15 de septiembre de 2012

Nota sobre el artículo: Amarre de buques petroleros, historia repetida.

Comentario. La Nación del 11.09.2012: … “A la reducción de tarifas le sigue un recorte violento de la cantidad de buques empleados: de 16 barcos empleados en el esquema devidista de Cammesa, YPF sólo utilizará 6: a dedo, uno por armador”.


Dado la actual situación que describe el periodista de La Nación, se me ocurre una pregunta con respecto a la posible o deseable actitud de los armadores argentinos, ¿romperán su tradición de hacernos socios en las perdidas y empleados cuando viene bien la aventura comercial? Porque la aventura marítima es de quienes navegamos.
Gran incógnita.

Sin entrar en el análisis de los detalles numéricos de la publicación (incluso reconoce que no hay cifras visibles), y sin analizar algunos comentarios y contradicciones del periodista, voy a centrarme en la parte que considero fundamental para nosotros los tripulantes, y son las posibles actitudes de las armadores.

Para ubicarnos un poco y no irnos a principios del siglo XX, como bien lo describe Eduardo Villaverde Secretario Gremial de A.A.E.M.M., empecemos por lo ocurrido durante la Guerra de Las Malvinas. En aquellos días del gobierno militar había una “tablita cambiaria” (algo así como el 1 a 1) y entonces varios armadores pagaban los sueldos en dólares para evitar el reclamo de ajuste salarial. Repito PAGABAN EN DOLARES.
Al inicio de la guerra  se produjo una gran devaluación y entonces volvieron a pagar en pesos, pero no con el nuevo valor del dólar, sino con el viejo.

Durante el gobierno de Alfonsín, crearon un sello para proponer el desguace de ELMA, que no prospero pero se quedaron con el 40% de los fletes de la misma sin poner un peso.

Cuando se publicó el Decreto 1772/91, fue tal la congratulación que hasta generaron una nueva Cámara armatorial y vaciaron la otra. Después vino el vacío. Borraron todos los Convenios y los reemplazaron por sus decisiones que eran inapelables.

Desde el 1010/04 todo empezó a normalizarse y desde 2007 hubo una explosión de crecimiento en algunos casos de más de un buque incorporado por año. En todo ese periodo fuimos empleados, si hasta fue necesario medidas de fuerzas para que se sienten a negociar actualizaciones salariales.

Volviendo al título de la nota, estamos ante el interrogante.

Nos volverán a la condición de socios en las posibles pérdidas o asumirán su papel de ARMADOR y buscarán la fórmula para evitar suspensiones y/o despidos.

Por último sería deseable empezar a trabajar en serio por una Ley de la Marina Mercante. Tenemos una situación laboral sostenida por alfileres, por la gran cantidad de buques con banderas de otros países. ¿Y nuestra bandera argentina para cuando?

Saludos.
Eduardo Canon


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