25 de enero de 2014

"Star Clipper", l'últim veler de la temporada.

Traducción de Javier Ortega Figueiral:
Con cuatro palos, 21 velas y 115 metros de eslora, el “Star Clipper” es un majestuoso barco que opera para una compañía dedicada a realizar cruceros exclusivamente con barcos tipo clipper. Sus viajeros, que no turistas al uso, tendrán hoy unas horas para disfrutar de Palamós.

El hecho de que actualmente tres barcos idénticos a los que dominaban las rutas comerciales en el siglo XIX sigan surcando los mares comercialmente, viene de la idea infantil de un empresario sueco, Mikael Krafft, que ya soñaba cuando iba a la escuela con poder recuperar la antigua forma de navegar, de la que estaba enamorado gracias a la lectura  de un buen número de libros de náutica y aventuras.




Como algunos sueños acaban convirtiéndose en realidad, Krafft creó su empresa a finales de los 80 con la idea de construir nuevos buques, rechazando finalmente la posibilidad de recuperar antiguos clippers por su práctica desaparición y también por los costes que conllevaría adaptar veleros con más de 100 años de antigüedad a las exigencias técnicas y de seguridad actuales. Así, encargó dos barcos gemelos en unos astilleros de Gante, en Bélgica, que fueron botados en 1991 como Star Flyer y en 1992 como Star Clipper. Ambos fueron los primeros clippers fabricados en 90 años que recibíeron el certificado de buque de pasajeros para el exigente registro internacional de la Lloyd 's.

Lo que el armador quiso desde mucho antes de definir el diseño de los barcos, era que éstos fueran una total contraposición a la tendencia actual de hacer los grandes barcos-hoteles, con una eslora, número de puentes y capacidad cada vez más grandes, pero a la vez con tendencia a la despersonalización de los viajes marítimos.

Así, los dos veleros gemelos tienen 115 metros de eslora y 15 de manga. Pueden llevar hasta 170 pasajeros que son atendidos por una tripulación de 75 personas, una de las proporciones pasajero-tripulante más altas del mercado, que hacen posible un ambiente más propio de un yate privado que de un crucero convencional por lujoso que pueda ser.

La decoración del “Star Clipper” es exquisita, con obras de arte decorando paneles y zonas nobles de las diferentes cubiertas, un comedor muy marinero con turno abierto para todos los pasajeros y un bar tropical que se divide entre espacio al aire libre y el interior. También hay una librería eduardiana (un estilo que viene a ser una modernización de ciertos aspectos decorativos medievales y paralelo al llamado 'Luis XVI ') e incluso tiene chimenea.

En cuanto a la acomodación a bordo, hay seis tipos de cabinas, que van desde los 30 a los 50 m2, a lo que hay que añadir el espectacular suite del armador ' de 90m2, que suele ser una de las que primero se venden en todos los viajes. El entretenimiento en este tipo de barcos mientras están navegando es limitado, pero es precisamente eso lo que buscan los clientes de esta marca, connaisseurs de este estilo y que en un 65 por ciento de los casos son ya repetidores de los viajes a bordo de los clippers.

La navegación se vive con intensidad, e incluso se puede colaborar voluntariamente en algunas tareas junto a la oficialidad. Una de las vivencias más intensas que se pueden tener es ser izado hasta la parte más alta de los mástiles para vivir momentos que muchos definen como de "fuera de este mundo" al sentir el viento a bordo de un velero por encima de las velas y una altura considerable respecto al mar.

Paisajes espectaculares
Cuando llega a diferentes puertos o queda fondeado en alguno de los espectaculares parajes que la compañía tiene acostumbrados a sus clientes, la actividad náutica se sigue desarrollando con los medios de que el clipper dispone: canoas, kayaks, vela ligera o motos de agua de uso libre para todos los que estén interesados ​​.

Coincidiendo con la escala en Palamós, se programarán las clásicas excursiones a diferentes puntos de la provincia, aunque la compañía, sabedora del espíritu independiente de sus clientes, hace una serie de recomendaciones para que éstos vayan a su aire durante las horas que el buque esté en el puerto: en un pequeño folleto que está a disposición de todos los pasajeros, se informa de los horarios de comercios, bancos y restaurantes de la ciudad y otros pueblos de la costa, los clubs de golf mas cercanos al puerto con los precios de los green fee, las playas más cercanas y las calas más recomendables para darse un baño, aun reconociendo que a estas alturas de la temporada lo de meterse en el agua ya queda a criterio de cada uno, más teniendo en cuenta la edad media de los viajeros. Incluso se señala donde está la oficina postal, una curiosidad en estos tiempos de Internet, medio que evidentemente también está disponible a bordo: no hay que dejarse engañar por el aspecto del barco, ya que está dotado de los últimos avances en todas sus estancias, desde el puente de mando en los salones o la más pequeña de las cabinas.

Cuando oscurezca, el Clipper se despedirá de la Costa Brava y prácticamente del Mediterráneo, ya que pondrá rumbo hacia el Atlántico: Barcelona, Andalucía, Portugal, Gran Canaria y desde Las Palmas pondrá proa hacia Philipsburg , en las Antillas holandesas, tras pasar 12 días cruzando a vela el Océano, toda una experiencia .


Esta será la última visita de un velero de cruceros de la temporada 2013, aunque todavía quedan cuatro escalas más, programadas hasta el nueve de noviembre.




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