Publicado por Andrea Zucas el may
19, 2014
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Cuando más conocemos la historia menos deberían
sorprendernos las acciones de algunos países.
Es interesante saber que los primeros piratas ingleses eran nobles o podían ser incorporados a la nobleza si sus fechorías superaban ciertos límites.
Fue lo que sucedió en el caso de Drake, pero como además aprovechó su viaje de circunvalación para hacer relevamientos cartográficos, entonces lo evaluaron como una de las grandes hazañas de la época. Su trabajo de pirata quizás lo consideraban como un “efecto colateral beneficioso”.
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Se puede decir que la historia de la piratería transcurre paralela a la
historia de la navegación. Allí donde hubo barcos cargados de mercancías
surgieron piratas dispuestos a tomarlos por la fuerza. Desde Polícrates, que en tiempos de la antigua Grecia fue uno de los más
famosos, hasta la actualidad, donde aún
existen los cazatesoros. Siempre hubo quienes fueron en búsqueda de tesoros
ajenos. Quienes despertasen el terror en los mares y costas, en búsqueda del
botín. Barcos y costas en los puntos de mira. Los mapas de los tesoros,
estrategias y expediciones estaban en
manos de los más peligrosos y para más clase incluso, una tradición vikinga, que algunos adoptaban, tenía por costumbre llevar a un poeta a bordo, que cubría de emoción el
relato de todas las hazañas de los “reyes del mar”. Tesoros, mapas,
relatos… de piratas y corsarios hoy hablamos de Drake. Sir Francis Drake.
“Ninguna paz al otro lado de la línea”. De carácter fuerte, no solía tener piedad. Su astucia le llevó a la fama, valiente caballero para su nación y lo opuesto para España.
Tras la famosa bula del papa
Alejandro VI en 1493, las demás naciones, no tardaron en reaccionar. En
realidad, la primera nación fue Francia, Francisco I protestó: “Quisiera ver el testamento de Adán por el
que se me excluye a mí de esa parte del mundo”. Estimuló a los armadores
particulares y hacia 1537, la zona del Caribe estaba infestada de piratas
franceses.
Inglaterra, les otorgaba una patente de corso y bajo la protección de
la reina Elizabeth aparecieron los primeros piratas en el Caribe. La mayoría eran Nobles y si no lo eran y
cometían una buena y rentable hazaña, eran
incentivados dándole la entrada a la Nobleza. Así fue con Sir Francis Drake. Las tenía todas
consigo. Esta famosa “Letter of Marque”, era una patente de límites muy
ambiguos, daba un amplio juego de acción a los capitanes, pues los fines justificaban todos los medios. Sus
objetivos eran muy claros. De proa a los galeones españoles y portugueses que
transportaban los botines más preciados. También
las colonias establecidas en América, serían los puntos a “explorar”.
Aun así, cuando los buques no
formaban parte de alguna expedición, de igual modo hacían valer su permiso real
y saqueaban todo aquello que encontrasen. Solo que el botín lo repartían
entre los navegantes de turno.
Tanto era así, que en las crónicas
de la época les llamaban: “los perros
salvajes del mar” y hubo cazadores de piratas. Hubo lugares tan castigados
por su “plaga” que se crearon organizaciones en la caza de piratas, pues llegó
a significar una actividad muy lucrativa
en la venta de esclavos, debiendo incluso entregar los quintos del rey.
Poseedores de una personalidad muy
extraña estos piratas que llevaban consigo en sus tradiciones ancestrales, todo
tipo de códigos que les identificaba. Talismanes, trofeos, vestimentas y
simbologías. Aunque lo más curioso:
supersticiones, tales como que si un gato negro merodeaba el barco, ni el
capitán más peligroso y malvado, era capaz de embarcar a su tripulación.
Drake era uno de los tantos
corsarios que se hacía presente en el mar. Junto con el marino mercante inglés
William Hawkins y su hijo John, comercializaban con esclavos. Asistidos por armadores de Londres y Bristol,
John organizó un traslado en una pequeña negrera en 1567. Llevaba como segundo de a bordo a Drake.
Cuenta la historia que, en aquel viaje tuvieron que refugiarse en San Juan de
Ulúa perseguidos por los españoles. De allí en adelante tantas fueron las luchas
navales que culminaron con la ruptura diplomática entre Felipe II de España e
Isabel I de Inglaterra.
Nuestro personaje, era un comerciante de esclavos, corsario,
explorador, político y vicealmirante de la Marina Real Británica (1543,
1596). Su vida fue un intenso devenir de expediciones. La más notable, su
circunnavegación de la tierra, la segunda después de Magallanes- El Cano. Los
cartógrafos de la época esperaban su regreso.
Sabemos que Zarpó de Plymouth el 13
de diciembre 1577. El escuadrón se componía de cinco buques, el Pelícano,
la propia nave de Drake, rebautizada
como Golden
Hind en el viaje, el 20 de agosto 1578; Elizabeth, comandada por
John Winter, más tres buques de menor tamaño
el Marigold, Cisne, y Benedicto. Sólo un barco, el Golden Hind,
conocido por sus brillantes colores y por sus banderas y estandartes, (era un
barco rápido que se maniobraba con mucha facilidad y de ese modo esquivaba con
velocidad el fuego enemigo. Lo manejaban 90
hombres, tenía 14 cañones por banda y pesaba
sólo 240 toneladas), hizo el viaje completo, regresando el 26 de septiembre
de 1580, “muy ricamente cargado de oro, plata, perlas y piedras preciosas”.
Fue una expedición intensa en cada tramo de la travesía. El piloto y
comerciante portugués Nunho da Silva, que era capaz de pilotar a Drake a través
del Atlántico Sur y a lo largo de la
costa de Brasil, fue capturado en las islas de Cabo Verde, el 30 de enero de
1578. Todo estaba pensado. Salvó su vida, el 13 de abril 1579 fue liberado en
Huatulco en Centroamérica, y el pobre como si fuese poco, interrogado por las
autoridades civiles mexicanas además de la Inquisición, que intervino para
indagar si había asistido voluntariamente a cualquiera de los servicios
religiosos protestantes, que se celebraron a bordo todos los días.
Durante la expedición, iban
sucediéndose saqueos y todo aquello que creyeron necesario para guiarse y
navegar a destino. En 1578, cuando el pirata inglés Francis Drake, recorrió la
zona y cruzó el estrecho de Magallanes
asaltando varios puertos españoles del Pacífico, Pedro Sarmiento de
Gamboa, fue comisionado para fortificar ambas márgenes del estrecho y, de este
modo, clausurarlo a la navegación
inglesa. Luego un marino corsario amigo de Drake, el pirata inglés Cavendish, cruzó el estrecho en 1587 después de haber
recalado en Puerto Deseado –nombre que proviene de su nave Desire-,
rebautizó a la colonia Real Felipe, fundada por Sarmiento de Gamboa cerca de la
actual Punta Arenas, como “Puerto Hambre.”
Uno de los dos descubrimientos
geográficos de importancia en la circunnavegación de Drake fue el de la
naturaleza insular de Tierra del Fuego, (aunque unos cuantos años antes, el
barco San Lesmes de la expedición de García Jofre de Loaísa, a fines
de 1526 al mando de Francisco de Hoces, luego de que una tormenta los apartara
de la boca oriental del estrecho de Magallanes descubre que la “Tierra
Australis” se trataba de una isla).Lo cierto es que él no alcanzó el Cabo de
Hornos.
Como era habitual promocionar sus logros, este descubrimiento fue expresado
públicamente a través del arte, en un medallón de plata holandés,
realizado alrededor de 1581, conocido
entonces como el mapa de plata del mundo, y hoy puede ser visto en el Museo
Británico.
El otro descubrimiento fue el de la
Alta California, allí fundó un puerto cuya localización fue mantenida en
secreto para la inteligencia española.
El
barco que resultó ser el botín más rico de la travesía, fue Nuestra Señora de la Concepción capturada
cerca de Lima, que venía desde Manila cargada con 80 libras de oro.
De resultado positivo para la
corona Inglesa, que además se hizo propios muchos de los descubrimientos que ya
habían hecho los españoles. Digamos que a sus arcas, de balance positivo, y
tanto que mereció el honor de su entrada a la nobleza, en una ceremonia
celebrada a bordo de su barco, el Golden
Hind, atracado en el puerto de Deptford, fue armado caballero por Isabel I de
Inglaterra. En su escudo de armas acuñó la leyenda “Sic parvis magna”. A
partir de allí, Sir Francis Drake, con todos los honores para su nación.
Entregó a la reina su propio diario
del viaje, con su narrativa, dibujos y pinturas. Elizabeth ordenó la
prohibición de la publicación de los detalles de su viaje, por temor a la
reacción de España.
Sus cartas y diarios originales
finalmente desaparecieron. Se le ordenó guardar silencio sobre su viaje a causa
del descontento diplomático que causaría las noticias de su intromisión armada
en los dominios del rey de España Felipe II, ya que Inglaterra y España estaban
teóricamente en paz. Sus hombres juraron el secreto y solo así podrían aspirar a obtener su parte del botín.
Los geógrafos de la época debían
ingeniarse para conseguir información. Los mapas del Sir Francis Drake, los
cartógrafos contemporáneos más conocidos, querían atribuirse la exclusiva de
cartografiar la famosa circunnavegación… los relatos de todas sus “hazañas”
dibujados al detalle. Lo tenían difícil, los trasfondos y especulaciones en el
“mundillo cartográfico” de ese momento se basaban en datos no oficiales, luego
de un largo silencio que se prolongó durante treinta y dos años después de su
muerte hasta que Hakluyt publicó su relato “Famous Voyage” en 1628, solo se
conocía, una obra que poco decía de geografías, pues era una alabanza dirigida a Francis Drake por su viaje
alrededor del mundo de Nicholas Breton
editada en 1581.Contemporáneo de William Shakespeare (1564-1616), que fue un
poeta y escritor de ficción en prosa.
El relato de Hakluyt, es una
recopilación de varias fuentes, la más importante es la revista de Francis
Fletcher, el primer relato detallado del
“famoso viaje”. A bordo del Golden Hind,
Fletcher había sido severamente disciplinado por Drake con lo cual… nos
ha dejado un escrito muy rico en todas sus descripciones acerca de la
expedición.
Por supuesto a nuestro corsario le
encantaba hacer impresos de publicidad
de los descubrimientos oficiales que había hecho, estaba claro que debían dar
algún discurso del viaje. Aunque despertaba las sospechas de los cartógrafos, que
intentaban sacar sus conclusiones.
La especulación de uno de los más
destacados de la época, Gerardo Mercator acerca de circunnavegación de Drake,
es por demás interesante. Lo expresa en una carta escrita sólo diez semanas
después de la llegada a Plymouth del Golden Hind. Enviada a su amigo y
colaborador Abraham Ortelius, un brillante editor de mapas, muchos de los
cuales probablemente Drake utilizó durante su viaje.
“[…] ha conseguido lo que han
querido durante mucho tiempo acerca de China, en segundo lugar, debido a la
expedición de la nueva travesía del Inglés, en la que usted me había enviado
previamente un informe. Estoy convencido de que no puede haber ninguna razón
para ocultar con tanto cuidado la trayectoria seguida durante este viaje, ni
para la extinción de las diferentes cuentas de la ruta tomada y las áreas
visitadas, con excepción de que deben haber encontrado regiones muy ricas nunca
todavía descubiertas por los europeos, ni siquiera por aquellos que han
navegado por el océano en las travesías de las Indias. Ese enorme tesoro en
plata y piedras preciosas que se pretenden se aseguraron mediante el saqueo es,
en todo caso, un argumento para lo que yo sospecho: creo que esa flota no ha
vuelto por cualquier vía, sino una a través del norte y oeste de Asia, por ese
estrecho que rodea la parte norte de América dentro de sólo unos pocos grados
en un gran círculo hacia el oeste desde Groenlandia, que Frobisher exploró,
parcialmente oculta por muchas rocas. Sospecho que pueden tener un acuerdo con la compañía Rusa, cierto marinero
experimentado, Artur Pett le dieron órdenes para navegar las costas del Norte
de Asia, incluso más allá de Tabín. Puede que Drake y Pett sigan la ruta. Por
lo tanto, Drake no hubiera intentado su regreso de Asia tan cargado de tesoros.
Para su vuelta hacia el oeste sería mucho más corto […] He consultado la
viabilidad de la ruta del Noroeste al geógrafo John Dee. Mantenga usted mi
confianza. Adiós, más distinguido y querido de los hombres: de Duisburg, 12 de
diciembre 1580.”
Esta carta muestra que el viaje de
Drake era un asunto de viva preocupación para los cartógrafos contemporáneos.
Las conjeturas de toda índole que circularon de trasfondo en la búsqueda de
información, se tornaban interesantes al recrear lo sucedido.
Más adelante se editaron algunos
informes y mapas referentes a sus viajes. Así circularon algunas imágenes de
cómo los cartógrafos e historiadores hablaron de Sir Francis Drake.
Los ingleses evaluaron el famoso
viaje como una de las grandes hazañas de la época, y los informes oficiales
aparecieron en varios idiomas europeos.
En 1596 la editorial De Bry de
Frankfurt, incluyó una versión abreviada de la narrativa Hakluyt en su famosa
colección de los viajes en América y en
1599 se editó en alemán y en francés. “Bry Grands Voyages”.
Otra versión en alemán del viaje de
Drake se encuentra en la serie de viajes publicados por Levinus Hulsius, 1626.
El título correspondiente a Nueva
Albion (California). Considera que se trata de una isla. Aquí se observa el grabado de la batalla con la
nave Nuestra Señora de la Concepción, el
barco del tesoro más preciado saqueado por Drake.
Uno de los mayores tesoros
cartográficos es el mapa “Carta veuee et
corige par le dict sieur Drack” (“Un mapa visto y corregido por el mismo Sir
Drake”). Grabado por Nicola van Sype, titulado “La Herdike Enterprinse Faict
Par Le Signeur Draeck D’avoir cirquit Toute La Terre”.
Cabe señalar que el retrato en el
mapa menciona la edad de Drake como de 42 años. Tanto el retrato que le hizo J.
Hondius (frontispicio con su escudo de armas, en la esquina superior derecha) y
otros, dan su edad como de 43. Además otro indicativo de que es uno de los
primeros mapas es la ausencia de cualquier mención de Virginia, que fue
nombrada en 1584.
En la Sala de Mapas del Museo
Británico, se indica que “Hay buenas razones para creer que este sea el primero
de los mapas que muestra la ruta de Drake alrededor del mundo”. Se cree que el mapa pudo ser uno de los más
secretos en 1581.
Posteriormente a la
circunnavegación, Francis Drake entre 1585 a 1586, sumando experiencias, hizo
varias incursiones en las comunidades de las Indias Occidentales, incluyendo
San Agustín, Santiago, Santo Domingo y Cartagena. De camino a casa, se detuvo
en Roanoke, donde descubrió colonos en
graves apuros tras un duro invierno, allí libera pasajeros que había recogido en el curso de
sus aventuras del Caribe (africanos, indios sudamericanos y galeotes
-incluidos europeos y árabes) y se llevó
a los colonos ingleses de Roanoke de regreso a Inglaterra. Nadie sabe la suerte
que les deparó a los demás pasajeros. Baptista Boazio, un artista italiano
residente en Londres, hizo grabados de los ataques a cada una de las ciudades,
de dibujos obtenidos del mismo Drake.
Thomas Blundeville, contemporáneo
de Drake, describe la circunnavegación y las rutas de Drake y Cavendish fueron
marcadas en el globo terrestre construido por Emery Molyneux en 1592.
En 1628, el sobrino de Francis
Drake editó “The World Encompassed”, compilando
las fuentes, entre ellas el diario del capellán a bordo del “Golden
Hind”: Francis Fletcher. Aquí figura el
mapa con la ruta completa de la circunnavegación.
Una versión de las ediciones
posteriores del libro, incluye este mapa del mundo de Robert Vaughan
(1592-1667) Los cuatro elementos (fuego, aire, agua, tierra) se ciernen sobre
el mapa, los retratos de los primeros
cuatro circunavegantes (Ferdinand
Magellan, Sir Francis Drake, Thomas Cavendish, Olivier van Noort) se
dibujan en los lados, y los esquemas de los eclipses de sol y luna aparecen en
la parte inferior.
Una versión italiana de la
circunnavegación es la de Giuseppe Rosaccio Discorso… della Terra, 1610.
Representación del Ártico, la Antártida, y los cuatro continentes entonces
conocidos.
Estas fueron algunas de las
representaciones de los cartógrafos más destacados, acerca de los viajes de
nuestro corsario inglés. Aquel que con su “Letter of Marque” hizo brillar (por
momentos) las arcas de su nación.
Su trayectoria completa sería casi
imposible plasmarla sobre mapas. Pero no fue el único, solo uno de los más
famosos.
El apogeo del corso golpeó de
manera frecuente las colonias españolas hasta 1604 cuando las potencias
firmaron La Paz. Las patentes de corso,
fueron abolidas en la Declaración de París de 1856. Las costas y el mar
tuvieron mucho que contar. Y lo tienen. Relatos de la Historia, entre piratas,
barcos corsarios, y cazatesoros. Una historia que de algún modo continúa…
En cuanto a Drake, propuso a la
reina Isabel una audaz operación contra la América Española, que tenía como
objetivo principal establecer una base inglesa permanente en Panamá para desde
allí poner en jaque los dominios españoles en el Caribe. Así, consiguió salir del
ostracismo en el que había caído tras el desastre de la Invencible y se embarcó
en una larga y desastrosa campaña, en la que sufrió varias derrotas
consecutivas frente a fuerzas españolas.
Finalmente y por esas cosas del
destino, muere en sarcófago de plomo
arrojado a la mar…
Su vida fue motivo de inspiración
dejando su impronta en innumerables sagas y relatos en la literatura, desde
Juan de Castellanos, Quevedo, Cervantes, Lope de Vega, Manuel Mújica Láinez,
José Milla y Vidaurre e incluso Gabriel García Márquez, entre tantos.
Maniobró al Golden Hind de proa a
sus dorados destinos, aquellos que justificaron todos los medios. De espíritu
pirata que bajo alguna enorme ola, no dejó más que su fama. El mar fue a su
vez su gloria y su tumba, la de Sir Francis Drake.
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