Desde
hace unos meses vemos con preocupación la perdida continua del poder
adquisitivo, junto a una política agresiva de los armadores hacia sus
tripulaciones con el visto bueno de las autoridades.
Foto bajada de la pagina estudiomar.org
Por
decisiones políticas y económicas vivimos días cambiantes donde parece que cada
sector empieza a plantearse como objetivo un "sálvese quien pueda".
Nadie sensatamente puede tomar esa bandera política para superar una situación coyuntural que lo presentan como "crisis", porque quizás piensan que no podemos analizar nuestro sector.
Nadie sensatamente puede tomar esa bandera política para superar una situación coyuntural que lo presentan como "crisis", porque quizás piensan que no podemos analizar nuestro sector.
Tratando
de sintetizar se podría agrupar algunos puntos que ahora saltan a relucir.
1.- Fletes internacionales. El gobierno busca bajar los costos logísticos portuarios
fundamentalmente en el sector oleaginoso, que es una de las mayores fuentes de
ingreso de divisas. Para lo cual
salieron a relucir temas como altos costos portuarios de agenciamiento, de
peaje de canales, uso de muelles, de remolque, de practicaje y de otras
actividades menores pero igualmente onerosas. Además de problemas aduaneros y
de normativas de otros actores gubernamentales. Sobrecostos pagados por los
exportadores.
Sensatamente
nadie puede oponerse a QUE LOS SERVICIOS TENGAN UN COSTO/RENTABILIDAD RAZONABLE,
pero en esa ecuación, TAMBIÉN DEBERÍA INCLUIRSE LA FANTÁSTICA TRANSFERENCIA AL
SECTOR EXPORTADOR OLEAGINOSO Y MINERO VÍA
DEVALUACIÓN Y REDUCCIÓN O ELIMINACIÓN DE RETENCIONES.
2.- Fletes nacionales de cabotaje. Este es el principal sector donde estamos los
marinos mercantes a través de buques petroleros y de distintos tipos de
remolcadores de apoyo a la industria petrolera.
Aquí
también hubo sectores que fueron beneficiados por la devaluación, aunque habrían
contratos en pesos.
3.- Fletes en la hidrovia: Lamentablemente la presencia argentina es escasa. Varios
armadores argentinos se fueron de la bandera quizás aprovechando las políticas
reales planificadas por países vecinos.
Ahora
considerando el cabotaje nacional, los armadores argentinos dieron una escasa
actualización salarial al sector que llegaría a la mitad del 40% de inflación
acumulada, y lo complementan con el planteo de discutir los Convenios
Colectivos de Trabajo (CCT) donde ya adelantaron que buscan recortar derechos de
modo que estarían cercanos a lograr el sumun de una parte del sector
empresarial: REDUCIR EL COSTO SALARIAL ACTUAL Y A FUTURO. Aun yendo en contra
de la Ley de Contrato de Trabajo (LCT) que declara nula toda posibilidad de
firmar convenios a la baja. Es decir, que esa famosa frase de "seguridad jurídica"
es unidireccional.
Pruebas
de lo dicho anteriormente son: la semana pasada un gremio de cubierta ya recibió
Carta Documento donde los armadores denuncian los CCT. Otra ejemplo: arman en el
Ministerio de Trabajo una mesa
tripartita para trabajar en la optimización del sector. Pero si eso fuese de
buena fe, debería ser en el Ministerio de Economía.
Curiosamente
sacan una extensa (y costosa) solicitada donde mencionan la necesidad de
"... recrear una flota internacional de bandera argentina...", sin decir
cómo van a hacerlo. El plan ya estaría listo y sería interesante conocerlo,
porque como marinos mercantes, siempre nos alegra la posibilidad de recuperar
la presencia argentina en el mundo, y por supuesto las fuentes de trabajo, pero no convence una expresión de deseo.
Entonces solo nos queda pensar en que buscan maximizar ganancias.
Si
es de buena fe la intención de re-generar una marina mercante con presencia
efectiva en la hidrovia y en el comercio exterior, miremos el
vecindario:
Paraguay
tiene una de las primeras flotas fluviales a nivel mundial. En marzo de este año
hicieron una exposición de su industria
naval en Colombia. Pronostican que las cargas paraguayas producirán récord de
actividades portuarias en Uruguay en el 2016.
La
flota boliviana sigue creciendo.
La
flota chilena también sigue creciendo.
Con
Brasil y aun con sus problemas políticos, ni siquiera tiene sentido hacer algún
tipo de comparación.
Esas
realidades fueron el resultado de Planificación previa.
Y
en el orden nacional, mientras se discuten frases como: "crisis", "altos
costos laborales", "... transportar nuestros productos por el mundo
en forma económica y eficiente en buques de bandera argentina" que por
ahora es una linda frase, SE OLVIDAN QUE LOS GRANDES EXPORTADORES, IMPORTADORES
ARGENTINOS NO DISCUTEN DE BANDERAS SI NO DE COSTOS y muy probablemente serán
los principales oponentes al resurgimiento de una flota de bandera.
Ya
lo hicieron en la década del 90 y fueron parte de los grandes beneficiarios del
Decreto 1772/92.
Cuesta
entender la discusión y peor aun cuando quien es el Subsecretario del área es
del medio, vivió de pleno la verdadera crisis de los 90 y hasta quizás lo padeció
como tantos marinos mercantes argentinos y armadores quebrados.
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