25 de junio de 2013

La primera mujer “Práctico” de la Argentina ya navega por el río

 

Comentario. Es interesante destacar la existencia de una primera mujer Práctico. También sabemos de muchas colegas oficiales en diferentes cargos tanto fluvial como ultramar.

 

Es necesario recordar que para que la presencia de oficiales en buques mercantes fuese posible, en su momento al menos una mujer tuvo que hacer juicio a la Escuela para poder ingresar e iniciar la carrera.

 

Lo lamentable es que haya muy pocas mujeres que pertenezcan al SOMU, es decir a marinería, cocina o maquinas. Sabemos que hay muchas postulantes que no consiguen ni siquiera una entrevista y obviamente, Armadores que no tienen una sola mujer en su empresa recurriendo a falacias. Quizás el colmo es el SOMU, que tiene a cargo del área a dos hombres.

 

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Texto de la entrevista:

 

Tiene la función de entrar los barcos al puerto, desplazando al capitán. Con 34 años, es la única mujer entre 300 hombres. Dice que la eficiencia en su trabajo no depende del género y llama a las mujeres a seguir su camino.

 

 

Florencia Halfon-Laksman. Artículo del 17.02.2012.

 

El cargo se escribe en masculino pero ya hay una mujer que lo ejerce: Laura Virginia Scyzoryk Guzmán es la primera práctico de barcos en la Argentina, donde cerca de 300 hombres ocupan ese lugar. Tiene 34 años y, desde que comenzó el año 2012, su nuevo trabajo consiste en ser asesora técnica del capitán de un navío en ruta, maniobra y reglamentación de una zona específica, que en su caso es el Río de la Plata.

 

 

A finales de la década de 1970, con sólo 19 años, Laura decidió ser marina mercante. “Terminaba el secundario y me gustaba mucho la idea de trabajar en un barco. Pensé en ser contadora o traductora pública, pero preferí hacer algo distinto, original. No quería hacer las carreras convencionales y me puse a estudiar en la Escuela Nacional de Náutica. Después me apasioné. Mi vieja pensó que me iba a durar poco”, se contentó ante Tiempo Argentino.

 

Scyzoryk Guzmán llegó al cargo de práctico tras haber ejercido como capitana de ultramar y es licenciada en Transporte Marítimo. En diálogo con este diario, reconoció que ser mujer le presentó obstáculos para conseguir trabajo en lo suyo, pero reivindica esa tarea y convoca al género a sumarse a la actividad: “El hecho de lograr una tripulación mixta ayuda a que la vida en el barco sea más parecida a la vida en tierra”, dice.

 

–¿Cómo consiguió este nuevo título?

 

–Primero me recibí de piloto de ultramar a los 23, en el año 2000. Ahí empecé a trabajar en distintos tipos de buques mercantes. Hice muchos en el sur argentino, pero también hubo algunos viajes a Chile y Brasil. Con determinada cantidad de días navegados y exámenes en la escuela, fui accediendo a títulos superiores.

 

En 2003, llegué a piloto de ultramar de primera y, en 2007, a capitana de ultramar. Ahí trabajé en fletes para empresas petroleras. A fines del año pasado, obtuve el título de práctico del Río de la Plata, que es un servicio obligatorio que deben tener los buques extranjeros. Como práctico, sos un funcionario que representa a la autoridad marítima, es decir, a Prefectura. Era todo un desafío pero me sentía preparada.

 

–¿Cómo reaccionaban los hombres de la tripulación cuando usted subía al barco?

 

No estaban muy acostumbrados en los barcos a que las mujeres estemos en igualdad de condiciones de trabajo. Subestimaban un poco, al principio, la idea de que podíamos hacer el mismo trabajo. Era una carrera históricamente de hombres y entonces había una minoría a la que todavía no le convencía la idea de que hubiera una mujer que pudiera llegar al puesto de capitana. No había antecedentes de mujeres con comando. Creo que, con el tiempo, a muchos les agradaba la idea de que hubiera mujeres a bordo.

 

–¿Recuerda alguna reacción en particular?

 

–Como soy pionera, me felicitan porque se rompe un paradigma. Lo bueno de tener el comando es que soy de incentivar al resto y eso puede abrir un camino. Las pilotos que están ahora tienen un referente. Yo no lo tenía. Ahí se rompieron las primeras barreras. Como capitana, di la vuelta a Sudamérica, en 2010. Y en Barbados me hicieron una nota en televisión por haber sido la primera capitana mujer en llegar a ese puerto.

 

–¿Y cómo reaccionaban las empresas ante una mujer piloto o capitán?

 

–Yo fui de las primeras diez pilotos y en algunas empresas ni siquiera me aceptaban el currículum. Me costaba conseguir trabajo. Había muchos prejuicios. En cambio, Petrotank, donde estuve mucho tiempo, se arriesgó. Lo mismo ocurrió en PISA, donde estoy ahora, que confió en mí cuando otras empresas no se animaron. Después, mostramos que todo depende de la eficiencia de cada uno, no del género. Es un camino allanado para las mujeres que les interese seguir. Ojalá que haya más mujeres para seguir con la nueva tradición. 

 

Tiempo Argentino del 17.02.2012.-



1 comentario:

  1. Feliz Dia de La Gente de Mar.
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