de Ley de Cabotaje, que reservaba este comercio a buques de bandera argentina, exigiendo que por lo menos 2 de los tripulantes fueran argentinos. Tres años más tarde, este proyecto mejorado y ahora presentado por los diputados Saldías- Saavedra Lamas y siendo mejorado por el Poder Ejecutivo. Es enviado al Congreso de la Nación, que finalmente queda convertido en la;
Cuadro de texto: Ley de Cabotaje (Ley 7049), 
el 13 de agosto de 1910 y su decreto reglamentario fue 
Promulgado,
 el 10 de febrero de 1911.
 







La navegación y el comercio de cabotaje entre puertos nacionales quedaban reservados a los buques de bandera nacional. Se fijaban subsidios y se reducían derechos de importación. Uno de los requisitos necesarios para otorgar, el pabellón nacional, entre otros, era que el capitán y una tercera parte de la tripulación fueran argentinos.

La influencia de esta Ley, sobre el fortalecimiento de la marina mercante fue inmediata. A la Hamburg Sűd, le interesaba mucho esta sanción, ya que le eliminaría, toda posibilidad de competencia de buques extranjeros, ya que por acuerdo logrado, previamente al dictado de la norma, sus buques cambiaban de bandera, al dirigirse a los puertos patagónicos, pero incumpliendo, en muchas ocasiones, el requisito de la tripulación.

El 28 de noviembre de 1915, durante la I Guerra Mundial, fue detenido el buque “Presidente Mitre”, que navegaba en la costa bonaerense, entre Mar del Plata y el Faro San Antonio, fue interceptado por el crucero británico, ”HMS Macedonia”, pese a estar el buque en la matrícula nacional y llevar bandera argentina.

La tripulación y pasajeros del buque “Presidente Mitre”,  pasaron al buque ingles “HMS Orama” y trasladados al puerto de Montevideo, donde se les comunica, al capitán y el resto de la tripulación, de origen alemán y noruegos respectivamente, que se encontraban en calidad de prisioneros de guerra. El argumento era que la propietaria del buque, era la empresa alemana, Hamburg Sudamerika Line. Los pasajeros, son devueltos al puerto de Buenos Aires, en dos buques de la empresa “The Argentine Navigation (Dodero)

El buque, “Presidente Mitre”,  permaneció fondeado en el puerto de Montevideo, como presa de guerra británica.

El 29 de diciembre luego de una gestión diplomática, el gobierno ingles devuelve el buque y su carga y se compromete a no hostilizar a buques que naveguen en iguales condiciones, aunque ratifica, que el apresamiento era correcto, argumentando, que,
 “… obedeció a motivos fundados para suponer que es propiedad enemiga  en todo o en parte…”

Esto demuestra claramente, que la Ley de Cabotaje de 1910, era burlada abiertamente. Uno de los requisitos necesarios para otorgar, el pabellón nacional, entre otros, era que el capitán y una tercera parte de la tripulación fueran argentinos (Ley 7049).

Nueva empresa naviera

Sociedad Anónima Importadora y Exportadora de la Patagonia se originó en 1908, como Sociedad Anónima de Importación y Exportación de la Patagonia, Menéndez, Braun, Blanchard y Cía. Ltda, como una empresa conjunta, formada por las empresas chilenas Sociedad Ganadera y Comercial Menéndez-Behety y Braun & Blanchard, presumiblemente basada en Chile, pero luego de mudarse a Buenos Aires, en 1918 y que se muestran en los registros del Lloyds, hasta mediados de 1970.

Luego se incorporaron al tráfico de la costa patagónica, las empresas, Importadora y Exportadora de la Patagonia y Mihanovich.

Además de subvenciones a la industria naval y empresas armadoras, produjo liberación de gravámenes fiscales y exigencias de un mínimo de tripulantes y de obreros argentinos en los buques y astilleros.

En 1908, el diputado Saavedra Lamas presenta otro proyecto de ley, por el cual la navegación y el comercio de cabotaje, entre puertos de la República, debía constituir un monopolio reservado, a los buques de bandera nacional, salvo el caso de reciprocidad con las naciones ribereñas, determinaba también ventajas a la construcción naval y privilegios fiscales y aduaneros.

Este proyecto nunca se convirtió en ley.

El de 17 de septiembre de 1908, el Poder Ejecutivo manda al Congreso un proyecto, cuyo autor, era el entonces Ministro de Agricultura Ingeniero Ezcurra, que salvo matices, tenía muchos puntos comunes con los proyectos, de los diputados Saldías- Saavedra Lamas, el mismo disponía, que la navegación y comercio de cabotaje, como así también los servicios de puerto y playa, quedaban reservados a los buques inscriptos en la matrícula
nacional, mandados por capitanes o patrones argentinos naturales o naturalizados, con tripulantes, por lo
menos de un tercio, argentinos nativos, cuando la embarcación fuera de más de 200 toneladas de porte
También establecía privilegios, exenciones impositivas y primas o subvenciones a la navegación y la industria naval y argentina y varios proyectos para una Flota Mercante Argentina de alto porte.

Tampoco, este proyecto fue sancionado como ley.

En el año 1909, Mihanovich transforma su Compañía, en “The Argentine Navigation Co.”[18], anglo - argentina, con tráficos fluviales y marítimos desde Corumbá hasta Río Gallegos. Desnacionalizando la empresa que, pasó a ser una empresa inglesa.





1910
Estibadores. Cargando bolsas de más de 50 Kgr
Lingadas 12 bolsas. Una ya enganchada

En el año 1910, el 99 por ciento del comercio exterior argentino fue transportado en buques, correspondiendo el 9 por ciento al tráfico de cabotaje y el 90 por ciento al del ultramar. Este último porcentaje fue embarcado prácticamente en su totalidad, en buques de banderas extranjeras y de estas la inglesa, era la de mayor participación.

Dirección General de Explotación del Petróleo  de Comodoro Rivadavia:
Su Creación y Organización.
Decreto del Ministerio de Agricultura de la Nación
Diciembre 24 de 1910.

1°. Que la Ley N° 7059 autorizó al Poder Ejecutivo para reservar una extensión de (5.000) cinco mil hectáreas en la zona petrolera de Comodoro Rivadavia, dentro de la cual no se concederían pertenencias mineras ni permisos de exploración, durante el término de cinco años y podrían ubicarse secciones de 625 hectáreas en condiciones de ser ofrecidas en licitación pública a concesionarios particulares.

2°. Que a la vez, la misma ley ha autorizado al Poder Ejecutivo para reservar una o más de esas secciones y explotarlas por administración, utilizando sus productos en beneficio de la Armada y Ferrocarriles Nacionales, sin perjuicio de dedicar, como se comprende, el sobrante a satisfacer en condiciones económicas las necesidades industriales del país, a cuyo efecto ha abierto un crédito destinado a cubrir los gastos de la Ley, por la suma de quinientos mil pesos moneda nacional ($ 500.000 m/n) y se ha dictado el Decreto de septiembre 20, fijando la zona reservada y ordenando su amojonamiento y división.

5°. Que traídos a la consideración del Ministro todos esos estudios, su División de Minas, Geología e Hidrología, después de formuladas las observaciones que sugieren, han podido no sólo contestarlas satisfactoriamente, demostrando la utilidad de la explotación directa por el Estado, sino también agregar, refiriéndose a la clase de petróleo que surge hace tres años de los pozos de Comodoro Rivadavia y a sus ventajas como combustible, que éstas son tan numerosas e importantes, que es muy difícil, sino imposible, poner en duda la conveniencia por parte de los industriales, ferrocarriles y empresas comerciales en general, de hacer las modificaciones (por otra parte sencillas) que requiere la substitución del combustible sólido por el combustible liquido, hecho tan conveniente y ventajoso que se ha producido en todas las regiones petrolíferas del mundo, en las cuales ha quedado establecido que la economía realizada es de 25 % como mínimo.

El beneficio que para el país representa en cifras, la substitución del combustible extranjero importado (carbón) por el combustible nacional (petróleo), está representado por lo que actualmente desembolsa el país para proveerse del primero.

La cifra de importación, según las estadísticas oficiales, oscila anualmente alrededor de $ 50.000.000 m/n. (cincuenta millones de pesos moneda nacional). Además, el país compra anualmente petróleo bruto y derivados del mismo, por valor de ocho millones ($ 8.000.000) de pesos moneda nacional.

Esta cantidad también puede quedar en el país, no porque se pueda asegurar que el Yacimiento de Comodoro Rivadavia sea también capaz de hacerlo por sí, sino porque una vez demostrada prácticamente, la posibilidad de las explotaciones de esa naturaleza y del consumo del producto, no hay duda que los capitales tratarán de encontrar aplicaciones en los numerosos yacimientos petrolíferos, que posee el país en Salta, Jujuy, Mendoza, Neuquén, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego.

Nota: no fue buscando agua, que encontraron  petróleo, se sabía de la existencia de yacimientos en la zona de Comodoro Rivadavia y en otras provincias.

6°. Que no existiendo minas de carbón en explotación, el aprovechamiento por el Estado en beneficio de la comunidad, del petróleo de Comodoro Rivadavia, a fin de prevenir un acaparamiento por empresas particulares del combustible que requiere el país para aliviar su subordinación industrial y económica con respecto de las naciones que lo exportan, es tanto más conveniente en este caso, cuanto que esas empresas conservarían siempre amplio campo para sus trabajos en otras zonas próximas, al favor de esfuerzos que ha realizado el mismo Estado, fuera de que en la del descubrimiento actual no se podrían acordar concesiones por un término mayor que el de cinco años, condición difícil de conciliar con las exigencias del capital que respondiera a un plan serio y permanente de explotación.



1910
Construcción del trasbordador en la Boca
Buque de ultramar entrando al Riachuelo

Transcurrido, por otra parte este término, o al aproximarse su vencimiento, nada impediría que el Estado, aprovechando la experiencia adquirida, acudiera al concurso de empresas particulares, dentro de la zona en que se resuelve iniciar

EL PRESIDENTE DE LA NACION ARGENTINA,
DECRETA:
Articulo 1° — La Explotación del petróleo de Comodoro Rivadavia, dentro de la zona reservada por la Ley N° 7.059, se hará por administración, a cuyo efecto la dirección de los trabajos se confía a una Comisión compuesta de los señores Ing. Enrique M. Hermite, Jefe de la División de Minas, Geología e Hidrología, Ing. Luis A. Huergo, doctor Pedro N. Arata, señor José A. Villalonga y Adolfo Villate (hijo).

Art. 3° — Una vez medida y amojonada la zona reservada en la forma establecida por la Ley 7.059 y Decreto de Septiembre 20 de 1910, y resuelto cuáles sean los lotes que se destinen a la explotación por el Estado, la División de Minas, Geología e Hidrología entregará a dicha Comisión, que se denominará “Dirección General de Explotación del Petróleo de Comodoro Rivadavia”.

Se designa como presidente de la Dirección General de Explotación del Petróleo de Comodoro Rivadavia, al ingeniero Luis A. Huergo, además a los señores José A. Villalonga (representante del ferrocarril Pacifico) y al doctor Ramón Videla, que luego seria director del mismo ferrocarril, sus propietarios eran británicos.

Los intereses británicos en la Argentina
Los Ferrocarriles-Frigoríficos-Bancos

En 1811, se creó en Buenos Aires, la exclusiva Cámara de Comercio Británica, donde no se admitían extranjeros y mucho menos nativos. En esta Cámara, se fijaban los precios de los productos de exportación, fletes, etc.

Contaba con un fluido contacto, con el Foreing Office, (Ministerio de Relaciones Exteriores ingles).

Recién 1824, se acredita el primer Cónsul inglés, en nuestro país y al año siguiente, 1825, el Reino Unido reconoce nuestra independencia nacional.

Las inversiones inglesas
En miles de dólares (U$s)


1890
1926
Ferrocarriles
820.000
3.500.000
Minería
60.000
110.000
Bancos y otros servicios.
220.000
1.640.000
Total
1.100.000
4.250.000




Los ferrocarriles

La primera línea férrea, que se extendió en la Argentina tuvo 10 Km. de longitud; se inauguró en 1857 en Buenos Aires y unía el antiguo Parque (hoy Plaza Lavalle) con Flores, de capitales argentinos. Fue el origen del antiguo Ferrocarril Oeste, que hoy, se denomina Domingo F. Sarmiento.

El progreso de los ferrocarriles estuvo relacionado con el crecimiento económico del país. Así fue que la mayor expansión fue coincidente con la difusión de los cultivos en la Pampa; las líneas troncales se tendieron para unir las regiones productoras con las ciudades–puertos del litoral: Buenos Aires y Rosario. La red ferroviaria adquirió magnitud en tiempo relativamente breve.

En 1870 los rieles unieron Rosario con la ciudad de Córdoba.
En 1876 se extendieron hasta Tucumán.
En 1883 Mendoza quedó unida por ferrocarril a la red nacional.
En 1898 los ferrocarriles contaban con 16.500 Km. En explotación, la mayoría de ellos de capitales británicos y en menor escala franceses y nacionales

En 1913 el ferrocarril llegaba hasta Zapala.

La I Guerra Mundial, interrumpió el ritmo de crecimiento anterior, pero se continuaron, no sin gran esfuerzo, los ferrocarriles de fomento, construidos por el Estado, en el Chaco y en la Patagonia.

En las primeras décadas del siglo XX, se prolongaron las líneas hacia los países vecinos:
Santiago de Chile; por los Andes;
La Paz (Bolivia), por la Puna;
Asunción de Paraguay, a través de la Mesopotamia.

Más adelante, se construirían  dos ferrocarriles internacionales: de Salta a Antofagasta (Chile), el ferrocarril transandino del norte, inaugurado en 1947; de Orán (Salta) a Yacuiba y a Santa Rosa de Minas (al N de Santa Cruz de la Sierra en Bolivia), inaugurado en 1956.

Además se construyó el ramal industrial de Río Gallegos a Río Turbio, que permitió en una primera etapa, llevar el carbón hasta el puerto de Río Gallegos (en la ría) y posteriormente, a fines del siglo XX, prolongarlo hasta el nuevo puerto Loyola, este último demoró décadas en construirse.

Al 31 de diciembre de 1929 la red ferroviaria argentina alcanzaba una extensión de 37.550 kilómetros. De ellos, 25.906 pertenecían a compañías de capital británico,
4.171 a compañías de capital francés y el resto al Estado.


Raúl Scalabrini Ortiz[19], en cambio, consideraba al ferrocarril como principal arma de sometimiento y así lo analizaba y denunciaba;

“…El instrumento más poderoso de la hegemonía inglesa entre nosotros es el ferrocarril. El arma del ferrocarril es la tarifa… Con ella se pueden impedir industrias, crear zonas de privilegio, fomentar regiones, estimular cultivos especiales y hasta destruir ciudades florecientes. Es un arma artera, silenciosa y, con frecuencia, indiscernible hasta para el mismo que es víctima de ella”. Y sin quedarse en las definiciones ideológicas apelaba a los números:

“Para impedir la simple industria de la molienda… una bolsa de harina remitida a Salta paga $m/n 2.53 si se envía de Córdoba (862 Km.) y solamente $ m/n 2.06 si se la remite desde Buenos Aires (1600 Km.).

Es decir que la molienda es imposible en Córdoba y el salteño tiene forzosamente que alimentarse con harina molida en Buenos Aires… Para hacer 100 Km. de recorrido, el trigo que va directo a Buenos Aires paga $ m/n 4.97. Con el mismo recorrido, el trigo que va a cualquier otra estación de la línea paga $ m/n 6.15… La harina que sale de Buenos Aires para cualquier estación paga con un recorrido de 100 Km. $ m/n 5.95. Si sale de una estación del interior, por el mismo recorrido paga $ m/n 7.36…”.

El ferrocarril extranjero, no estuvo a disposición del crecimiento y desarrollo, de los países donde se asentaban, por el contrario incrementaban la dependencia de la “metrópoli”,  como muy bien lo explica, Allen Hut[20];

“… La construcción de los ferrocarriles en las colonias y países poco desarrollados no persigue el mismo fin que en Inglaterra, es decir, no son parte - y una parte esencial - de un proceso de industrialización. Estos ferrocarriles se emprenden solamente parta abrir esas regiones como fuentes de productos alimenticios y materias primas, tanto vegetales como animales. No para apresurar el desarrollo social por un estímulo a las industrias locales. En realidad la construcción de ferrocarriles coloniales y de países subordinados es una muestra del imperialismo, en su papel antiprogresista que es su esencia…”

Esta política ha provocado, naturalmente protestas que se ahogaron en su propia impotencia.


En el año 1946 el Estado Argentino, adquirió los bienes de las empresas extranjeras propietarias de los ferrocarriles.
En diciembre de 1946 se adquirieron las empresas de capital francés.

Las compañías, cuyos bienes pasaron a poder del Estado, eran Inglesas y Francesas, estas últimas, en diciembre de 1946

Los ingleses valuaban el ferrocarril en tres mil millones de pesos, Miguel Miranda, ministro de Economía, respondió, que el obsoleto material rodante no valía más de mil.

Finalmente[21], el 13 de febrero de 1947 se firma el contrato entre las empresas británicas y el Estado Nacional, por la compra de seis empresas importantes y cinco secundarias en m$n 1.800 millones y otros activos y propiedades (empresas de transportes: Villalonga-Furlong y otras; puertos Dock Sud, Ingeniero White y otros; empresas eléctricas; hoteles (Alta Gracia); frigoríficos; aguas corrientes; edificios y terrenos en todo el país) por 190 millones de pesos. En total se pagaron 2.002 millones de pesos, o sea 150 millones de libras esterlinas. Muchas de las cuales se cubrieron con los fondos bloqueados, que teníamos, en Gran Bretaña y que gracias al plan Marshall que recibió Inglaterra, la libra no perdió valor su convertibilidad.


Los frigoríficos ingleses

En la década de 1880, los capitalistas británicos, invirtieron en las plantas frigoríficas más importantes del país. En 1882, el británico George Drabble fundó la The River Plate Fresh Meat Company, cuyo capital declarado era de £ 200.000. Poco después, en 1886, otro británico, Hugh Nelson, conectado con una firma comercial de carnes, en Liverpool, Dublín, Manchester y Londres, estableció la Compañía Las Palmas, también en 1883, el local Eugenio Terrason había comenzado a preparar carnes ovinas congeladas en su establecimiento de San Nicolás.

En 1885 se sumó otra compañía de origen local, de nombre Sansinena, que comenzó su primera instalación frigorífica en el establecimiento "La Negra". Con el tiempo Sansinena, pasó a compartir capital británico y junto a las compañías de capital inglés The River Plate y Las Palmas arrendaron al único competidor no británico -el modesto establecimiento Terrason- y lo mantuvieron cerrado, controlando de manera absoluta el mercado.


Faena de los frigoríficos[22]
1884/1887

1884
1885
1886
1887

(1)
(2)
(1)
(2)
(1)
(2)
(1)
(2)
The River Plate
126,1
28
184,0
259
232,8
821
247,6
683
Cía. Terrasón
26,5
-
121,3
-
168,7
-
210,3
-
Cía. Sansinena
-
-
62,9
40
100,3
106
195,3
-
Totales
152,6
28
368,1
299
501,9
927
653,3
683
(1) Carneros En miles de cabezas
(2) Vacunos
 
Sociedades frigoríficas establecidas
(1908/1912)
en miles de $ oro


Capital social

Sociedades
1908
1912
Frigorífico
Ubicación
The River Plate Fresh Meat Co Ltd
2.250
2.250
Campana (1883)
Buenos Aires
Compañía Sansinena  Carnes congeladas (1884)
3.000
4.500
La Negra
Cuatreros
(1903)
Buenos Aires

The Las Palmas Produce Co. Ltd)
2.500
2.500
Las Palmas
(1887
Buenos Aires
La Blanca, Comp. Arg. De carnes congeladas
1.500
1.500
La Blanca (1903)
Buenos Aires
The La Plata Cold Storage Co. Ltd
2.005
5.000
La Plata (1904)
Montevideo
Uruguay
The Smithfield & Argentine Meat Co.
1.000
1.250
Zárate (1905)
Buenos Aires
S. A. Frigorífico Argentino
1.250
2.000
Argentino (1905)
Buenos Aires
The New Patagonian Meat Preserving & Cold Storage
-
2.608,6
Río Gallegos
San Julián
Patagonia
Fuente: Pedro Bergés, Secretario del Comité Argentino del   Frío. Anales S. R. A, 1913.

Los Bancos
Capital inglés y capital nacional:
Alianza imperialista

La banca inglesa en América creció rápidamente. En 1870, 4 bancos ingleses, operaban en América, con un total de 20 sucursales, la mitad de ellas en Argentina y Brasil. En 1913, se sumó un banco más,  y se llegó a 88 sucursales. Los bancos ingleses gozaron del favor del público y absorbieron una parte del ahorro acumulado en América Latina.

El capital inglés logró multiplicarse, sin recurrir al mercado monetario inglés y establecer una alianza con la clase dominante de los diversos países latinoamericanos. Casi de la mitad de las inversiones inglesas provenían de dos fuentes:
  • la reinversión de los beneficios no exportados y

  • el recurso al mercado monetario interno. Esta sustracción del ahorro nacional, fue una de las causas del atraso económico de América latina.

También operaban en la región del Río de la Plata bancos mercantiles que otorgaban créditos a las casas importadoras-exportadoras. Estos bancos preferían los créditos vinculados con las mercaderías manejadas por ellos mismos. En el caso de Baring Brothers, este banco mercantil rara vez autorizaba créditos inseguros y evitaba otorgar adelantos a cualquier casa comercial que tuviese más de una cuenta en Londres. Tomando estos y otros recaudos, el banco evitaba arriesgar su capital en las especulaciones de muchos de los comerciantes de Buenos Aires. Pero las estipulaciones crediticias de la casa Baring llevaron a que pocas casas comerciales de Buenos Aires solicitaran o recibieran créditos en esa forma.

A diferencia del Banco de Londres y Río de la Plata, el Banco Mercantil del Río de la Plata tuvo una trayectoria mediocre. Fundado en 1872, sucumbió al poco tiempo bajo los efectos de la crisis de 1873-1876.

Los inversores iniciales fueron la Banque de Paris et des Pays-bas, la London Banking Association, el barón Louis d'Erlanger, Henry Oppenheim, William Ashworth -hombre de negocios de Manchester-, Edward Lumb y dos Wanklyn, entre otros

Para finalizar y  entender correctamente, como funcionaban las economías latinoamericanas, Luis Vitale[23]  reproduce el pensamiento de Rosa Luxemburgo[24], quien, señaló en su libro, “La Acumulación del Capital”, con suma claridad los objetivos del capital monopólico, en los países coloniales y semicoloniales, lo siguiente;

“… control de las materias primas fundamentales, incorporación de mano de obra barata mediante la liquidación de las comunidades aborígenes, integración de ciertas relaciones precapitalistas al régimen capitalista mundial, convirtiéndolas en funcionales al sistema, venta indiscriminadas de productos manufacturados con el fin de asfixiar las industrias artesanales nativas, ampliación del capitalismo a las áreas de economía natural, introduciendo los ferrocarriles y otros medios modernos de comunicación y transporte para desintegrar las economías de subsistencia y generalizar la economía de mercado…”

Lamentablemente, el conflicto mundial, I Guerra Mundial, habría de tener influencias muy negativas, para el desarrollo de la incipiente marina mercante nacional.

En efecto, necesitados, los países en guerra, de contar con unidades que atendieran el transporte, de los imprescindibles abastecimientos que requería la contienda, tuvieron como consecuencia afectar el normal desarrollo de las actividades económicas nacionales Los países beligerantes- comenzaron a ofrecer altos precios por los buques, convirtiéndose esto en una irresistible tentación para los armadores argentinos, de vender sus pocas unidades.

Ante esta amenaza, los doctores Tomas Le Bretón y Leopoldo Melo, (Partido Radical), presentaron un proyecto de ley, por el cual se facultaba al Poder Ejecutivo, no sólo a prohibir la venta, cesión o cualquier otra forma de transferencia de buques argentinos a otras banderas, sino también a expropiar unidades mientras se prolongara la guerra.

 En realidad, este proyecto se extendía saludablemente en sus ambiciones, por cuanto intentaba implementar un efectivo fomento, del transporte bajo pabellón nacional y evitar verse afectado su comercio exterior, como, realmente ocurrió.
Una vez más, los poderosos intereses, algunos nacionales y otros extranacionales (principalmente británicos), prevalecieron, y esta propuesta no fue aprobada.

En consecuencia, se produjo, una masiva venta de buques, que provocó la disminución, de la flota nacional, de diversos tipos y portes, ocasionando un inmediato, agravamiento en las condiciones de dependencia  de nuestro comercio exterior y su transporte y produciendo un fuerte desempleo en el sector marítimo.

Alberto Dodero, se dedicó intensamente, a la compraventa de buques, durante el lapso de la I Guerra Mundial, vendió mas de 160, buques de varias banderas y otros artefactos navales, a los países aliados, especialmente, Francia, de las cuales 68, al menos, eran de bandera argentina, obteniendo una ganancia de, aproximadamente, 100 millones de dólares oro[25].

A la pérdida de las pocas unidades argentinas existentes, por la venta de buques por parte de A. Dodero, hay que mencionar, otro inconveniente mayor, y era la dependencia de nuestro comercio exterior a manos de las flotas mercantes extranjeras, la más importante, la inglesa, que se sumaba al monopolio ferroviario del mismo origen. Entre los cuales y mediante una fuerte suba en los fletes, navieros y ferroviarios,  absorbieron el alza de los precios de nuestros productos exportables, consiguiendo con eso, un fuerte subsidio a la economía inglesa, en detrimento de nuestros intereses.

El 30 de mayo de 1914 el buque tanque “Wanetta”, arrendado por la Dirección General de Explotación del Petróleo, recibió el primer cargamento de crudo, extraído del yacimiento de Comodoro Rivadavia, descubierto en 1907, iniciándose así el transporte  de hidrocarburos por vía marítima.

A diferencia del “Wanetta”, el buque tanque  “Ministro Ezcurra,” fue el primer barco, de bandera argentina, en hacerlo desde el citado lugar, el 27 noviembre de 1914. Su nombre, le fue asignado por decreto del 30 de mayo de 1914.

17/5/1914
Adquisición del Buque tanque  WANETA.
31/12/1915
Contrato arrendamiento buque Waneta

El buque tanque “Waneta”, que tenía en arrendamiento la Dirección General de Explotación del Petróleo y cuyo contrato vencería en breve término, podría suplir debidamente las exigencias del servicio, pues posee las condiciones requeridas, pese a su antigüedad, prácticamente probadas durante el tiempo que lleva empleado en la Explotación.

Que este buque ha sido propuesto en venta a un precio justo, siendo conveniente, por otra parte, contratar directamente su adquisición con los señores Chadwick Weir Co. de Londres, teniendo presente las dificultades en ese momento para obtener materiales en el extranjero;

Acuerdo General de Ministros. Mayo 17 de 1915.

Vista la nota que antecede de la Dirección General de explotación del Petróleo de Comodoro Rivadavia;
Se decide la adquisición del “Waneta que estaba a la venta en un precio de$ 214.200 o/s.

El 31 de diciembre de 1915, se firma el contrato de arrendamiento, se arrienda, dicho buque, aún no requisado por el gobierno ingles, a la firma "Chadwick-Weir", de Londres, por el que establece el precio mensual de $ 15.120 o/s (quince mil ciento veinte pesos oro sellado) para el arrendamiento del buque tanque Waneta a contar desde el 21 de Enero de 1916.

El "Wanetta", que realiza a partir de 1914, viajes entre Comodoro Rivadavia y Puerto Belgrano, y ocasionalmente hasta Buenos Aires.

El buque utilizó, ocasionalmente pabellón argentino, debe recordarse el estado de guerra entre Alemania e Inglaterra, en los años que nos ocupamos, pero no hubo real ni virtual cambio de bandera ni de puerto de registro.
En cuanto a la tripulación, comando, etc., la misma fue enteramente británica, y si alguna vez llevó militares o marinos argentinos a bordo, lo fue en condición de pasajeros.

Siguió operando hasta fines de 1917, luego en su viaje de regreso, a Inglaterra, se pierde todo contacto con el, presumiblemente un submarino alemán lo hundió[26].

Flota mercante mundial, el 1ero de julio de 1914
En miles toneladas de TRB[27].

País
Toneladas
% del
Total
Gran Bretaña
11.538,0
44,4
Dominios y colonias
901,8
3,5
Sub total
12.439,8
47,9
Francia
1.098,0
4,2
Rusia
498,5
1,9
Bélgica
218,8
0,8
Japón
1.048,0
4,0
Subtotal “aliados”
15.303,1
58,8



Alemania
3.096,0
11,9
Austria – Hungría
653,4
2,5
Turquía
67,8
0,3
Subtotal “imperio”
3.817,2
14,7
EEUU
1.195,0
4,6
Noruega
1.153,4
4,4
Suecia
587,5
2,3
Dinamarca
453,0
1,7
Holanda
909,0
3,5
Italia
871,4
3,4
Grecia
515,5
2,0
Otros países
1.193,6
4,6
Subtotal países neutrales
6.869,6
26,5
Total todo el mundo
25.989,9
100
Argentina
244 buques
0,11


Vale la pena recordar, que el canal de Panamá, se inauguró, el 15 de agosto de 1914, por lo tanto el cruce al océano Pacifico se hacia hasta esa fecha, por el estrecho de Magallanes.

En 1916, el diputado Lauro Lagos, presenta un proyecto de ley de creación de la Marina Mercante Nacional, en línea con el plan de empréstitos, propuestos por el Poder Ejecutivo, (Hipólito Yrigoyen), por un monto de 100 millones de pesos moneda nacional, destinados a la colonización, la creación de un banco agrícola, desarrollo de una marina mercante nacional y explotación del petróleo.

La comisión, que se formó para estudiar, la necesidad de una marina mercante, reconoció el faltante de bodega y el encarecimiento de los fletes, que sufren los exportadores / importadores, pero se opone, por entender que no se cuenta con personal idóneo, buques apropiados y capital suficiente para concretar el proyecto.
Demás está decir, que fracasaron ambos proyectos.


Las huelgas marítimas de 1916 y 1917

El 30 de noviembre de 1916 el personal de las compañías navieras de cabotaje que operaban desde el Riachuelo, en la Boca, dejó bruscamente sus labores; estos hombres, afiliados a la Federación Obrera Marítima (FOM), la más poderosa de las federaciones "sindicalistas", eran marineros, foguistas, pilotos, mozos cocineros, como así también los que trabajaban en remolcadores y lanchones del puerto central de Bs.As. De este modo la huelga no afectó sólo a la navegación sino además la de ultramar.

La huelga tenía como finalidad primordial un aumento en la paga, que compensase el creciente costo de vida y la reducción sufrida por los salarios desde 1914 a causa de la "guerra de tarifas" entablada entre las dos principales compañías navieras de cabotaje.

El sindicato eligió muy bien el momento para declarar la huelga: lo hizo en la primera semana de los embarques de la cosecha, con el fin de que los grandes transatlánticos no pudieran entrar en puerto, por la falta de remolcadores y lanchones, y presionaran a las empresas de cabotaje para que llegaran a un acuerdo rápido. Pero antes de que ello sucediera, el gobierno intervino súbitamente, de un modo que se haría más y más habitual en los dos años siguientes.

La FOM logró del Presidente H. Yrigoyen, la importante concesión de que no se recurriría a la policía portuaria. Así el gobierno podía presentarse como bando neutral, pero permitiendo a los huelguistas organizar con eficacia sus piquetes. En definitiva esta medida dio la victoria a los obreros.

Yrigoyen había entablado contacto personal con los líderes de la más importante federación sindicalista y había demostrado su apoyo a los obreros. Lo mismo sucedió meses después, en abril de 1917, al declararse una segunda huelga en el Riachuelo. Una vez más, los dirigentes de la FOM pudieron llegar sin inconvenientes hasta Yrigoyen, quien les prometió mantener a la policía fuera del asunto. También en esta oportunidad el sindicato salió victorioso.


El Dr. José Bianco[28] en su libro, dice, “…que los fletes marítimos, nos insumían en 1914, el 7,55 % de nuestra exportación total y en 1915, segundo año de guerra, el 25,78 %...”, y resume sus datos en el siguiente cuadro:


Años
Toneladas exportadas
Valor en         $ oro
Fletes marítimos
en $ oro
%
1914
7.538.871
349.254.643
26.357.133
7,55
1915
10.361.507
558.280.643
143.937.637
25,78


Carlos Alfredo Tornquist [29]  dice: “… Es notoria la suba que los fletes han experimentado ya desde 1916, habiendo llegado los de los cereales a más o menos 12 veces el importe que se pagaba antes de la guerra, cotizándose de 140 a 150 chelines, por tonelada, contra 12 chelines en 1913. El transporte de cueros vacunos secos a puertos del Mediterráneo costará cerca de 1.000 francos por tonelada, contra unos 50 francos en los tiempos de paz…”.

El valor de una tonelada de carbón desde Inglaterra, en 1914, era de 8,54 pesos oro, mientras que en 1917 pasó a 29,10 pesos oro, o sea un incremento de 240,75 %.



Buques argentinos hundidos, durante,
la I Guerra Mundial [30]

El hundimiento de la goleta Monte Protegido
(Abril de 1917)

El 4 de abril de 1917 se registró un hecho, que tuvo impacto en las relaciones argentino-alemanas y demostró la intención del gobierno de Yrigoyen de adoptar una postura equidistante de los bandos en guerra. En esa fecha, el velero de bandera argentina Monte Protegido, era propiedad del armador Pablo Arena, Cía. de Buenos Aires y había zarpado de Buenos Aires el 22 de noviembre de 1916 con un cargamento de lino con destino a Rotterdam, fletado por el gobierno holandés, e iba al mando del capitán Hans Telgen, fue hundido por un submarino alemán frente a las islas Scilly, ubicadas en el área de bloqueo decretado por la guerra submarina alemana.

En junio del mismo año, dos buques argentinos, el velero “Oriana” (6 de junio),  a una distancia de aproximadamente 40 millas náuticas del puerto de Tolón, es torpedeado, aunque se establece, que el uso que hacía este navío de la bandera de nuestro país, era ilegal y la carga transportada, era considerada, contrabando de guerra. Por este buque, el gobierno argentino, no presentó, ningún reclamo y por ultimo, el carguero “Toro”, hundido cerca de Gibraltar, el 22 de junio, ambos hundidos por sumergibles alemanes.

Esta vez, el canciller Pueyrredón, después de recordar el precedente del “Monte Protegido” y además de exigir las mismas reparaciones de los casos anteriores, reclamó al gobierno alemán una formal declaración en el sentido de que en lo sucesivo los buques argentinos serían respetados, en su derecho a navegar libremente. No obstante una respuesta dilatoria, que fue refutada por nuestro gobierno, el gobierno alemán reconoció finalmente el derecho argentino a navegar libremente; en efecto, durante el resto de la guerra, no volvieron a producirse ataques a nuestros barcos,

La reclamación argentina logró éxito completo, tanto en el caso del “Monte Protegido” como en el caso del buque “Toro”. Terminada la guerra, el gobierno alemán cumplió, el 21 de setiembre de 1921, el desagravio al pabellón argentino, en un acto, a bordo del acorazado “Hannover”, en Kiel.

Composición de la flota mercante nacional
a fines del siglo XIX y comienzos del XX

Año
Buques
TRB.
1877
300
2.000
1901
203
85.000
1904
112
64.325
1905
127
76.000
1906
249
123.000
1910
267
164.000
1911
279
177.000
1912
212
154.851
1914
244
188.892
1920
198
150.000
1924
215
199.000
1925
226
223.000
1929
311
297.000

Computadas solamente las naves de propulsión mecánica
de más de 100 toneladas
Fuente: INDEC

El Almirante Segundo Storni[31], precursor del conocimiento y defensa del mar, En 1916, dictó dos conferencias que tuvieron gran gravitación histórica. Estas dos conferencias fueron publicadas por primera vez ese año, como libro bajo el título "Intereses Argentinos en el Mar",  sostendría;

“…La política naval es, ante todo, una acción de gobierno, pero es indispensable, para que tenga nervio y continuidad, que sus objetivos arraiguen en la nación entera, que sean una idea clara, un convencimiento de las clases dirigentes y una aspiración constante de todo el pueblo argentino…”,

Continua el Almirante D. Segundo R. Storni que “ … y si el temor de traer asuntos extraños a nuestros ideales y nuestros intereses pudiera parecer legítimo para retraerse y guardar silencio, yo por el contrario afirmo, con la convicción de serias meditaciones, con el apoyo de la verdad escrita por maestros, por el análisis de fenómenos producidos en nuestra corta pero instructiva historia, que el mar encierra para la Nación Argentina los más vitales problemas, que el mar será el vehículo y sostén de su fortuna y de su gloria.”

Ha dicho un economista, que es una tendencia natural en los pueblos, que sus producciones sean transportadas por sus propias naves de comercio.

No podemos, sin embargo, pretender el crecimiento de nuestra marina mercante en desmedro de las ajenas; pero debemos aspirar al equilibrio de las banderas.

Y aquí mismo quiero hacer notar cuán equivocado sería de nuestra parte el contribuir financieramente al levantamiento de una marina mercante extranjera.

Sería contribuir a nuestra dependencia.
Si algún dinero gastamos en ese sentido, que sea para protección y desarrollo de la marina mercante nacional".

El historiador Alen Lascano[32], consigna en su libro, en referencia a la flota mercante argentina, lo siguiente,

“... En 1917 la Argentina, no poseía una marina mercante verdaderamente nacional.

Salvo algunos barquichuelos de pocos armadores nativos, que navegaban nuestro litoral marítimo y fluvial, los grandes barcos de pasajeros, transporte o carga eran propiedad de empresas extranjeras.

 Por conveniencias económicas figuraban inscriptos en el registro nacional y llevaban nuestra bandera, aunque mucha de su tripulación fuera también extranjera, en especial la oficialidad.

Como debíamos depender de compañías internacionales para la exportación de productos agrícolas y ganaderos, la guerra planteó un serio problema por la falta de bodegas pues cada país cuidaba al máximo sus disponibilidades de naves y la amenaza submarina se cernía por todos los mares”.

Este es el caso, de la empresa alemana Hamburg Sűd, ya mencionado, en el tráfico Costa Sur, representada por A. Delfino, inicia con la Línea Nacional al Sur, el cabotaje al sur de Patagones; cambiando luego su nombre, al de “Argentina Cia. General de Navegación” y sus buques cubren servicios regulares y rápidos, hasta Río Gallegos

En 1919 fue sancionada la Ley de Navegación y Comercio de Cabotaje, que estableció en sus artículos 9º y 10º, el fomento de la Marina Mercante Nacional por medio de un sistema de primas.

Debido a la carencia de un organismo encargado del estudio de los problemas que afectaban a la actividad naviera, impidieron la puesta en práctica, de los beneficios que surgían de la letra de la Ley.

Construcción de “Puerto Nuevo”
En 1911 se iniciaron las obras para realizar, el Puerto Nuevo, los trabajos estuvieron a cargo del Ingeniero Luís Huergo. El proyecto consistió, en planificar un gran puerto, con dos escolleras, cinco espigones y obras complementarias en un radio de 5 kilómetros. El Puerto Nuevo quedó concluido en 1926 y en ese tiempo, era el más importante y moderno de América Latina y del hemisferio austral.

Es posible que tres décadas después de promulgada la Ley de Conversión, la cual fijaba la paridad de $m/n 2,27 = 1 peso oro, la moneda estuviera sobrevaluada, lo demuestra el hecho, de que para la década de 1920-1930, fuera frecuente, que familias adineradas argentinas o estudiantes establecieran, su residencia por periodos prolongados y aun años, en  Europa, especialmente en París, beneficiándose de un costo de vida más bajo. Algo similar a lo ocurrido en la década de 1990, con el dictado, de la “Ley de Convertilidad, 1$ = 1u$s”

En los años siguientes, el mayor crecimiento de la flota mercante, aunque dentro de parámetros modestos, se registró en la flota de buques tanques. Así en 1921 se incorporaron a la Comisión Administradora del Petróleo de Comodoro Rivadavia, tres unidades, que fueron denominadas, “12 de Octubre” “Ingeniero Luis A. Huergo”  y “Aristóbulo  del Valle”.

Aquella Comisión Administradora, se convirtió, mediante el dictado del Decreto, del 3 de junio de 1922, en Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), siendo su Director General, el entonces coronel, Enrique Mosconi[33].
En ese momento YPF, contaba con cuatro buques;  “12 de Octubre” de 8.251 TPB, “Ingeniero Luis A. Huergo” de 5.300 TPB, “Aristóbulo del Valle” de 2.170 TPB y “Santa Cruz” de 4.650 TPB, totalizando la flota un total de 20.371 toneladas de porte bruto.

Entre 1922 y 1925 se ampliaron los servicios, que hasta entonces, sólo comprendían el tráfico entre Comodoro Rivadavia  y Buenos Aires,  luego se ampliaron, a Zárate, Rosario, Santa Fe, Concepción del Uruguay y Galván.

Huelga en 1924
Este bloque, consolidado en  las huelgas de 1916 y 1917 de la FOM, fue quebrado en 1924. Las diferencias entre las organizaciones de oficiales y tripulantes provocaron la derrota de la FOM en una larga huelga. Como consecuencia se dispersaron las agrupaciones por oficio y surgió un sindicato patrocinado por la empresa Mihanovich: la Unión Obrera Marítima (UOM).

En esta, asociación opositora de la FOM, actuaron desde sus inicios una mezcla de agentes patronales, individuos pragmáticos y algunos más solidamente ligados al gremio pero opuestos a la forma de actuación de la FOM. Controlada por la empresa más grande y significativa del puerto, la UOM recibía constantemente denuncias de amarillismo.

Comercio exterior. 1869-1933.
Saldo Comercial
AÑO
Importación
Exportación
Saldo
1869
41.195.703
32.449.188
-8.746.515
1873
58.826.549
44.541.536
-14.285.013
1906
292.253.829
269.970.521
-22.283.820
1913
500.000.000*
519.000.000
19.000.000
1914
272.000.000
349.000.000
77.000.000
1915
226.000.000
558.000.000
332.000.00
1916
217.000.000
549.000.000
332.000.00
1917
380.321.178
550.170.049
169.848.871
1918
500.602.752
801.466.488
300.863.736
1919
655.772.294
1.030.965.258
375.192.964
1920
934.967.699
1.044.085.370
109.117.671
1921
749.533.697
671.179.420
-78.354.277
1922
686.000.000
672.600.000
-13.400.000
1930
619.000.000
537.000.000
-82.000.000
1931
349.000.000
428.000.000
79.000.000
1932
214.000.000
329.000.000
115.000.000
1933
228.000.000
285.000.000
57.000.000

* Suma aproximada
Expresado en $ oro
$m/n 2,27 (peso papel) = 1,0 peso oro

El mercado británico, era crucial para las carnes argentinas, debido a que en 1926, Estados Unidos, prohibió la importación de carne congelada argentina, por razones sanitarias, en 1927, Francia, Bélgica e Italia aumentaron los aranceles para las importaciones, y Alemania se incorporó a la corriente proteccionista, decidiendo reducir sus importaciones. Para 1928 el gobierno alemán había reducido su permiso de importación, de un tope de 120.000 toneladas a 100.000.

En 1927, la Cámara de Diputados aprobó un proyecto de ley, que establecía el monopolio del Estado en cuanto a los medios terrestres, marítimos y fluviales, de transporte del petróleo y sus derivados dentro de la jurisdicción nacional. Nuevamente los intereses foráneos, primaron y el Senado abortó este intento.

A partir de 1927, el afianzamiento de grandes capitales extranjeros posibilitó, el ingreso de buques de porte considerable destinados al transporte de combustibles líquidos, (ShellMex, Estrella Argentina, Diadema Argentina) y por consiguiente el estancamiento de la flota de YPF.

1929
Ley 11544. Jornada Laboral.
Sancionada el, 29 de agosto de 1929
Promulgada el, 12 de septiembre de 1929
Boletín Oficial del, 17 de septiembre de 1929
determinaba el Régimen de Jornada de Trabajo.

Fijaba la duración del trabajo en 8 horas diarias o 48 semanales y la jornada nocturna de 2100 a 0600, la jornada era de 6 horas.
La vigencia y Aplicación se fijaba. A partir del el 12 de marzo de 1930.

En el orden general, se puede considerar que el armamento argentino, recién recobró la capacidad de transporte, que tenía, al iniciarse la I Guerra Mundial, aunque continuó siendo escasa o nula, la participación en los tráficos de ultramar.

El ingeniero Mario L. Villa[34], administrador de los yacimientos de de Comodoro Rivadavia y luego Director de YPF, estimó la suma, que el país debería haber girado al exterior, por el petróleo importado; sustituido este, por el extraído en nuestro país,


Ahorro nacional por dejar de importar petróleo.
Por lo que  se produce en el país
En pesos $m/n

Año
Monto
1926
53.933.738
1927
79.330.352
1929
100.549.373
1930
118.922.665
1931
141.835.208
1932
154.984.975
1933
139.740.743
1934
136.850,780
Total
1.052.618.144

El pago de dividendos, de las diversas empresas ferroviarias, representaba una parte significativa de nuestros ingresos, por la exportación de nuestros productos primarios, en 1929, los dividendos ascendieron a la suma de 135 millones  de $m/n y la exportación total de lana, fue de 150 millones $m/n.

Comparación entradas brutas de los ferrocarriles
y Rentas Generales de la Nación
En $ oro

Años
Entradas Brutas de los Ferrocarriles
Rentas generales
de la Nación
1890
26.049.042
29.143.767
1901
43.868.085
65.046.903
1913
140.133.204
163.190.907
1914
115.107.179
124.163.761
1915
124.216.399
111.387.199
1916
129.517.972
112.236.339
1917
118.502.508
111.918.071
1918
169.683.288
145.185.686
1919
195.566.953
180.921.556
1920
218.485.374
228.402.483
1921
200.583.793
205.042.382
1922
210.396.986
203.389.240
1923
234.378.106
241.701.364
1924
263.181.493
250.385.976
1925
250.680.363
291.510.498
1926
262.o59.655
281.686.048
1927
285.865.001
299.813.416
1928
289.619.581
319.284.671
1929
287.527.550
325.342.942

En 1932, las remesas, fueron de casi 88 millones, que representó el total de lana exportada, mas todas las frutas frescas exportadas, 1,3 millones y todos los animales vivos exportados, 4,3 millones $m/n. A lo se le debería sumar, las abultadas cifras de los fletes de nuestro comercio exterior, que casi el 100% del mismo se realizaba en buques extranjeros.

“…Hagamos notar que, si bien las rentas generales merecen entera fe, no ocurre lo mismo en cuanto a las entradas brutas  espontáneamente declaradas por los ferrocarriles, y decimos espontáneamente porque la fiscalización que sobre las empresas ejerce la Dirección General de Ferrocarriles prácticamente nula[35]…”

Argentina. Huelgas.
Huelgas. Número y cantidad de participantes

Año
Número
Personas

Año
Número
Personas
1907
231
196.017

1920
206
134.015
1908
118
11.561

1921
66
139.751
1909
138
4.762

1922
116
4.737
1910
298
18.806

1923
93
19.190
1911
102
27.992

1924
77
277.071
1912
99
6.922

1925
89
39.142
1913
95
23.698

1926
67
15.880
1914
64
14.137

1927
58
38.236
1915
65
12.077

1928
135
28.109
1916
80
24.321

1929
113
28.271
1917
138
136.062

1930
125
29.331
1918
196
133.042

1931
s/d
4.622
1919
367
308.967

1932
s/d
34.562
                                                                                                                                           
Fuente: Adolfo Dorfman. Historia de la Industria en la
            Argentina. 1942                                                           

1889-1920
                                                            
De 1889 a 1904, se crean, 15 sindicatos.                                     
De 1915 a 1920 el número de sindicatos, aumenta de 51 a 734 sindicatos.
                                                                            
La Sociedad Rural Argentina, se funda 1866
La Unión Industrial (UI) en 1887
La Federación Obrera de la Republica Argentina (FORA) en 1904

Horas trabajadas por semana                                                                       Capital Federal         
                                                                              
Año
Horas

Año
Horas
1914
53,6

1924
49,6
1916
55

1926
49,6
1918
52,1

1928
49,4
1920
49,4

1930
48,5
1922
49,4


Golpe de Estado.
6 de septiembre de 1930.

El General José Félix Uriburu, derrocó, al Presidente constitucional, Hipólito Yrigoyen, de la Unión Cívica Radical.

Reconocido como presidente de facto de la Nación por la Corte Suprema, Uriburu designa un gabinete compuesto por civiles, vinculados, la mayoría, a los grandes terratenientes, empresas extranjeras y a los sectores más conservadores.

El novelista Manuel Gálvez, al hablar del gabinete de José Félix Uriburu, decía;

"…Llama la atención, que tres de los ocho ministros, estén vinculados a las compañías extranjeras de petróleo, y todos, salvo dos o tres, a diversas empresas capitalistas europeas y yanquis…".

EL PACTO ROCA-RUNCIMAN

En diciembre de 1930 se elabora el Estatuto de Westminster, que el Parlamento ingles, aprobará en noviembre de 1931, creándose la “Comunidad Británica de Naciones” (British Commonwealth of Nations), forma federativa del antes poderoso Imperio. Los Dominios, como pasarán a llamarse colonias y excolonias, se reunieron en julio de 1932 en Ottawa, bajo el lema,

Cuadro de texto: “Primero la producción local,
después la del imperio
y últimos los extranjeros.




Entre los acuerdos tomados, en Ottawa, estaba que el Reino Unido, adquiriría de preferencia la carne y trigo en los, Dominios, desplazando a la Argentina, que hasta entonces, había sido el principal proveedor y que a ello destinaba el 90% de sus exportaciones.

El presidente Agustín P. Justo, un fiel representante de los sectores ganaderos exportadores envió a Londres al vicepresidente Julio A. Roca (hijo) para llegar a un acuerdo.

Éste, adujo sin ruborizarse, que la Argentina era, desde el punto de vista económico, una parte integrante del imperio británico, acompañado en la misión, por el Dr. Guillermo Leguizamón, abogado de los ferrocarriles ingleses, que pocos años después sería el único latinoamericano, que podía utilizar, el título de “Sir”  y que sostuvo a su turno, que "…la Argentina es una de las joyas más preciadas de su graciosa majestad…”.

El 1° de mayo de 1933, el gobierno argentino, firmó con Inglaterra, el tratado Roca-Runciman para garantizar la exportación de una cuota de carne en condiciones lamentables para nuestro país, ante las medidas restrictivas tomadas por Gran Bretaña.

Entre las cláusulas principales, el Reino Unido aseguraba a la Argentina una cuota de importación de las existencias de “chilled[36]” no inferior a las cantidades exportadas, por la Argentina a los británicos, entre julio de 1931 y junio de 1932, y que habían ascendido a 390.000 toneladas; se previó también un sistema para la recuperación paulatina de los fondos bloqueados con un interés del 4 % anual según lo pactado para los saldos impagos favorables a Gran Bretaña, interés que en realidad ascendía al 14%; y licencias de importación que el gobierno inglés concedía y controlaba, de tal modo, que un 85% de la cuota quedaba en manos de los frigoríficos ingleses y norteamericanos.

El Art. 2º del tratado,  establecía que la suma de las exportaciones se destinaría "…al pago del servicio de la deuda pública externa argentina…"

El tratado fue airadamente criticado por sectores que consideraron vulnerada, la soberanía nacional.

Lisandro de la Torre[37], en el Senado de la Nación y ante los firmantes del Pacto, dijo;

"… En estas condiciones no podría decirse que la Argentina se haya convertido en un dominio británico, porque Inglaterra no se toma la libertad de imponer a sus dominios semejante humillación… Inglaterra tiene por esas comunidades de su imperio mas respeto que por el gobierno argentino"

Muy pocos fueron los cambios, en la composición de nuestra flota, donde los buques aptos para realizar nuestro comercio exterior de ultramar, continuaba siendo casi nula.

La década del 30, fueron tiempos en los cuales la oferta de bodega local, era insuficiente para atender las necesidades del transporte y nuestro comercio de cabotaje y exterior, continuaba con la dependencia de flotas de banderas extranjeras.

La Comisión de Organización de la Marina Mercante Nacional, creada el 17 de diciembre de 1934, presidida por el Almirante Abel Renard, estudio y calculó el monto de los fletes pagados a extranjeros por el transporte de nuestra producción, suma esta, que bien se sabe, forma parte del balance anual de pagos del país. Dicho cálculo tenía por objeto constatar si era más conveniente que fuésemos deudores, de compañías extranjeras por tal concepto o si sería más beneficioso tener una marina propia.

“…Las estadísticas a que se arribaron fueron una gran sorpresa: se habían pagado 160.000.000 $m/n, en concepto de fletes por el transporte de 9.500.000 de toneladas de mercaderías, 8.000.000 de ellas fueron llevados por buques extranjeros, de las cuales 6.800.000 en buques ingleses. Esta investigación fue sobre datos de 1934[38]…”

Referente a las actitudes de las empresas de ferrocarriles y los buques mercantes, el diputado socialista, Alfredo Palacios, dijo:

“… los ferrocarriles ingleses no buscan únicamente sus ganancias. Además del propósito lucrativo, los ferrocarriles ingleses de la República Argentina obedecen, como toda propiedad inglesa, a los intereses vitales de Inglaterra. ¿Cómo nos paga Inglaterra los productos que de aquí extrae?  En parte con las ganancias de sus propiedades radicadas en la Argentina. El resto con el envío de material o manufacturas.

Ganar dinero, es pues, para los ingleses una obra de egoísmo y una obra de amor a Inglaterra.

Impedir que  en el país se fabriquen los productos manufacturados con que Inglaterra termina de pagar nuestros abastecimientos, esa es la segunda gran tarea ferrocarriles… esa también es la conveniencia de la flota mercante… porque así tienen doble carga, de materia prima, del Río de la Plata a Europa; de productos manufacturados e industriales de Europa al Río de la Plata.

Detener la industrialización es una antigua política imperial de previsión…”

Sobre la Comisión designada y la intención de crear una marina mercante, el diario español, La Vanguardia, publica el siguiente artículo, destacando la intención del gobierno argentino de crear su propia marina mercante y sus oportunidades y dificultades que deberá enfrentar, la primera de ellas era la de enfrentar a las grandes empresas existentes en sus tráficos.              


La Vanguardia. España.
Pagina 17
Viernes 19 de marzo de 1935
MARÍTIMAS Y AÉREAS

La Argentina se preocupa de su Marina mercante
AUMENTO DE FLOTA

En los medios gubernamentales de la Argentina se están estudiando medidas encaminadas a la creación de una marina mercante nacional.
El Departamento de Marina ha creado una Comisión especial que está preparando la posible legislación y métodos de reglamentación para una empresa de esta clase.

Aunque Argentina es una de las naciones comerciales más importantes del mundo, la marina mercante del país es reducidísima. Actualmente sólo cuenta con 250 embarcaciones, cuyo tonelaje total es de 270.000 toneladas, es decir, con un término medio de mil toneladas por  barco. La mayor parte de esta marina mercante hace servicio costero entre los puertos argentinos y el comercio de los ríos Uruguay y Paraná.

La nueva marina mercante será propiedad de empresas particulares con un subsidio posiblemente del Gobierno en una u otra forma. Se duda de que la marina mercante que cree Argentina pueda llegar a competir con las poderosas líneas de Inglaterra y los Estados Unidos. Desde luego tendrán que pasar muchos años, con un largo período de desenvolvimiento para que la marina mercante argentina pueda competir con las de las dos naciones citadas.

Otros son partidarios de que la nueva marina mercante argentina se dedique exclusivamente al comercio con los puertos de los países de América del Sur, un campo que virtualmente  casi no está invadido.

No hay vapores, por ejemplo, que naveguen entre Argentina y Cuba, Argentina y Méjico, Guatemala, Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Venezuela y Colombia.

La única manera que Argentina pueda trasportar o recibir mercancías de estos puntos es cambiando las mercancías de barco de barco a lo largo de la ruta, lo que significa una pérdida a lo largo de la ruta, lo que significa una pérdida muy grande de tiempo y fletes mucho más elevados.

El comercio de la Argentina con los otros países de la
América latina ascendió durante 1933 a 181.547 pesos, es decir, sobre un treinta por ciento de su comercio total con Inglaterra, o un diez por ciento de su total comercio mundial.

Con esto, y el aumento de tráfico entre los puertos de América del Sur, habría base suficiente para una nueva marina mercante argentina.

Se ha sugerido que la Comisión debía estudiar el establecimiento de dos líneas: una por el Pacifico y otra por el Atlántico. La primera dando la vuelta al estrecho de Magallanes, para ir a Chile, Perú, Ecuador, Colombia, países de la América Central, y posiblemente Matazalán en Méjico.
La segunda línea tocaría en los puntos más importantes del Atlántico.

Volviendo a la época actual, donde los buques portacontenedores, dominan las líneas regulares de carga general y frigorífica, han aumentando las capacidades, hasta los 18.000 Teus por buque, provoca la necesidad de tener puertos concentradores y requiere del trasbordo, encareciendo el flete total y el tiempo de entrega

Párrafo de la nota del diario La Vanguardia de Barcelona
“… La única manera que Argentina pueda trasportar o recibir mercancías de estos puntos es cambiando las mercancías de barco de barco a lo largo de la ruta, lo que significa una pérdida a lo largo de la ruta, lo que significa una pérdida muy grande de tiempo y fletes mucho más elevados…”


Composición de la flota argentina
en la década de los 30’

Año
No Buques
T.R.B.
1930
335
323.000
1934
344
340.000
1935
340
343.000
1938
s/d
303.000
1939
s/d
390.000


El tráfico marítimo en toneladas

Año
Tonelaje marítimo

Año
Tonelaje marítimo
1900
6.138.000

1933
13.776.000
1929
20.372.000

1936
10.111.170
1930
11.027.000

1937
13.431.100
1931
18.477.000

1938
16.809.100
1932
15.826.000

1939
22.631.000

Comparando, la información del volumen y monto de las exportaciones de países de similares características de la época, nos permitirá llegar a la conclusión, que el valor recibido por nosotros, es marcadamente menor, al resto de los países comparados;
Argentina. Comparación valor de las exportaciones con otros países, Canadá, Australia y Nueva Zelanda

Valor exportaciones,
En millones de dólares oro
País
1930
1931
1932
1933
Canadá
905,0
623,0
487,0
422,0
Argentina
537,0
428,0
329,0
285,0
Australia
418,0
307,0
266,0
290,0
N. Zelanda
201,0
141,0
108,0
108,0

Volumen expresado
En miles toneladas
País
1930
1931
1932
1933
Argentina
11.028
18.477
15.826
13.766
Australia
4.598
6.442
6.678
s/d
N. Zelanda
973
723
830
1.110

Valor por tonelada
En dólares oro
País
1930
1931
1932
1933
N. Zelanda
210,6
195,0
130,1
97,3
Australia
90,9
47,6
39,9
s/d
Argentina
47,0
23,2
20,8
20,7

El gobierno nacional, procede a crear una serie de Juntas y Comisiones Reguladoras, en distintos rubros de la economía, con el fin de ejercer control y asesoramiento a las empresas y de protección de precios. Así van apareciendo a lo largo de la década la Junta Nacional de Granos y otras en relación con diversos productos: carnes, yerba mate, azúcar, petróleo, algodón, etc.

Una constante histórica, entre nuestros armadores, es la de sostener que los costos de tripulación, son los responsables de la imposibilidad de explotar con resultados positivos, barcos que enarbolen la bandera nacional y tampoco han puesto en la mesa de negociación sus verdaderos costos, eso ocurre hasta el presente, los únicos costos diarios, a los que se ha tenido acceso, fueron los de la empresa ELMA SA.

En respuesta a artículos aparecidos, en el diario La Prensa, el Secretario General del Centro de Capitanes, le responde en un extenso artículo, donde incluye el cuadro[39] siguiente;

Salario personal de la Marina Mercante
Comparación Marina Argentina y
Marina Internacional.
Según cargos, 1934.


Promedio marinas de 11 naciones
Marina Argentina
Cargos
£
$ m/n
$ m/n
Capitán
37,05
726,5
637,0
1er Oficial
21,15
424,5
425,0
2do Oficial
16,18
330,0
325,0
3er Oficial
13,19
272,5
300,0
Jefe de Máquinas
29,10
575,0
500,0
2do Maquinista
20,10
400,0
425,0
3er Maquinista
16,00
312,0
325,0
4to Maquinista
13,19
272,5
300,0
Ayte  Mecánico
11,10
224,5
---*
Mayordomo
11,13
232,5
205,0
2do Mayordomo
7,09
145,5
---*
Cocinero
10,06
201,0
175,0
Ayte. Cocinero
6,07
104,5
105,0
Camarero
4,12
90,0
95,0
Contramaestre
9,12
188,5
165,0
Carpintero
9,14
189,5
145,0
Marinero
6,51
158,0
120,0
Mozo
4,15
93,0
115,0
Grumete
2,11
50,0
---*
Calderetero
9,08
183,7
145,0
Engrasador
9,0
181,5
125,0
Fogonero
8,11
167,0
135,0
Palero
7,0
136,5


* Categorías no existentes en la flota argentina.
Para diciembre 1934, la libra esterlina (£), cotizaba a $ m/n 19,50.

El cuadro anterior surge, de un estudio relizado, por la Asociación Internacional de la Marina Mercante de Amberes (Bélgica), tomando los sueldos que regían a diciembre de 1934, haciendo un promedio de los  salarios de 11 naciones marítimas, EEUU, Holanda, Francia, Alemania, Dinamarca, Noruega, Suecia, Inglaterra, Bélgica y Grecia.

En 1935[40], se crea el Banco Central de la República Argentina, al que son transferidas, las funciones de redescuento y el control de cambios, que hasta ese momento cumplía el Banco Nación.




Vista de Comodoro Rivadavia. Año 1935

Referente al proyecto presentado ante el Poder Ejecutivo, por la Comisión Organizadora de la Marina Mercante, creada en 1934 y presidida por el almirante Abel Renard.
El referido proyecto consta de 135 artículos.

En 1936, el movimiento portuario estuvo dado, de la siguiente forma;
Buques procedentes del exterior: 2.785 buques con 10.111.170 toneladas,
Buques de cabotaje marítimo: 6170 buques con 2.139.689 toneladas y
Buques de cabotaje fluvial: 60817 buques con 27.397.795 toneladas

En 1936 se transportaron en el cabotaje fluvial y marítimo un total de 29.537.484 toneladas, contra 10.111.170 en el tráfico marítimo.

Sugiere la creación de la Subsecretaria de la Marina Mercante, con referencia a la Prefectura Marítima recomienda la división de sus actuales  funciones en dos direcciones: la Dirección de Prefecturas y la Dirección de la Marina Mercante.

Una revista especializada opina, sobre el informe elevado, las siguientes observaciones,

“… El servicio de practicaje, que según el proyecto dependería de la Dirección de Prefecturas, estaría a nuestro juicio, mejor ubicado en la Dirección de la Marina Mercante. Las funciones de los prácticos son completamente extrañas a las de la policía, y aunque deben cumplir y hacer cumplir los reglamentos, seria mas beneficioso para los servicios, organizarlos civilmente…”

El artículo también hace una observación, muy válida, aunque podemos ver, que no siempre se tuvo en cuenta y se refiere a la presencia de oficiales retirados de la Armada y expone su opinión al respecto;

“…Si bien es cierto que la Dirección y Secretaria se deja a personal civil, se estipula, en cambio, que el jefe de la División Personal y de Trabajo debe ser en lo posible un jefe de la Armada, en situación de retiro.
Dado que a este jefe le corresponderían la vigilancia y contralor del cumplimiento de las leyes y reglamentos que regulan las actividades de todas las personas que por su profesión están vinculadas a la navegación, podría ocurrir que se dejara llevar por un criterio estrictamente militar en sus funciones, contrariara así la estructura eminentemente civil que ha querido darle al proyecto, en la parte precisamente mas delicada, que es la del personal.

Con ello queremos dejar asentada nuestra opinión, tantas veces sostenida, de que la organización de la Marina Mercante debe dejarse en manos de civiles. Podrá haber jefes de la Armada, lo que no cabe dudas, especialmente apto para tal o cual cargo en la nueva organización; pero no nos parece lógico que solo jefes de la Armada puedan desempeñar determinados cargos, ajenos, por completo, a sus estudios y a su experiencia.

Esta es la única critica que podemos hacer al proyecto de la Comisión Organizadora de la Marina Mercante, la que, por cierto, no reviste carácter fundamental…”                                  

En 1937, Alberto Dodero, trató de constituir una sociedad mixta, con el Estado Nacional, que por esos momentos, el Estado, estaba estudiando seriamente, la formación de una Marina Mercante Nacional, y por lo tanto no resultó la negociación.

Con el comienzo de la II Guerra Mundial, los fletes marítimos, subieron considerablemente, lo que fue aprovechado por Alberto Dodero, lo que le mejoró, los resultados económicos, sosteniendo varios años balances positivos.

Flota Mercante mundial, fines 1938
En miles toneladas porte neto[41]

País
Toneladas
% del total
Inglaterra (1)
22.000,0
32,3
EEUU
12.000,0
17,7
Japón
5.000,0
7,4
Noruega
4.600,0
6,8
Alemania
4.200,0
6,2
Italia
3.424,8
5,0
Francia
3.000,0
4,4
Holanda
2.969,6
4,4
Suecia
2.000,0
2,9
España
1.300,0
1,9
Dinamarca
1.250,0
1,8
Brasil
476,0
0,7
Bélgica
408,4
0,6
Argentina
303,0
0,4
Subtotal
62.931,8
92,5
Resto
5.068,2
7,5
Total mundial
68.000,0
100
                       
              (1) Inglaterra incluye todas sus colonias
                   Canadá, Posic. Asia, Ceilán e India
            

En 1938 el Intercambio Exterior, por buque[42]
Valor Millones $ m/n
Volumen en miles toneladas
                  

 Importaciones
Exportaciones.

País
Valor
Tons
Valor
Tons
Saldo Interc
No  Buque
Alemania
150,0
686
163,5
1.327
13,6
249
R. Unido
366,1
1.769
467
2.439,5
100,8
695
EEUU
250,5
1.279
118,7
523
-132
129
Subtotal
766,6
3.734
749,2
4.289,5
-17,6
1.073
Otros
626,4
4.434
578
4.345,6

1.294
Total
1.397,4
8.168
1.327,2
8.641,1
70,2
2.367

 Cambio 1938: 3,3 $m/n = 1 u$s

En una editorial del diario La Prensa [43], decía;

 “…Pero ha llegado a ser sorprendente que nuestro país se haya retrasado al extremo de no contar siquiera con un esbozo de marina de ultramar.


Ningún país de la importancia del nuestro carece de ella, y la tienen muchos que son inferiores al nuestro, en riqueza y comercio. Todos se consideran con derecho a realizar por su cuenta por lo menos una parte del propio tráfico marítimo y aprecian debidamente la importancia de  una flota mercante en sus tres aspectos fundamentales:


  • Factor de independencia de una fiscalización extranjera absoluta en el tráfico,

  • Medio de expansión comercial y

  • Auxiliar indispensable de la marina de guerra…”


Esto confirma que nuestra actividad naviera,  se desarrollaba casi exclusivamente en nuestros ríos interiores y nuestro litoral marítimo, pero con una escasa presencia en los tráficos de ultramar, salvo algunos puertos de Brasil y Chile.

Sin duda la presencia de los fuertes intereses económicos británicos y  en particular la presencia de la Royal Mail y sus subsidiarias, en la persona de Lord Keysland, ocupando la presidencia del directorio hasta 1930,  y habiendo perdido su condición de empresa argentina por la de inglesa, (Mianovich-Dodero), con posibilidades de expandirse a tráficos de ultramar. Los ingleses  y especialmente Lord Keysland, nunca dejaría a los Dodero, a iniciarse en los tráficos de ultramar, que ellos cubrían.

En pocos años, luego de la adquisición de la empresa por parte de los hermanos Dodero y de saldar la deuda contraída, con la Baring Brothers y otros inversionistas, logrando por fin, hacerse cargo plenamente del control de la empresa, recién en 1942, pudieron comenzar una  mayor y continua presencia en los tráficos de ultramar, comprando o charteando buques adecuados, para cubrir esos tráficos, que hasta el momento eran cubiertos, casi exclusivamente por banderas extranjeras y principalmente por la bandera británica, en 1939 la participación los británicos en nuestro comercio exterior llegó al 27,5 %.






Flotas mercantes más importantes. 1939[44]
Toneladas
País
Toneladas
Inglaterra
17.984.000
Estados Unidos
11.874.000
Japón
5.630.000
Noruega
4.835.000
Alemania
4.493.000
Italia
3.448.000
Francia
2.953.000
Holanda
2.933.000
Grecia
1.781.000
Suecia
1.582.000
URSS
1.316.000
Canadá
1.305.000
Dinamarca
1.176.000
Parcial
61.310.000
Argentina
303.000

En 1939 con el comienzo de la guerra, la libra esterlina se volvió inconvertible y Gran Bretaña, comenzó a acumular saldos negativos en sus balanzas de pagos con distintos países que para 1945, eran siete veces las reservas de dólares y oro que había en el Banco de Inglaterra. La Argentina encontraba en Gran Bretaña un mercado para sus exportaciones agropecuarias que difícilmente podía reemplazar, por lo menos a corto o mediano plazo, y ésta última dependía de la primera para obtener el 40% de la carne, el 85% del lino, el 24% del trigo y el 75% del maíz que su población consumía.

Un acuerdo entre ambos países estableció que con el saldo negativo de la balanza de pagos se formaría un fondo en libras esterlinas con garantía en oro que quedaría depositado en el Banco de Inglaterra. Lo mismo ocurriría  con la Deuda Española, el inconveniente para nuestro país, era que nuestras importaciones de carbón, manufacturas y productos industriales, pasaron de tener origen en Inglaterra, pasaron a los Estados Unidos, los cuales teñían al sector industrial intacto, no así los ingleses, que estaban en guerra contra Alemania, con lo cual esos montos se irían reduciendo, por efectos de la desvalorización de las monedas, en contra de nuestros intereses, en ambos casos.











[1] Atropellos Británicos contra el Pabellón nacional.. Hugo Oscar Patuel. 1987
[2] Manuel Belgrano. Escritos económicos. De la Navegación.
  Ed. Hyspamerica 1988
[3] Correo de Comercio de Buenos Aires, 24 de noviembre de 1810. Manuel 
   Belgrano
[4] Su historia, en la página Web de la ENN.

[5] Abogado nacido en Montevideo (Banda Oriental) y representante por Buenos Aires. Doctor en Leyes por la Universidad de Charcas.
[6]Parliamentary Papers, Resumen estadístico de los principales países extranjeros en años importantes; 2W. Page, editor, Commerce and Industry, Tables of Statistics for the British Empire from 1815, Londres, 1919, pp. 110-111; y 3M.G. Mulhall,The English in South America, Buenos Aires, 1878, p. 529.
[7] Ernesto Tornquist & Co., The Economic Development of the Argentine Rep. in the Last Fifty Years, Buenos Aires, 1919, Pág. 140
[8]  “Escritos Económicos”. Dr. Juan Bautista Alberdi.
[9] Osvaldo Bayer Historiador y marítimo (timonel fluvial)
[10] Charles Tellier (Amiens, 1828 - París, 1913) Ingeniero francés, inventor  
  del frigorífico.

[11] Vera Blinn Reber. “British mercantile houses in Buenos Aires”,
  1810-1880. Publicado 1979 por la Universidad de Harvard.
[12] Francisco Latzina, Estadística Retrospectiva del Comercio Exterior Argentino, 1875-1904,  Buenos Aires, 1905, pp. 220-223. 2W. Page, editor, Commerce and Industry, Tables of Statistics for the  The English in South America, Buenos Aires, 1878, p. 529.
[13] Francisco Latzina, Estadística Retrospectiva del Comercio Exterior Argentino, 1875-1904,  Buenos Aires, 1905, pp. 220-223.
[14] Rudolf Christian Karl Diesel; París, 1858-Canal de la Mancha,
   1913) Ingeniero alemán,
[15] La Navegación Iberoamericana. Otto J. Seiller. Pág. 111.
   1992 "Great passenger Ships of the World", Arnold Kludas.
   Volumen I-II-III
[16]La Industria Pesquera Argentina”  Carlos Moyano Llerena, 1937.
[17] La Navegación Iberoamericana. Otto J. Seiller. Pág. 112-113. 1992
[18] Ver Mianovich-Dodero- Flota Argentina de Navegación de Ultramar
   (FANU)
[19] “Los ferrocarriles deben ser argentinos”. Raúl Scalabrini Ortiz
     Libro escrito entre los años 1935 y 1946
[20] El fin de la crisis”. Allen Hutt. 1936.  (1901–1973), periodista y activista
    político.
[21] "Ahora son nuestros los ferrocarriles", Por Carlos Pachá    
[22] Fuente: Anales de la Sociedad Rural Argentina, 1913, Tomo XLVI,
   Pág. 285
[23] Introducción a una Teoría de la Historia para America Latina. Luis Vitale. Planeta 1992.
[24] Rosa Luxemburgo, 05-03/1871– 15/01/1919), En 1914 se opuso a la participación en la I Guerra Mundial, por considerarla un "enfrentamiento entre imperialistas. Al terminar la guerra fundó el periódico La Bandera Roja. Finalizada  la revolución en Berlín de 1919, fueron detenidos cientos de personas, entre ellas Rosa Luxemburgo, fueron encarceladas, torturadas y asesinadas.

[25] Ver Capitulo  Dodero-FANU Ver ventas de buques por Alberto  
   Dodero.
[26] Historia No Oficial de YPF” ", por Gonzalo Alvaro Vicent
[27] Registro del Lloyd. “Una gran marina mercante”,Revista
   Mundo Nº 185


[28] “La crisis, nacionalización del capital extranjero”, del Dr. José Bianco
[29] Balances de pagos para el año 1916-1917”. Carlos Alfredo Tornquist
[30] Alejandro Yocca y Luis Gómez

[31] Segundo Rosa Storni (16 de julio de 1876 en Tucumán; 4 de diciembre de 1954 ) fue un militar argentino que se desempeñó como Ministro de Relaciones Exteriores durante la presidencia (de facto) del General Pedro Pablo Ramírez (1943-1944).
[32] “Yrigoyen y la Gran Guerra
[33] Enrique Carlos Alberto Mosconi (21 de febrero de 1877 - 4 de junio de 1940) Militar e ingeniero civil argentino, fue pionero en la organización de la exploración y explotación de petróleo en Argentina. Ideólogo y primer presidente de la empresa estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales
[34] Revista Servir Nro. 2, órgano de la Escuela de Estudios Argentinos
[35] Raúl Scalabrini Ortiz “Política Británica en el Río de  la Plata” (Pág.219)

[36]  Carne enfriada.
[37] Lisandro de la Torre (Rosario, 6/12/1868 Buenos Aires 2/01/1939. Se recibió de abogado en 1890, en la Universidad de Bs. As. Su tesis sobre régimen municipal, lo llevaron a pensar la importancia de la autonomía municipal, la cual sería incluida recién en la reforma de la Constitución Argentina de 1994. En 1898 fundó el periódico La Republica. La investigación se hizo pública en el Senado de la Nación, en julio de 1935, Lisandro de la Torre acusó al frigorífico Anglo de evasión impositiva y señaló la existencia de un entramado de corrupción que involucraba al gobierno del presidente Agustín P Justo, y en particular, al ministro de Hacienda, Federico Pinedo y al ministro de Agricultura, Luis Dahau.

[38] “Consideraciones Generales sobre la Marina Mercante Nacional”.
    José J. Vicini de su monografía.
[39] Ref. artículos La Prensa 23/08 y 2/09/1934. Respuesta del Capitán de Ultramar Leandro A. de Fazio  
  
[40] Influencia del pensamiento keynesiano en la política económica peronista (1946-1955) Autor Alberto Juan Vercesi.


[41]  Registro del Lloyd. “Una gran marina mercante”, Revista Mundo
    Nº 185, p. 453
[42] Anuario del Comercio Exterior y de la Memoria del Ministerio de
   Marina.1938
[43] La Prensa, del 7 de febrero de 1939. Marina Mercante de Ultramar
[44] Datos del Lloyd¨s Register de 1939, Citado de VVAA (1943)
 “El desarrollo económico de la Gran Asia Oriental


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