Las leyes que pueden cambiar el
futuro.
Comentarios: Se reproduce una Nota bajada del Blog del
OBRERO NAVAL.
Son opiniones políticas como son todas las
acciones de los hombres y se puede coincidir o no, pero son necesarias porque
debemos dejar nuestro papel de espectadores. Seguramente muchos políticos y sindicalistas preferirían
que nos limitemos a votar y que nuestra participación sea leer diarios y mirar TV.
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Parece ayer, por lo menos para un
jovato como yo, cuando a principios del fecundo periodo democrático inaugurado
por la presidencia del Dr. Raúl Alfonsín
se instalaba el debate de la patria
potestad compartida y el divorcio vincular. Haciendo una lectura simplista
de aquel momento, puede decirse que la sociedad había madurado hasta el punto
de haber dejado obsoleta la legislación vigente, y sin faltar un gran debate,
alimentado por las voces ortodoxas y dueñas del estancamiento se avanzo en la
reforma del Código Civil y en la restitución de los derechos de la mujer. Pero
es más grave aún, ambos casos tuvieron su solución legislativa unos cuarenta
años antes que la versión de la democracia moderna. Lamentablemente y en forma
recurrente, la dictadura cívico-militar con el apoyo de sectores conservadores
y aquella iglesia relegaron por décadas los derechos de miles de argentinos. Más
recientemente la Ley de identidad de género
intenta garantizar al menos jurídicamente los derechos de otra minoría, pero
llegó recién bien entrado el siglo XXI a pesar que existen casos desde tiempos
inmemorables. Nuevamente al igual que en el primer ejemplo, los sectores
conservadores trataron de impedir su desarrollo y concreción enarbolando
banderas de hipocresía y ortodoxia recurriendo a la desinformación, menosprecio
y descalificación.
Esta introducción se justifica
siempre y cuando se comprenda un principio básico: los diferentes problemas
requieren diferentes soluciones pero los problemas del mismo tipo tienen
soluciones del mismo tipo.
Al igual que con las leyes
mencionadas, por estos días hay en debate varias leyes que afectan directamente
a la actividad que nos ocupa en este espacio. Mas precisamente la Ley de Pesca
y Acuicultura, Ley de Marina Mercante, Ley de Hidrocarburos y Ley de Educación.
Y si bien, como reza el principio mencionado, cada ley reglamenta diferentes
problemáticas todas son de un tipo muy especifico, son leyes de gran incidencia
en lo estratégico ya que afectan directamente en la explotación de los recursos
nacionales. Por ello deben tener un punto en común: que la explotación de esos
recursos prioricen el interés nacional, bajo la mirada rectora del Estado y con
una mirada profundamente social.
La Ley de Pesca y Acuicultura impulsada por el Senador "Pino" Solanas viene a reformular el sistema
extractivo actual eliminando el sistema de cuotas transferibles evitando así la
transferencia (mercantilizada) de cupos entre privados, caída de puestos de
embarcados y la falta de inversión en los buques menos rentables. Además da
mayor entidad al órgano administrativo pero también asignando mayor
responsabilidad y poder a la hora de sancionar a aquellas empresas que violan
la reglamentación. El proyecto también incluye la eliminación del dudoso Consejo Federal Pesquero y busca
mecanismos que permitirían esgrimir estrategias para la distribución de las
embarcaciones evitando así la concentración en pocos puertos. Además le da
autarquía y voto al INIDEP jerarquizándolo como corresponde para promover el
desarrollo pesquero. Además se busca impulsar el mercado interno y tal vez lo
que más le preocupa a nuestro sector, la promoción de la industria naval
determinando la vida útil de las embarcaciones y el retiro de aquellos buques
que por inactividad o interdicción judicial estorben la normal operativa de los
puertos. La integridad de este proyecto de ley sorprende dado que contempla
cuestiones como la acuicultura, la pesca artesanal y el resguardo del recurso
incluso más allá de la Zona Económica Exclusiva. Este proyecto ya supero el
análisis de varias comisiones y habrá que ver las posiciones que tomaran cada
una de las bancas y como todo proyecto de ley es susceptible a modificaciones;
claramente apunta a preservar el recurso, aumentar el consumo interno, mejorar
la cadena productiva e industrias conexas, se aumenta el control del Estado
pero también independiza la mirada biológica del contexto político de turno.
La Ley de Marina Mercante es mas bien una necesidad que una realidad,
y si bien es proclamada hace años por el polifacético Horacio Tettamanti y a pesar de ser impulsada por un diputado
oficialista la misma es recurrentemente frizada por su escaso consenso. Al
igual que en la pesca, la marina mercante viene dando señales alarmantes
inmersa en la falta de inversión y las asimetrías. Lo que es peor aun es que
esta ley debería articularse o ser uno de los pilares de una política a largo
plazo sobre logística, puertos y comercio exterior; y la falta de una debilita
el concepto de lo segundo. Irónicamente, a pesar de ser una industria por demás
rentable, siempre se estancan los cambios por falta (aparente) de
financiamiento. Súmese a los pesados intereses que mueve esta industria, el
profundo desconocimiento que reina sobre el tema a los ajenos del sector y por
supuesto la manipulación mediática que realizan los grupos concentrados al
respecto. A modo de ejemplo, recomiendo pañuelo en mano leer esta Nota.
La Ley de Hidrocarburos es lo que liga esta masa, es la que asegura o
compromete la soberanía energética, es el primer eslabón en la cadena de costos
y es demandante de logística portuaria y mano de obra calificada. Nuevamente
surge la clara necesidad de la visión rectora del Estado y el fin social de las
reglas del juego que deben ser claras y duraderas. Esta demás decir que los
intereses electoralistas o de política partidaria o mezquindades por cuotas de
poder políticas o sindicales poco pueden hacer al respecto de los intereses
nacionales. Similar al desafío afrontado por Brasil tras el hallazgo de la
Cuenca de Santos, hoy los argentinos tienen con Vaca Muerta un futuro promisorio
siempre y cuando se hagan los pasos necesarios para semejante circunstancia. Si
el mecanismo va a ser pelearse por la gema e importar cuanto artefacto sea
necesario para la explotación del recurso, sin capacitar operarios y técnicos,
sin aprovechar las capacidades instaladas y sin fomentar la incorporación de
nuevos actores con la adecuada financiación, el resultado es previsible:
Ganarán otros (Léase Los de afuera).
La nueva Ley de Educación es apenas un proyecto y hoy se encuentra en fase
de difusión y análisis de consenso bajo la modalidad de foros. Pieza de un
proyecto integral busca no solo la jerarquización del sistema educativo sino
también trae consigo herramientas de financiamiento acordes a las políticas
kirchneristas. Este proyecto, encabezado por el vicegobernador Gabriel Mariotto es el eje de una serie
de medidas que trae aparejado la estatización de los puertos bonaerenses, una
reserva de carga y hasta una empresa provincial encargada de las exportaciones.
Nuevamente mayor participación del Estado y fines sociales.
Quien sabe que será de todos estos
proyectos, mucho dependerá del resultado de las PASO próximas a realizarse y
finalmente en lo que estemos pensando a la hora de visitar el cuarto oscuro. Lo
que es seguro que la legislación llega tarde a las necesidades y no puede
vislumbrarse un futuro sin realizar cambios a corto plazo. Mientras tanto
seguimos en un país en vías de construcción.
Enlace al blog: El obrero naval
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