Jorge Muñoz
El historial de los prácticos en el Río
de la Plata, registra un hito fundamental. Al recibirse, a partir del 1 de
junio de 1806, las primeras versiones acerca de la presencia de naves enemigas
en aguas bajo jurisdicción de nuestro Virreinato, el Gobernador de Montevideo y
Comandante de marina del Río de la Plata , brigadier Pascual Ruiz
Huidobro, a fin de confirmar la noticia y comenzar los preparativos para poner
en pie de guerra las embarcaciones a su mando, envió al Práctico Mayor del Río
de la Plata , D. José de la Peña , quién con su falucho Nuestra Señora del
Carmen efectuó una audaz incursión penetrando en la ensenada de
Barragán, donde reconoció, a tres naves inglesas quienes al verlo pretendieron
capturarlo y a las cuales hábilmente eludió, para ir a llevar la valiosa
información al gobernador.
Ruiz Huidobro no podía haber
elegido más excelente hombre de mar, pues el español José de la Peña y Zurueta,
llegado a estas playas en 1777, en calidad de piloto, alférez de la Real Armada
Española, con la expedición del Primer Virrey D. Pedro de Cevallos, había
participado de la fundación de las poblaciones patagónicas de Deseado, San
Julián, exploró la boca del Río Santa Cruz y tenía efectuados numerosos viajes
a Malvinas. Ese reconocido lobo de mar, precursor de Piedra Buena y uno de los
más grandes marinos de nuestra época colonial, pasó a partir de 1804, a prestar
servicios en calidad de Práctico Mayor del Río de la Plata.
Consumada la primera invasión inglesa los mandos navales hispanos encargaron a De la Peña una misión muy especial que éste supo cumplir a la perfección. La misma consistió en canjear a marinos ingleses capturados, por prisioneros españoles. Este trámite que debió realizar en Buenos Aires llevaba encubierta la misión de obtener la mayor información que pudiera acerca del estado de esa Capital y sus habitantes, precisando cual era en realidad el potencial de las fuerzas enemigas y donde se encontraban establecidas. De la Peña arribó a Buenos Aires bajo bandera de parlamento y pudo comprobar, además del sentir del pueblo por liberarse del invasor, cual era la verdadera dimensión de la fuerza británica. Con estas y otras informaciones el valeroso práctico regresó a Colonia, donde se centralizaban los preparativos de la reconquista, dando cuenta que había desempeñado con éxito su delicada misión. De la Peña, en esa oportunidad se había ingeniado también para llevar ocultas cincuenta cartas de vecinos de buenos Aires para sus familiares en Montevideo, convirtiéndose en ocasional estafeta de tiempos de guerra.
Finalmente cuando el 3 de agosto el
Ejército de la Reconquista al mando de Santiago de Liniers embarcó en Colonia a
bordo de ocho transportes, fue De la Peña quién piloteando la expedición en
medio de una fuerte sudestada y la asechanza de las naves inglesas, logró, mediante
su profesionalismo, hacer llegar la flota al día siguiente, al Río de Las
Conchas (hoy Tigre), donde fondearon para hacer desembarcar las tropas.
Posteriormente De la Peña , en base
a su considerable experiencia y muchos años de servicio en el Plata redactó
instrucciones para la navegación y los accesos a los puerto de Ensenada,
Barragán y Buenos Aires, incluyendo datos sobre señales, profundidades, clase
de fondos, vientos, corrientes, etc., referencias estas que facilitaros, para
ese tiempo, enormemente al tarea de patrones y capitanes.
Está de más decir, aún para quienes
son legos en materia de navegación y menos todavía para los profesionales de la
navegación, la importancia que representa el empleo del servicio de practicaje
para el mejor desempeño de las naves en su desplazamiento por nuestras aguas
adyacentes y su correcto arribo y egreso de los puertos. Pese a la existencia
de cartas actualizadas, canales perfectamente delimitados y el auxilio de la
tecnología (radio, radar, etc.) siempre será necesario contar con la ayuda de
los pilotos prácticos, verdaderos “baquianos” que sabrán llevar sin dudas a
cualquier nave a buen puerto.
Fue quizá por todo ello y un
profundo sentimiento de amor por las causas nacionales que los prácticos
argentinos no quisieron estar ausentes cuando la Nación requirió de sus mejores
hombres.
Cabe mencionar que el ofrecimiento
por parte de los Prácticos y su convocatoria por parte de la Armada además de
la consabida idoneidad profesional estaba sustentada por una larga y exitosa
trayectoria de los mismos no solo en aguas del Atlántico Sur sino también en
Malvinas. Efectivamente a raíz del acuerdo firmado en 1970 entre nuestro país y
Gran Bretaña, cuatro Prácticos argentinos (Graciano Etcheverrigaray, Jorge
Dubrowsky, Eloy González y Ricardo Grubisch) fueron habilitados por el Gobierno
inglés para actuar como tales en aguas del archipiélago malvinense. En virtud
de ello estos hombres cumplieron durante diez años un servicio permanente de
viajes a Malvinas a través de los cuales tuvieron un perfecto conocimiento de
esa intrincada geografía costera. Debe considerarse que el empleo coordinado de
este servicio de practicaje en esta circunstancia tan especial del conflicto de
Malvinas fue una medida mas que acertada de nuestros Mandos Navales.
De tal manera a poco de producirse
la recuperación de las Islas Malvinas el Comando en Jefe de la Armada (CEJA)
sostuvo una serie de reuniones con los Prácticos Asesores, a fin de darles a
conocer la necesidad de su colaboración y para asegurar la fluida operación de
barcos en Malvinas; en los demás puertos del Sur Argentino y también en el Río
de la Plata.
Una vez manifestada la voluntad de
una amplia cooperación por parte de la asociación de Prácticos, el CEJA
estableció una serie de disposiciones que podrían sintetizarse así:
1. Convocar a los Prácticos a su movilización militar a órdenes del
C.E.J.A.
2. Reforzar el número de Prácticos en todos los puertos del litoral Sur
Atlántico estableciendo en los mismos un servicio de guardia permanente.
3. Facilitar Prácticos desde Buenos Aires y otros puertos a los
buques que transportando material estratégico o bélico y despachados a Malvinas
u otros puertos del Sur Atlántico no contaran con lanchas para su embarco y/o
desembarco.
4. Facilitar Prácticos a los buques de la marina de Guerra que efectúan el
control en la desembocadura del Río de la Plata.
5. Facilitar Práctico en Pontón Recalada a los buques argentinos que lo
solicitaran, sin haberlo anticipado.
A los efectos del cumplimiento del
punto (1) la convocatoria por parte de la Armada que informada a los Prácticos
en tiempo y forma y fue cumplida efectivamente.
Entre otras sugerencias los
Prácticos hicieron notar la inconveniencia que resultaba de no figurar en la
lista de pasajeros ni en los roles de las tripulaciones, ya que cuando estaban
embarcados solo se anotaba su servicio en el diario de navegación y en caso de
siniestros navales no aparecía el nombre del Practico que se hallaba a bordo en
listas de pasajeros o tripulantes.
Para cumplir el punto número dos se envió desde Buenos Aires a distintos
puertos del Sur Atlántico, por buque y por avión, a los siguientes Prácticos:
12/4 Don Julio Giri a Punta Quilla
14/4 Don Norberto Couto a San
Sebastián
19/4 Don P. Ricardo Grubisich a
Deseado
1/5 Don Sergio Poodts a San
Sebastián
14/5 Don Graciano Etcheverrigaray a
Ushuaia
29/5 Don Alberto Baudino a Río
Grande
31/5 Don Eduardo Kerschen a Ushuaia
11/6 Don Alberto Luchter a Deseado
11/6 Don Luis H. Mascias a Río
Gallegos
12/6 Don Graciano Etcheverrigaray a
Madryn
23/6 Don Alberto Teran a Río
Gallegos
De acuerdo con lo acordado en el
punto (3) los Prácticos fueron despachados para pilotear, hacia Puerto
Argentino y puertos alternativos del Atlántico Sur, haciéndolo a bordo de naves
mercantes que componían un tren logístico de operaciones en combate de acuerdo
al siguiente cronograma:
13/4 B/M Formosa.
Practico D. Eloy González Arruabarrena. El barco fue blanco
de
bombas
aéreas en viaje de regreso de Malvinas.
7/4 B/M Córdoba.
Practico D. J-J- Nogueira. En viaje del Río de la Plata con destino
a Malvinas no arribó a las islas pues fue
derivado a Deseado.
7/4 B/T Florentino Ameghino.
Practico Don Eugenio Spinelli, en viaje a Ushuaia,
Puerto
Parry y San Sebastián.
7/4 B/T Ingeniero Krause.
Practico D. Héctor De Biase, en viaje de Comodoro
Rivadavia a
Río Gallegos y vuelta a C. Rivadavia.
12/4 B/T La Plata.
Practico D. Graciano Etcheverrigaray en viaje del Río de la Plata a
Malvinas no
arribó a las islas pues fue derivado a P. Deseado.
7/5 B/M Lago Argentino.
Practico D. Eugenio Spinelli, en viaje del Río de la Plata a
Malvinas no
arribó a las islas pues fue derivado a Punta Quilla.
11/5 B/M Lago Traful. Práctico
D. J. J. Nogueira en viaje del Río de la Plata a
Malvinas no
arribó a las islas pues fue derivado a Punta Quilla.
22/5 B/M Lago Argentino.
Práctico D. Jorge Dubrosky en viaje del Río de la Plata a
Malvinas no
llegó a las islas pues fue derivado a Punta Quilla.
14/6 HMS Camberra. Práctico
D. Graciano Etcheverrigaray. Pilotaje de entrada y
salida a
Puerto Madryn. Dicho barco hospital inglés transportó al continente
personal
militar argentino herido en combate.
14/6 B/M Northland. Práctico
D. Graciano Etcheverrigaray pilotaje de entrada y salida
a Puerto
Madryn.
Respecto al punto (4) del acuerdo,
prestaron servicio embarcados en unidades de la Armada que cumplían el
operativo “León I” para vigilancia y control de la desembocadura del Río de la Plata
, los siguientes Prácticos:
En ARA Puerto
Deseado:
D. A.
Legarreta
D. J Dubrosky
D. O.
Tello
D. A. Fragnul
D. C. Bach
En ARA Fragata
Libertad:
D. Juan
Dubrowsky D. L. H.
Mascias D. L. M. Scasso
D. O. T.
Randucci E.
Kerschen D.
C. Terreni
D. A.
Monsalve
D. O.
Lioni
D. L. Autore
D. E. Fernández
Lobbe D. C. Angelinetti D. C. Bach
D. C.
Cárdenas
D. H. Tagliaferri
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