Extraigo algunos párrafos
de ambos, que me llamaron la atención y dejo algunos comentarios a modo de
invitación a discutirlo.
1.- “…advertir que la
competitividad de la bandera argentina no es algo asequible con el actual marco
normativo, tributario y laboral.”
2.- “…Para un armador,
resulta imposible afrontar un costo operativo de 330.000 dólares por mes frente
a los 100.000 que cuesta un buque de una tercera bandera.”
3.- “…La explotación de un
buque argentino se encarece con las cargas sociales y los impuestos de la legislación
local.”
4.- “…: "Generamos
trabajo e invertimos fortunas en la renovación de la flota. Nos merecemos un
espacio de mayor consideración y ser escuchados por los (gobernantes) que
vienen".”
5.- “…Las empresas
navieras argentinas miran atónitas el crecimiento exponencial de la producción
y la carga exportable, con proyecciones de 150 millones de toneladas de granos
a las que se suman otros tantos millones de toneladas de mineral de hierro
brasileño y boliviano: todas estas cargas bajan por el río y transbordan en
buques oceánicos, pero las empresas argentinas no participan en ninguno de los
tramos.”
6.- “…"No vamos a
pedir subsidios, sino condiciones para poder competir", …”.
……………………………
Algunas frases son de los
armadores y otras del periodista, que a veces me da la impresión que escribe lo
que el armador sugiere.
Seguramente cada uno podrá
coincidir o no con las frases o con el significado.
En las N° 1, 2, 3 y 6
dicen lo mismo. Los marinos mercantes
somos gran parte del problema.
En la frase 1 no hace
falta aclarar nada.
En la 2 plantean números
que solo ellos conocen. Porque medido en dólares nuestros sueldos son
inferiores a los que teníamos un par de años atrás y coincido cuando dicen
“…invertimos fortunas…”. Pero suena contradictorio tanta generosidad de
invertir en un negocio a perdidas.
Coincidimos en que generaron trabajo.
Pero también esto tiene
matices, porque justamente la empresa del nuevo presidente tiene sus barcos con
otras banderas cuando en el caso de Antares, incorporó a la bandera varios
buques. Y de nuevo ¿todo a pérdida?
En
la 4 coincidimos. Todos tenemos que ser escuchados por los
gobiernos, nosotros también, sobre todo porque siempre somos la variable de
ajuste.
La
5 no la entiendo. Recién ahora vieron todo lo que se pierde
en fletes de granos y de mineral de hierro y agrego: de exportación de aceite,
etc, etc. De todos modos está bien y coincidimos y estaría bueno que hagan
propuestas concretas y que lo difundan.
Pero ¿Qué les impide invertir en esas aéreas?
Pero ¿Qué les impide invertir en esas aéreas?
Porqué no lo dicen con todas las letras.
O esta es una frase para que el enunciado de objetivos y problemas no solo recaiga en los costos sociales.
O esta es una frase para que el enunciado de objetivos y problemas no solo recaiga en los costos sociales.
Otro comentario, ¿participarán
en esa mesa nuestros sindicalistas/armadores?
Para finalizar, ¿Cómo
pueden posar para la foto, decir tantas cosas floridas y compartir la mesa con
el redactor del Decreto 1772?
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Empresas
fluviales y marítimas crean una federación
Por Emiliano Galli | LA
NACION SEGUIR
26.05.2015
Los
directivos de las cámaras que fundaron la Federación de Empresas Navieras
Argentinas. FENA.
Las compañías dueñas de
barcos, barcazas y remolcadores, responsables del transporte fluvial y marítimo
de combustibles, gasoil, fueloil, granos, aceites, mineral de hierro y
contenedores, entre otros productos, crearon la semana última la Federación de
Empresas Navieras Argentinas (FENA) con el fin de defender sus intereses frente
a los gremios y las autoridades.
Las empresas dejan así
atrás años de fragmentación: hay cuatro cámaras para poco más de 20 empresas,
cada una con su paritaria, y con una debilidad institucional aprovechada en
cada negociación sobre todo por los sindicatos marítimos y fluviales, liderados
políticamente por figuras de peso como
Omar Suárez (SOMU), Marcos Castro (Capitanes de Ultramar) y Julio González
Insfrán (Patrones Fluviales).
La Asociación Cámara
Argentina de Empresas Navieras y Armadoras (Caena), la Cámara de Armadores y
Remolcadores (CAR), la Cámara de Armadores de Bandera Argentina (Carba) y la
Cámara Naviera Argentina (CNA), firmaron los estatutos que dieron origen a
FENA, que será presidida por Claudio López (Horamar), secundado por Federico
Virasoro (National Shipping).
"Ésta será una
herramienta de política empresaria", señaló López en el acto de firma de
los estatutos de la federación, tras agregar: "Generamos trabajo e invertimos fortunas en la renovación de la flota.
Nos merecemos un espacio de mayor consideración y ser escuchados por los
(gobernantes) que vienen", indicó a la nación.
Los empresarios y los
gremios del agua comparten su reclamo por la falta de políticas sectoriales,
hecho que se consagró hace dos meses cuando el Gobierno le quitó al Ministerio
de Transporte la cartera que maneja el área de Puertos y Vías Navegables para
pasarlo al Ministerio de Economía, donde el desconocimiento de la problemática
del transporte marítimo y fluvial "es total", según opinan en el
sector.
López dijo que uno de los
objetivos de FENA será lograr la personería gremial para negociar paritarias y
elaborar una propuesta "desde las empresas" para la reactivación de
la marina mercante, es decir, la flota comercial de bandera argentina, que sólo
se quedó con el mercado de cabotaje, y desapareció de los tráficos
internacionales y del transporte por la hidrovía Paraná-Paraguay, dominado por
completo por la flota paraguaya. "Debemos proyectarnos a la región y al
mundo", reclamó López, y agregó que para ello es necesario recuperar la
competitividad.
Un marco normativo de
promoción del sector será una de las preocupaciones de FENA, debido a que los
empresarios no se sienten cómodos con ninguno de los proyectos de ley que han
sido presentados.
Las
empresas navieras argentinas miran atónitas el crecimiento exponencial de la
producción y la carga exportable, con proyecciones de 150 millones de toneladas
de granos a las que se suman otros tantos millones de toneladas de mineral de
hierro brasileño y boliviano: todas estas cargas bajan por el río y transbordan
en buques oceánicos, pero las empresas argentinas no participan en ninguno de
los tramos. "No vamos a pedir subsidios, sino condiciones
para poder competir", completó López.
Los empresarios destacaron
que elevaron ya al Ministerio de Trabajo su intención de participar "todos
juntos" de las reuniones paritarias para que, de esa manera, arbitren las
negociaciones necesarias para que los gremios hagan lo propio. Asimismo,
señalaron que la crisis del sector llegó a un límite donde "sólo queda el
cabotaje" por lo que manifestaron su intención de "volver a ser
protagonistas", según subrayó Virasoro, de Carba.
El consenso, así, quedó
por escrito. FENA deberá ahora trabajar en las distintas subcomisiones que
atiendan las características de cada unidad de negocios: contenedores,
barcazas, combustibles, fluvial y marítimo.
Acompañarán a López
(Caena) y Virasoro (Carba) en la comisión directiva de FENA Gustavo Rodríguez
Vázquez (CAR-Maruba) como secretario; Gustavo D'Amico (Caena-Antares Naviera),
prosecretario; Damián Scokin (CNA-Ultrapetrol), tesorero; Francisco Raimondi
(CAR-Trans Ona), protesorero; Jorge Álvarez (CNA-Oceanmarine), primer vocal
titular; Aldo Rodríguez (Carba), segundo vocal titular; José Pablo Elverdín
(Caena-Argenmar) primer vocal suplente, y Francisco Nadal (Caena-Antares),
segundo vocal suplente. Carlos López (Horamar) y Cecilia Virasoro (National
Shipping) integrarán el Tribunal de Honor.
Asistieron además a la
firma de los estatutos Horacio Falinari (Trans Ona), Alberto Blanco (Enpasa),
Álvaro López (Argenmar), Stella Morosoly (Horamar), Diego Álvarez (Ultrapetrol
/ UABL), y Marcelo Sibione y Gustavo Roca, ambos de Marítima Maruba.
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Lucidez
honesta y autocrítica entre los empresarios navieros
Por Emiliano Galli | LA
NACIONSEGUIR
05.05.2015
Ésta será una semana
decisiva para la política del transporte fluvial y la marina mercante, luego de
que las cuatro cámaras que agrupan a las pocas empresas que permanecen de pie
con bandera argentina en sus embarcaciones (mayormente en remolques y buques
tanque dedicados al cabotaje) consensuaran crear la Federación de Empresas
Navieras Argentinas (FENA), nombre que probablemente adopte la unión de la
Cámara Argentina de Empresas Navieras y Armadoras (Caena), la Cámara de
Armadores y Remolcadores (CAR), la Cámara de Armadores de Bandera Argentina
(Carba) y la Cámara Naviera Argentina (CNA).
Si bien no trascendió
mucho más que esta voluntad de confluir para dar de baja la característica
dispersión de voces empresarias en el sector, el fin último es claro. : advertir que la competitividad de la
bandera argentina no es algo asequible con el actual marco normativo,
tributario y laboral.
Las empresas navieras
argentinas enfrentan variables adversas en los tres frentes de negocios: el
cabotaje, el tráfico internacional y el transporte fluvial. En efecto, este
paso institucional debe ser la respuesta a múltiples espasmos que en privado
vienen manifestando los hombres de negocios del transporte por agua.
Irrelevante sería captar
sólo el momento en que se toma esta decisión, es decir, en pleno año electoral.
Tal vez entraron en la cuenta de que es hora de remendar años de fractura del
lobby sectorial.
Es cierto que los
empresarios dan un paso adelante tratando de acortar distancia con otra voz
que, aunque coincida en los temas planteados, tiene otro tono y contexto: el
secretario general del Centro de Patrones, Julio González Insfrán, encomendó un
texto sencillo, de rápida digestión, para entregarle a todos los presidenciables.
Su primera reunión fue con Mauricio Macri. Y sería inminente una reunión con
Sergio Massa.
La realidad es adversa
tanto para los gremios como para los empresarios. Pero siempre es efímero este
tipo de compatibilidad de reclamos.
Para
un armador, resulta imposible afrontar un costo operativo de 330.000 dólares
por mes frente a los 100.000 que cuesta un buque de una tercera bandera.
La explotación de un buque argentino se
encarece con las cargas sociales y
los impuestos de la legislación local. Allí es cuando un registro especial
(segundo registro no es políticamente correcto) al estilo brasileño toma
fuerza. Pero sin el apoyo gremial, su consecución será compleja.
Una lucidez honesta y
autocrítica hecha luz a una industria que se llenó de cámaras y se vació de
empresas. La política no tendrá excusas ahora para reconocer a los referentes.
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