12 de diciembre de 2012

Balsas salvavidas en poteros. Seguridad.


En noviembre de 1996, después de terminar una marea en un potero, presenté una nota a la CD del Centro de Maquinistas con una serie de reclamos referidos a la seguridad en los mismos.

Días después cuando me hice presente por otros motivos, me mostraron que habían cambiado los encabezados y los saludos finales y lo presentaron a la Cámara correspondiente como reclamo originado en el mismo gremio. Bien.

Ahora pasados unos años, presento por este medio una parte de ese mismo reclamo, porque algunas cosas mejoraron, pero otras siguen pendientes.

El reclamo en cuestión consiste en cambiar la ubicación de las balsas salvavidas, de modo que las mismas puedan caer libremente al agua, tal como la reglamentación y el sentido común lo indican.


Esto surge porque en algunos barcos no tienen esa caída libre y para poder usar las balsas, es necesario transportarlo a mano hasta popa o proa, por un estrecho pasillo, (ni pensar en mover los aproximados 2 metros que las parrillas sobresalen de la borda para pasarlo por el  extremo). Todo esto agravado porque son buques en general de poco porte que rolan y cabecean continuamente y que si llega el momento de usarlo, seguramente será en condiciones climáticas rigurosas.

Seguramente hay más de una solución, por ejemplo los nuevos de origen japonés tienen las balsas ubicadas en el puente volante.
Para arrojarlas al mar hay que levantar las parrillas que están debajo de estas, bajar una rampa especial que la guiará de manera que pueda caer libremente al mar y arrojarlas. Teóricamente no debería haber inconvenientes en poder arrojarlas libremente al mar.

Otros tienen balsas en popa, pero sería difícil embarcar de esta manera por el movimiento del buque.  Así mismo no se podría embarcar con escala de gato debido a que quedaría pendulando, al no poder apoyarse en el casco. Incluso podría meterse la balsa debajo del codaste, que en este tipo de buques es muy pronunciado. Por último podría moverse la hélice.

Quizás lo más correcto sería ubicar las balsas en la cubierta de las máquinas poteras, en el centro del barco. Para esto habría que sacrificar un par de máquinas poteras, tema que no es fácil. O de lo contrario adoptar el sistema de los pesqueros japoneses.

Algo habría que hacer.


Para quienes no conocen como es un potero, la foto que va a continuación quizás permita apreciar mejor de que estamos hablando. Las balsas necesitan espacio para caer en el medio de las parrillas que sobresalen en ambas bordas del buque y las mismas terminan en los extremos color naranja, que es por donde pasan las líneas con los respectivos anzuelos.




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