Comentario. Nota bajada de un blog uruguayo.
Seguramente
no fue el último pirata, en todo caso algún asesor de imagen sugirió cambiar la
presentación. El problema hoy es visualizarlos, entre otras cosas por estamos
tapados de informaciones intrascendentes.
Caminar dentro del fuerte de Cartagena
de las Indias, impresiona por el espesor de las paredes y murallas, pero siglos
atrás y en el momento de escuchar la alarma “piratas a la vista”, seria realmente terrorífico.
Hoy los
asesores de imagen lo suavizan, si hasta algunos salen a darles la bienvenida.
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Soto Aboal nace el 22 de marzo de 1805
en Pontevedra, siendo esta una
de las villas marineras más pujantes de Galicia. Crece en el barrio de A.
Moureira, el barrio marinero de la ciudad, de ahí su natural afinidad hacia el
mar.
Las
duras condiciones de vida hacen que, a
los diecisiete años, Benito Soto decida enrolarse en el bergantín de bandera
brasileña El Defensor de Pedro.
El
barco, que se dedica al tráfico de
esclavos, pone rumbo a Río de Janerio. Después de su estancia en Brasil la
nave pone rumbo a las costas africanas.
Estando
en la costa de África, Benito Soto lleva a cabo un motín contra su capitán
Pedro Mariz de Sousa Sarmento. El motín se salda con el abandono del capitán en
África junto con aquellos que quisieron permanecer fieles.
Se convierte en el nuevo capitán del
navío, con tan solo dieciocho años,
lanzándose de lleno a la piratería.
La
primera presa de Soto fue una fragata mercante inglesa: la Morning Star, la
cual es aborda y saquea por Soto y sus piratas.
Asesina
a toda la tripulación, desvalija la nave y se queda con todos los tesoros y el
dinero que hay en el barco.
Tras
este asalto se dirige al norte, hacia las Azores. Durante el trayecto se
encuentra con la nave: el Topacio, de bandera norteamericana y que venía
cargado desde Calcuta. El barco corre la
misma suerte que el buque inglés, es saqueado y quemado tras ejecutar a toda la
tripulación.
Soto
Aboal decide cambiar de nombre al barco, pasa de llamarse el Defensor de Pedro
a La Burla Negra.
La
Burla Negra parte hacia las Azores, abordando en su camino dos barcos
portugueses, uno proveniente de Rio de Janeiro del cual se desconoce el nombre
y el Cessnock. Las naves son abordadas de modo sangriento y cruel.
En
Cabo Verde se cruzan con otra nave inglesa (de la que no se conoce su nombre
hoy en día) que corre la misma suerte que los demás barcos asaltados por el
pirata. Ocho días después, cerca de las Islas Canarias, volvió a asaltar a la
armada inglesa, la fragata Sunburyes asaltada y hundida, previa ejecución de
sus tripulantes.
Tras
asesinar a tres de sus compañeros (por considerarlos poco leales) llegó al
puerto de La Coruña, y fingiendo uno de los piratas de su tripulación ser el
legítimo capitán, vendió a buen precio toda la carga saqueada.
Seguidamente
se dirige a las costas de Cádiz, donde planea deshacerse de la nave para
retirarse y disfrutar de las ganancias.
La
mala suerte se ceba con Soto Aboal y su tripulación. El vigía confunde el faro
de la Isla de León con el faro de
Tarifa, por lo que terminan encallando en los arenales a muy poca distancia de
Cádiz.
Las
autoridades descubren la nave, donde los hacen prisioneros y ahorcan a diez
miembros de la tripulación. El pirata Soto logra escapar y se dirige a Gibraltar, donde espera pasar
desapercibido el tiempo suficiente para escapar.
Sin
embargo, es descubierto y detenido por los ingleses. Es condenado a morir en la horca acusado de setenta y cinco asesinatos
y diez embarcaciones saqueadas y hundidas.
En la mañana del 25 de enero de 1830
moría Benito Soto Aboal a la edad de veinticuatro años y diez meses.
Como
curiosidad cabe destacar que, según se dice, José de Espronceda se basó en la
vida de Soto Aboal para inspirarse en su poema: "la canción del pirata".
”Viento
en popa a toda vela/No corta el mar si no vuela/Un velero bergantín.
Bajel
pirata que llaman/Por su bravura el temido/En todo el mar conocido/Del uno al
otro confín.
La
luna en el mar riela/Y en la lona gime el viento/Y alza en blando movimiento/Olas
de plata y azul.
Y
ve el capitán pirata/Cantando alegre en la popa/Asia a un lado, al otro Europa/Y
allá a su frente Estambul.
Navega
velero mío/Sin temor que ni enemigo navío/Ni tormenta ni bonanza/Tu rumbo a
torcer alcanza/Ni a sujetar tu valor.
Veinte
presas hemos hecho/A despecho del inglés/Y han rendido sus pendones/Cien
naciones a mis pies.
Que
es mi barco mi tesoro/Que es mi dios mi libertad/Mi ley la fuerza y el viento/Mi
única patria la mar.
Allá
muevan feroz guerras/Ciegos reyes, por un palmo más de tierra/Que yo tengo aquí
por mío/Cuanto abarca el mar bravío.
A
quien nadie impuso leyes/Y no hay playa sea cualquiera/Ni bandera de esplendor/Que
no sienta mi derecho/Y de pecho a mi valor.
Que
es mi barco mi tesoro/Que es mi dios mi libertad/Mi ley la fuerza y el viento/Mi
única patria la mar“
José
de Espronceda.
Enlace al Blog: Brisa del norte
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