Nota bajada de Hijes de la misma rabia.
Observaciones:
Las cursivas son opiniones mías.
Artículo claro sobre la participación de mujeres a bordo de pesqueros, que para algunos significa recordar momentos y para otros conocer una de esas actividades con poca o nula publicidad, coincidente con la realidad de un País de espaldas al mar, aun teniendo más territorio de ultramar que continental.
Respecto de esto último resulta incomprensible el abandono gubernamental, periodístico, sindical, etc. y diría que hasta de los tripulantes, de una bella actividad laboral sin difusión. Que no solo deberían darle un espacio relevante por el trabajo en sí, sino además por la escasa presencia argentina en esta amplísima geografía con riquezas dejadas a la buena suerte, en un mar propio lleno de piratas.
Coincido con esa opinión y agrego:
Una de las cuestiones que los gremios no reclaman es la proliferación de “Institutos de… navegantes…” con distintos formatos, donde el verdadero objetivo es tener alumnos (hacer caja) a partir del desconocimiento de las/los jóvenes que se inscriben que no van a poder navegar por el exceso de Libretas de Embarque. Cruel “negocio” de institutos privados, sindicales y de otros estamentos.
“… Claro, pero en un mundo que se mueve, se hunde, se da vuelta campana, choca, puede haber un accidente laboral, etc. A veces te vas a dormir con la ropa puesta para levantarte y seguir trabajando…”
Siii, dos circunstancias, jornadas extenuantes no recompensadas adecuadamente y accidentes laborales donde el tripulante casi siempre queda liberado a su suerte.
“Mirá, recién ahora por un tema de pesca, se está empezando a poner internet…”
“Hay veces que pasa el barco días sin pescar y la gente... imagínate que estás todo el día sentadito porque no podés salir a caminar, no podés salir a correr, los espacios son muy pequeños. ¿Qué te queda hacer?..”
Circunstancia inadmisible para los niveles de ganancias de las pesqueras y lo mismo ocurre con casi todos los otros sectores de navegación.
También
hay al menos una Jefa de Máquinas en un pesquero. (*)
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TEXTO completo de la entrevista.
Entrevista | Nancy Jaramillo
Escrito por H.D.L.M.R.
Estamos en otra edición de entrevistas para Hijes de la misma rabia. Mi nombre es Martín Rodriguez y en esta ocasión estamos con Nancy Jaramillo, la primera capitana de pesca del país. "La Capi" como la conocen sus compañeros. Vamos a hacer una breve presentación tuya, para que las personas también sepan quien sos. Para quienes no están familiarizados con el mar y el barco, tienen que entender que este tiene sus propias leyes. Para el común, históricamente nunca las mujeres fueron bienvenidas. Claro que sí, en forma de supersticiones, catástrofes, como sirenas, prostitutas de los puertos, las esposas que cuidan las casas, por citar algunos ejemplos. También aquellas que no conformes con las convencionalidades de la época, se lanzaban como capitanas, piratas, soldados inflexibles determinadas y líderes. Que en sus decisiones tal vez, o en su impronta han sido deliberadamente olvidadas por su participación en la historia. Es un poco lo que me estabas comentando vos, de la lucha que existe... para llegar a nuestros objetivos. Y en nuestro país las mujeres se plantan y empiezan a florecer. Así que hoy en Hijes de la Misma Rabia queremos saber tu mirada y tu historia junto al mar. ¿Cómo fue tu acercamiento al mar? ¿Cómo fue tu carrera?
Nancy: -Bueno, muchas gracias por interesarse, por llegar hasta aquí. La verdad que, y no solamente para mí, sino para toda la familia que es la flota marítima es muy importante, que por primera vez estamos teniendo una visibilidad que antes nunca la tuvimos ¿no? Porque siempre éramos los marinos que íbamos a navegar por mucho tiempo, pero nunca nadie habló de nuestras vidas, lo que hacemos. Entonces, bueno, es muy interesante.
Bueno, mi acercamiento fue por un tema de necesidad. Necesidades básicas. Vengo de una familia muy humilde, fui mamá muy jovencita, a los 17 años. Había comido toda mi vida en comedores infantiles, de haberme vestido con ropa que nos donaban. Y por ahí teníamos una sola comida al mediodía y después no comíamos más. Y pasé mucha necesidad, entonces cuando soy mamá digo, bueno, tengo que salir a buscarle un futuro a mi hijo si o si.
Porque el futuro para mi hijo era tener un plato de comida todos los días. Almuerzo y cena, nada más, no pedía mucho más que eso. Y terminé yendo a varias instituciones para ver si me aceptaban, por ejemplo la policía, la armada. Que decía bueno, es un sueldo pequeño pero por lo menos todos los meses lo voy a cobrar. Porque era empleada doméstica, niñera, vendía carbón y un motón de cosas, pero así no me alcanzaba. Y nunca sabía, y viste que cuando vos tenés esos trabajos por hora, nunca sabés cuánta plata vas a tener a fin de mes. Obviamente me dijeron que no en todos lados, porque en aquella época, te estoy hablando ya hace… mi hijo, tiene 27 años. Imaginate en esa época las mujeres no estábamos ocupando los lugares que hoy si. Entonces me dijeron que no en todos lados. Caí en prefectura que es la autoridad marítima, quien nos prepara y nos da una libreta de embarque. Entonces me dijeron mirá, si querés hay un curso de camarera. Así empezó mi vida. Nací en Trelew, en Chubut. Me crié en Puerto Madryn en frente del mar. Pero nunca tuve conocidos que navegaran, ni nada por el estilo. Había visto los barcos flotando (risas). Claro, un desconocimiento total. Pero bueno, viste que cuando uno es chico tiene tantos sueños. Y mi sueño era navegar, con un desconocimiento en todos los aspectos. Pero bueno, se dio esto y saqué mi libreta de camarera y así comencé a navegar.
Martín: -Y ahí le diste para adelante.
Nancy: -Si. Si me tengo que poner a remontar a ese momento de lo que fue no saber qué ropa llevar. Vino un muchacho y me dijo “nena ¿llevás toallitas femeninas?”, que en aquella época alguien te diga algo así, era como que te morías de vergüenza.
Martín: -Claro.
Nancy: -Y porque yo no sabía ni por cuánto tiempo iba a navegar. Entonces me dijo “fijate que tenés que llevar toallitas o algo, porque te vas dos meses a navegar. Vas a menstruar dos meses” ¿no? Que bien no, porque yo desconocía que me iba por ese tiempo. Yo sabía que iba a navegar y ni siquiera pregunté. Era trabajo, era plata y no importaba lo que había que hacer. Yo me iba.
Martín: -Agarraste y te fuiste. Y ya una vez transcurrido el camino inicial, más que nada saltándose unos pasitos.
Nancy: -Unos cuantos años.
Martín: -Tu labor ahora, en este contexto, ¿cuantos son los tripulantes que tenés a bordo, a tu cargo?
Nancy: -Bueno, la flota pesquera es muy variada. Tenés buques de nueve tripulantes a sesenta tripulantes. Yo normalmente andaba en los buques de veintinueve tripulantes en total. Incluido el sub capitán. Y ahora último anduve en barcos de doce tripulantes, once tripulantes. O sea es muy variada la flota pesquera.
Martín: -Es variada según la tarea que se tenga que realizar.
Nancy: -Depende de la especie que se vaya a pescar. Depende que pescadito vas a agarrar (risas), el barquito, el tamaño y la cantidad de gente. si.
Martín: -Si, y hablando de tu rol en el buque, ¿qué considerás más complejo en el embarque?, ¿la relación con tus compañeros?, ¿el hecho de estar mucho tiempo lejos?
Nancy: -La convivencia no es muy difícil. Al principio por ahí están esos mitos, como vos decías y hacías referencia al principio, esto de que una mujer antes era como mala suerte. Una mujer era "¿qué desgracia vamos a tener?"
Martín: -Un cero a la izquierda.
Nancy: -Claro. Era algo malo. Bueno y después una vez que vos te embarcas en un buque, que se yo, los muchachos te van conociendo, van viendo también tu lugar, el lugar que ocupás. Estoy hablando del rol de la mujer, como mujer. Y eso no es lo complicado, porque la gente se adapta. Y hoy que hay toda esta apertura mental, todas estas charlas que se hacen, qué podemos decir que somos iguales, se abre mucho la mente de la gente. Esto se ve a bordo. Lo más complejo es cuando vas a navegar por mucho tiempo. Vos pensá que hay hombres que se van por noventa días. Una marea de noventa días, son tres meses que no tocás tierra, que no ves a la familia.
Martín: -No había contacto. ¿Había por ejemplo radio?
Nancy: -Alguna radio por ahí, pero tenías que llamar a… ponele a Puerto Madryn que tiene una estación que lo ponía. Pero vos ponele, gente de Corrientes, ahí no había radio. La gente de Corrientes, por ejemplo, pasaban meses que no se podían comunicar con nadie. Yo tuve la suerte de que como soy de Madryn, cuando mi hijo era chiquito yo una vez por semana, cinco minutos lo dejaban hablar por radio. Las veces que se escuchaba bien. Porque uno dice radio, pero la radio depende mucho…
Martín: -Satélite…
Nancy: -Es todo por ondas ¿entendés? depende cómo está el tiempo, la nubosidad, que propagación hay. Entonces por ahí vos llamabas y no se escuchaba. Pero de vez en cuando se escuchaba.
Martín: -Y tenías un contacto digamos ¿no? Pero también hablando de las comunicaciones y de este tipo de dificultad, con el clima...tema complejo (risas) ¿dijiste alguna vez “che acá no zafo?”
Nancy: -Guau, si, si.
Martín: -Que no zafo, digamos una que vos decís acá no zafo ni de casualidad.
Nancy: -Si, creo que fue en el 2016, yo estaba en la embarcación de capitán. Viste como es nuestra estructura se dice capitán. Yo estoy acostumbrada a decir capitán, nunca capitana. El título es capitán de pesca. No está considerado para las mujeres. Mi titulo dice Capitán Nancy Jaramillo. Bueno, en fin, estaba en frente de la embarcación, ahí había veintinueve tripulares, éramos en total. Una embarcación de casi sesenta metros. Y nos agarró a la altura de Puerto Madryn un temporal bastante grande. Y yo tenía que venir para Mar del Plata, para acá, para el norte. Y se empezó a poner viento, y en aquella época no teníamos forma de saber cómo iba a estar el clima. Hoy sí, hoy le preguntás a algún colega, o a través de un programita preguntás cómo va a estar la ola, que altura de ola y qué intensidad es. Y se nos puso muy feo. Tal es así que teníamos olas de casi diez metros. Eran edificios. Vos imaginate, parate y contá cuanto pueden ser diez metros. Y vos decís “tengo que llegar allá arriba”. Una película que me dejó muy marcada y que la vi como cuatro veces y las cuatro veces me lloré todo fue La Tormenta Perfecta (risas).
Martín: -Si La Tormenta Perfecta.
Nancy: -Eran...no te voy a decir que eran tan grandes, porque también el barco ese era más chiquito, pero si te encontrás con olas así de grandes. Pero si, esa noche creí que no íbamos a pasar la noche. Creí que nos íbamos a dar vuelta campana o algo, que no zafaba. Así que agarré y le dejé las instrucciones a mi oficial y dije bueno si hoy me voy a morir me voy a dormir con mi conciencia tranquila.
Martín: -Claro.
Nancy: -Cualquier cosa me llaman, me voy a dormir. ¿Por qué digo la conciencia tranquila? ¿Qué me pasó Martín a mi en mi vida? Cada vez que yo voy a navegar y quizás lo hacen todos los marinos o la mayoría, es tratar de no dejar cosas pendientes. Ejemplo yo nunca me fui a navegar con alguien enojado. Porque yo nunca sé si vuelvo ¿se entiende? Entonces sería una gran carga para las personas que quedan acá en tierra. Entonces siempre trato antes de subirme bueno, “che disculpame, perdoname” lo que fuere. Y bueno esa noche creí que no la pasaba, y sin embargo gracias a Dios al otro día (risas).
Martín: -Estabas acá. Estás acá bien, bien buenísimo (risas). ¿Dar vuelta campana es cuando el barco se da vuelta completamente?
Nancy: -Claro. Se da vuelta. Si bien nosotros tenemos elementos que podemos usar para tratar de sobrevivir, el clima por ahí no te lo permite. Ustedes imagínense que una balsa inflable, ponele que sea esta mesa ¿no? Con olas de diez metros y las chances son pocas de sobrevivir. Es la realidad. Ustedes piensen que hay embarcaciones que se pierden y nunca más se vuelve a encontrar nada. De hecho se han caído aviones y nunca se encontró nada. El mar es muy grande.
Martín: -Hay que tenerle respeto ¿no?
Nancy: -Mucho.
Martín: -Y justamente, las embarcaciones en las cuales haces tu trabajo ¿son seguras?
Nancy: -Mirá, seguro no hay nada.
Martín: -Se lo llevaron preso.
Nancy: -Claro, es verdad.
Martín: -Es así.
Nancy: -Depende mucho del clima. Nosotros tenemos una flota la verdad bastante antigua, porque estamos hablando de barcos del setenta y pico para arriba. Estamos hablando de embarcaciones de cuarenta años...
Martín: -Cuarenta, cincuenta años.
Nancy: -Claro. Y ¿cuál es el tema Martín? Esos navíos o esas embarcaciones, esos buques han navegado durante cuarenta años ¿sabés cuál es la diferencia que yo hoy veo? -y está bueno que toda la sociedad esté abriendo los ojos- es el cambio climático. Nosotros estamos viendo como marinos, temporales que antes no veíamos. Olas que por ahí antes no veíamos ¿se entiende? el mar se pone cada vez más bravo, el viento cada vez es más fuerte. Entonces por ahí una embarcación tan antigua…
…
Para terminar de leer la entrevista ir a:
Nancy Jaramillo. Capitana de pesqueros
(*) Jefa de Maquinas de pesquero
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