15 de agosto de 2013

Suárez y Cazou construirán dos remolcadores en Río Santiago.

Por Emiliano Galli | LA NACION, 13.08.2013.
Comentario: La semana pasada subimos una nota de Clarín con declaraciones de Moyano. Ahora en la vereda de enfrente tenemos la de Omar Suarez del SOMU y podría decirse que respaldado por el Presidente de Capitanes de Ultramar, o quizás el periodista simplemente omitió sus comentarios.

Las observaciones son dos:

Si estos sindicalistas son tan “brillantes y/o visionarios empresarios” porque no renuncian a su condición sindical y se dedican plenamente a la actividad y la comunidad mercante agradecida.

La segunda. Cuando Suarez dice: "Queremos que haya riesgo de trabajadores, no sólo del capital". Agarrémonos los pantalones (para ser muy suave).
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“Bienvenidos al riesgo", saludó el ministro de la Producción bonaerense, Cristian Breitenstein, al armador argentino Ricardo Gastón Cazou y al secretario general del SOMU, Omar Suárez, socios en la agencia Abadía del Mar, durante la firma del acta por el cual le encargaron a Astillero Río Santiago (ARS) la construcción de dos remolcadores de tiro de 70 toneladas y 2400 HP, con opción a dos más. Ambos ondearán el pabellón nacional.


Al encuentro, el jueves último, asistieron el presidente de ARS, Héctor Scavuzzo; el interventor de la AGP, Sergio Borrelli; el presidente del Centro de Capitanes de Ultramar, Marcos Castro; el vicepresidente de Abadía del Mar, Hernán Díaz Mayer; y José Juárez y Francisco Banegas, de ATE Ensenada.
Suárez lo hizo de nuevo. Cazou también. El primero volvió a incursionar en un concepto que hizo ya célebre con Maruba: la alianza del capital y el trabajo. El segundo volvió a colocar órdenes de construcción en ARS, donde ya tiene la chapa para construir el primero de una serie de graneleros que comprometerán dos de las tres gradas del astillero.

Los remolcadores demandarán US$ 50 millones y una arquitectura financiera propia no sólo de la Argentina de estos tiempos, sino de la "Argentina naval" de estos tiempos, donde avales y garantías son casi instancias psíquicas del "yo" del armador.

Scavuzzo aseguró contar con todo lo necesario para encomendarse en la aciaga rutina del Astillero: vencer la fama de lento. Breitenstein, firme, bajó línea: la provincia no puede darse lujos de subsidiar socialmente 3000 familias de trabajadores sin un sólido reflejo económico que compense el esfuerzo presupuestario. La Administración Scioli encomendó un proyecto legislativo que impulse un fondo promocional de la marina mercante y la industria naval. Otro estertor de un adicto con abstinencia de fondos nacionales.

Cazou obvió las críticas de sus pares en su asociación con Suárez. Pragmático, profesa aunque más no sea contar con algún signo visible reminiscente del Jones Actnorteamericano: tripulación, buque y construcción norteamericanos para el cabotaje norteamericano. A su lado, un moderado Suárez instó a "olvidarse del pasado" sin que su invitación significara dibujar un futuro, pero con frases enigmáticas: "Queremos que haya riesgo de trabajadores, no sólo del capital".

Cazou suma capacidad de charteo. Suárez agrega capacidad de maniobra.


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